sábado, 30 de noviembre de 2024

El ladrón de ojos azules

                                                                                          



Tuve un amor cobarde.

Lo tuve y lo perdí...

Para tu amor temprano ya es demasiado tarde,

porque en mi alma anochece lo que amanece en ti.

---J. A. Buesa---


Desperté cubierto de sudor. Salté de la cama y descalzo atravesé el cuarto. Me acerqué al ventanillo y aspiré el aire del campo. Se oía la respiración de la noche, enorme, femenina.

Regresé al centro de la habitación, vacié el agua de la jarra en la palangana y humedecí la toalla. Me froté el torso y las piernas con el trapo empapado, me sequé un poco, me vestí y calcé. Bajé saltando la escalera pintada de verde. En la puerta del mesón tropecé con el dueño, sujeto tuerto y reticente. Sentado en una sillita de tule, fumaba con el ojo entrecerrado. Con voz ronca me preguntó:

--¿Dónde va señor?

--A dar una vuelta. Hace mucho calor---le dije

--Ummm, todo está ya cerrado. Y no hay alumbrado aquí. Más le valiera quedarse---reiteró el tipo

Alcé los hombros, murmuré “ahora vuelvo” y me metí en lo oscuro. Al principio no veía nada. Caminé a tientas por la calle empedrada. Encendí un cigarrillo. Caminé largo rato, despacio. Me sentía libre, seguro.

Pero la noche era un jardín de ojos. Al cruzar la calle, sentí que alguien salía de una puerta. Me volví, pero no acerté a distinguir nada. Apreté el paso. Unos instantes percibí pisadas sobre las piedras calientes. No quise volverme, aunque sentía que la sombra se acercaba cada vez más. Intenté correr. No pude. Me detuve en seco, bruscamente. Antes de que pudiese defenderme, sentí la punta de un cuchillo en mi espalda y una voz dulce:

---¡No se mueva , señor, o lo entierro!.

Sin volver la cara pregunté:

---¿Qué quieres?

---Sus ojos, señor--–contestó la voz suave, casi apenada.

---¿Mis ojos?---contesté sorprendido---¿Para qué te servirán mis ojos? Mira, aquí tengo un poco de dinero. No es mucho, pero es algo. Te daré todo lo que tengo, si me dejas. No vayas a matarme.

---No tenga miedo, señor. No lo mataré. Sólo voy a sacarle los ojos.

---Pero, ¿para qué quieres mis ojos?

---Es un capricho de mi novia. Quiere un ramito de ojos azules y por aquí hay pocos que los tengan.

---Mis ojos no te sirven. No son azules, sino marrones---insistí angustiado

---¡Ay, señor no quiera engañarme!. Bien sé que los tiene azules.

----No se le sacan a un cristiano los ojos así. Te daré otra cosa---repliqué 

---No se haga el remilgoso---me dijo con dureza---Dé la vuelta.

Me volví. El tipo era pequeño y frágil. Un sombrero de palma le cubría medio rostro. Sostenía con el brazo derecho un machete de campo, que brillaba con la luz de la luna. 

Me ordenó:

---Alúmbrese la cara.

Encendí y me acerqué la llama al rostro. El resplandor me hizo entrecerrar los ojos. El apartó mis párpados con mano firme. No podía ver bien. Se alzó sobre las puntas de los pies y me contempló intensamente. La llama me quemaba los dedos. La arrojé. Permaneció un instante silencioso.

---¿Ya te convenciste? No los tengo azules.

---¡Ah, qué mañoso es usted!---respondió---a ver, encienda otra vez.

Froté otro fósforo y lo acerqué a mis ojos. Tirándome de la manga, me ordenó tajante:

---¡Arrodíllese!.

Mi hinqué. Con una mano me cogió por los cabellos echándome la cabeza hacia atrás. Se inclinó sobre mí, curioso y tenso, mientras el machete descendía lentamente hasta rozar mis párpados. Cerré los ojos.

---¡Ábralos bien!---exigió

Abrí los ojos. La llamita me quemaba las pestañas. Me soltó de improviso.

---Pues no son azules, señor. Dispense.

Y despareció.

Me acodé junto al muro, con la cabeza entre las manos. Luego me incorporé. A tropezones, cayendo y levantándome, corrí durante una hora por el pueblo desierto. Cuando llegué a la plaza, vi al dueño del mesón, sentado aún frente a la puerta.

Entré sin decir palabra. Al día siguiente huí de aquel pueblo

--Octavio Paz/J. Y.--





viernes, 29 de noviembre de 2024

El viejo y el mar

                                                                                          



Qué lástima, muchacha,

que no te pueda amar...

Yo soy un árbol seco que sólo espera el hacha,

y tú un arroyo alegre que sueña con la mar.

---J. A. Buesa--


Había una vez un señor muy anciano que apenas podía ver. Cuando estaba en la mesa para comer, no podía sostener la cuchara, dejaba caer la copa en el mantel, y algunas veces se le escapaba la baba.

Su nuera y su propio hijo estaban muy enfadados con él y decidieron dejarlo en un rincón de un cuarto, donde le llevaban su escasa comida en un plato viejo de barro.

Un día, el abuelo se cayó al suelo y rompió el cuenco de sopa que apenas podía sostener con sus propias manos. Entonces, su hijo y su nuera le compraron una cazuela de madera para evitar que se rompiera.

Días después, su hijo y su nuera vieron a su niño de cuatro años, muy ocupado en reunir algunos pedazos de cazuela que había en el suelo.

¿Qué haces?—preguntó su padre.

Una tartera para dar de comer a papá y a mamá cuando sean viejos— contestó el pequeño.

El marido y la mujer se miraron por un momento sin decir palabra. Después rompieron a llorar, y volvieron a poner al abuelo en la mesa. Desde ese momento, el abuelo comió siempre con ellos, siendo tratado con mayor amabilidad.

Moraleja: es un cuento antiguo de los hermanos Grimm con final feliz, pero que ya no está de moda. Los viejos continúan (y más que estarán) apartados en el rincón; la diferencia es que los hijos ni se inmutan por verlos ahí languidecer. 

Joaquín




jueves, 28 de noviembre de 2024

Cómo borrarse el tatuaje de aquel primer amor

                                                                                   


 


Algo tuve algún día; lo perdí de algún modo,

y me dará lo mismo cuando lo pierda todo.

Pero no me lamento de mi mala fortuna,

pues me queda un palacio de cristal en la luna,

y por andar errante, por vivir el momento,

son tan buenos amigos mi corazón y el viento.

--J. A. Buesa--


Hacía apenas dos meses que nos vimos por primera vez. En esos sesenta días habíamos bailado juntos, habíamos cenado, nos habíamos acostado muchas veces, y hasta nos habíamos conocido a fondo, a pesar de tan corto espacio tiempo. Pero ella no se fiaba de mi.

---¿No te da miedo enamorarte de una mujer que antes de ti ya tuvo un gran amor?---Me dijo alguna vez, quizás poniéndome a prueba

Temía esa pregunta; tarde o temprano tenía que caer. Desde que la conocí no había dejado de hablarme de su exmarido, su gran amor según ella. 

---No me da miedo---le respondí---al contrario, estoy enamorado de ti y para mi es un reto enorme conquistarte. 

Le gustó mi respuesta, lo sé. Intentó disimular, pero se lo noté en su mirada. Aún así insistia:

---Ya ya, pero para alguien como yo, que ya conoció al amor de su vida, tú sólo serás el sustituto, alguien que tape el enorme agujero dejado por un profundo desamor, y te pondré las cosas difíciles.

---No te preocupes, cariño---reiteré---ya verás como olvidas a ese hombre, te lo aseguro. Voy a quererte tanto, te voy hacer tan feliz que no te apetecerá recordarlo.

Supongo que quiso ponerme a prueba, porque nunca se quedaba satisfecha. Me da que necesitaba tanto cariño, estaba tan dolida, que no se conformaba con medias tintas; buscaba mi entrega total.

---No sé, Joaquín ¿Y si por más que te esfuerces nunca lo logras?, porque el nombre que está tatuado en mi corazón no es el tuyo.

Al final me salí con la mía, olvidó ese primer amor. Al menos dejó de mencionarlo. Estoy seguro que en su corazón es mi nombre el que reina ahora..

Por cierto, ¿Quién dijo que el primer amor nunca se olvida? Me da la nariz que el amor es cosa de intensidad no de orden de llegada...

Joaquín






Para cuando no sepa ya ni quien soy

                                                                                     



Por lo demás, ya es tarde; pero no tengo prisa,

y esperaré la muerte con mi mejor sonrisa,

y seguiré viviendo de la misma manera,

que es vivir cada instante como una vida entera

--J. A. Buesa--


En mis ratos más oscuros, ¡por favor!, no necesito soluciones ni consejos; sólo quiero conexión humana, tu presencia silenciosa. Me basta el toque suave que me des. Ese simple gesto será el ancla que me mantenga fuerte cuando la vida se empeñe en llevarme la contraria.

Por favor, no trates de arreglarme. No tomes mi dolor ni alejes mis sombras. Solo siéntate a mi lado mientras trabajo a través de mis propias tormentas internas, mi dolor es mío para llevar, mis batallas son mías para enfrentar. Solo sé la mano firme que pueda alcanzar cuando no encuentre mi camino.

En esas horas oscuras en las que me pierdo, quiero que estés aquí. No como salvadora, sino como compañera. Sostén mi mano hasta que llegue el amanecer de mi cordura. Tu apoyo silencioso será lo más preciado que me puedas dar; me ayudará a recordar quién soy, incluso cuando me olvido.

 --Anónimo/J.Y.--




martes, 26 de noviembre de 2024

A una mujer casada

                                                                                     



¿Pecados? Sí, aunque leves, de esos que Dios perdona,

porque, a pesar de todo, Dios no es mala persona.

¿Mentiras? Dije muchas, y de bello artificio,

pero que en un poeta son cosas del oficio.

Y en los casos dudosos, si hice bien o mal,

ya arreglaremos cuentas en el Juicio Final.

--Buesa--


Cada hombre tiene dos biografías amorosas, la mujer también, supongo. Por lo general se habla sólo de la primera, es decir, la lista de sus amores consumados. citas clandestinas o encuentros eróticos.

Y os digo una cosa, es más que probable que sea más interesante la segunda biografía. O sea, las mujeres que hemos deseado y que se nos escaparon, la dolorosa historia de las posibilidades no realizadas. Pero...

Aún hay una tercera, secreta e inquietante lista de mujeres en nuestras vidas. Son aquellas con las que no pudimos y no supimos tener nada en común. Nos gustaron, las amamos en silencio, soñamos con ellas, incluso es posible que nosotros les gustáramos a ellas, pero al mismo tiempo comprendimos de inmediato que no podíamos tenerlas porque al estar con ellas nos encontrábamos del otro lado de la frontera, son las casadas..

Que levante la mano el que no ha deseado nunca a una determinada mujer casada, u hombre casado si la que desea es una mujer..😮😮😮

M. K./ J. Y.








lunes, 25 de noviembre de 2024

Cosas de mi vecina, una chiquilla..

                                                                                          



Yo he vivido mi vida: si fue larga o fue corta,

si fue alegre o fue triste, ya casi no me importa.

Y aquí estoy, esperando. No sé bien lo que espero,

si el amor o la muerte, lo que pase primero.

---J. A. Buesa---


El otro día coincidió con una vecina en el ascensor. Es una chica joven con la que alguna vez había intercambio unas palabras, pocas. Tras un instante callados los dos, se atrevió a romper el silencio. Le sugirió unas obviedades sobre el tiempo. Se sorprendió cuando le informó despues que acababa de jubilarse. La tía no se cortó un pelo. Fijaos lo que le preguntó:

---¿Y qué se siente siendo ya un viejo?..

Qué os parece, ¡qué chiquilla!.. Él aprovechó para decirle:

---Marta (sabía que se llamaba Marta) envejecer es un regalo. No cambiaría nada de lo que tengo por unas cuantas arrugas menos o un vientre plano.

---Ya ya, pero...---titubeó la niña

Él siguió con lo suyo. Insistió:

---¿A quién le importa si elijo leer o jugar en el ordenador hasta las cuatro de la mañana y luego dormir hasta quién sabe cuándo? ¿A quién le importa si bailo solo escuchando música de los años 60 o 70? ¿Y qué si luego quiero llorar por un amor perdido?.

Todo se lo decía sonriendo y medio en broma. Ignoró si la muchacha pensó que, en realidad, todo lo creía así, tal cual.

El ascensor se detuvo en el cuarto piso, donde iban los dos. Parados en el rellano aún tuvo tiempo de explicarle unas cuantas cosas:

---Y te digo más, Marta, estoy orgulloso de haber vivido lo suficiente para tener el cabello gris y mantener la sonrisa de mi juventud. Además no quiero quejarme de lo que no fue ni preocuparme por lo que vendrá. Por el tiempo que me quede, simplemente amaré la vida como lo he hecho hasta hoy.

Luego se despidieron. Viven justo enfrente uno de otro. Supuso que su madre le habría hablado de él, que vive solo---le diría---que siempre sonríe, que es muy amable, y que es muy feliz. Eso sí, Marta solo se quedó con la copla de que era un viejo

Por cierto, el tipo del que hablo es Paco, recién jubilado, amigo y vecino. También vecino de Marta

Joaquín





domingo, 24 de noviembre de 2024

Dicen del olor de aquella chica

                                                                                              



Pensando en ti, esta noche, yo besaré otra boca;
y tú estarás con otro... pero pensando en mí.

--J. A. Buesa--


Dicen que el olor juega un papel crucial en la atracción, y dicen que un perfume bien elegido puede cambiar completamente cómo percibimos a otra persona.

Y es que dicen que el olfato está profundamente conectado con nuestro subconsciente, el cual evalúa aspectos como la compatibilidad genética, la personalidad o la fertilidad, factores que han influido históricamente en la selección de pareja. Es decir, que sin darnos cuenta, el aroma corporal nos da pistas sobre si una persona es compatible con nosotros.

Además dicen que el olor atrayente no solo proviene del perfume y del sudor. ¿Es posible que hayamos sentido una atracción inexplicable por alguien simplemente por el olor de su aliento? Pues es posible, por eso, es fundamental elegir bien las fragancias y cuidar nuestra higiene personal.

Si alguna vez te has encontrado con alguien cuyo aliento no te gusta, aunque no sea necesariamente desagradable, es probable que no hayas sentido esa chispa de atracción. 

Os digo una cosa, a mi me pasó justo al revés. Fue con una chica dentista; curiosamente al acercarse mientras me hacía una ortodoncia, olí su aliento a través de la mascarilla, no era fétido ni mucho menos, pero tampoco agradable, pero, ¡¡oye, que me sentí irresistiblemente atraído hacía ella, me dieron ganas de besarla!!. Qué os parece. Claro que tampoco era fea..😜😜😜

Joaquín







Un joya en Fuente de Cantos

                                                                                     


 


La vida nos acerca y la vez nos separa,

como el día y la noche en el amanecer...

Mi corazón sediento ansía tu agua clara,

pero es un agua ajena que no debo beber...

--J. A. Buesa--



¿Os imagináis campanas en la espadaña de la Aurora, ahora con sus huecos vacíos? Pues una de esas campanas aún existe, es el esquilón de la ermita de San Isidro. Allí se llevó, porque...

No sé si lo sabéis pero antes de poner a la Aurora bajo la advocación de esta virgen, la teníamos dedicada a la Virgen de los Remedios. Se abandonó y en su lugar se erigió la ermita de la Virgen de la Aurora, hoy desacralizada y utilizada para otros menesteres más mundanos, como el Museo de Escultura Julián González García.

La espadaña que véis consta de dos cuerpos y tres vanos, con decoración barroca. El interior no es otra cosa que una anómala nave, muy torcida en su desarrollo, de quince metros de largo por cuatro de ancho, con tres tramos, pilastras decoradas con placas recortadas y bóveda de cañón.

Por cierto, el Museo de Esculturas Julián González García es municipal y su fundación se debe a la generosidad de Julián, que donó gran parte de su obra para la creación de esta excelente galería de arte. 

Julián González es un fuentecanteño que tuvo que emigrar a Brasil. Allí hizo fortuna dedicando su escaso tiempo libre a su verdadera pasión, esculpir en madera. En febrero de 2017 se le nombró Hijo Predilecto de Fuente de Cantos.

Joaquín

                                                                          

                                                               
                                                                 
                                                                   
                                                                      
                                                                 
                                                                 

sábado, 23 de noviembre de 2024

El día de mi último suspiro

                                                                               


 


Puedes irte y no importa, pues te quedas conmigo
como queda un perfume donde había una flor.

-Buesa--


Al aproximarse mi último suspiro, imagino con frecuencia una última broma. Hago llamar a mi mujer y a mis hijas a mi lado. Entristecidas, se colocan alrededor de mi lecho. Entonces les digo que estoy arruinado y que debo al banco casi un millón de euros. Además les informo que tienen cinco hermanos más de dos mujeres distintas.

Con gran escándalo de ellas, me confieso después ante un cura que he pedido, solicito la absolución de todos mis pecados y recibo la Extremaunción. Tras lo cual, me vuelvo de lado y muero.

Pero, realmente, ¿tendremos fuerzas para bromear en ese último momento? Algunos los ha habido que si..

Por cierto, os cuento un deseo con el que sueño a menudo: Sueño con poder levantarme de entre los muertos cada diez años, llegarme hasta un quiosco y comprar varios periódicos. No pediría nada más. Con mis periódicos bajo el brazo, pálido, rozando las paredes, regresaría al cementerio y leería los desastres del mundo antes de volverme a dormir, ¿Seguirán P. Sanchez? ¿Putin?.. ¿Trump?.Ufffff ..Satisfecho de mi suerte, volvería a dormirme en el refugio tranquilizador de mi tumba 😏😏😏

L. B./ J. Y.




viernes, 22 de noviembre de 2024

No pedía mucho, sólo alguien a quien abrazar

                                                                                       



Y también es posible que una tarde de hastío

como florece un surco, te renazca un afán

y aprenderás entonces que hay cosas como el río

que se están yendo siempre, pero no se van...

--J. A. Buesa--


No pido mucho, sólo alguien a quien abrazar para dormir, alguien a quien enroscarle las piernas si hace frío ...

No pido mucho, apenas alguien que me consuele si estoy triste y me diga " tranqui, todo va a salir bien". Alguien que me bese con los ojos cerrados y me hable alguna cosilla al oído.

No pido mucho, acaso alguien que ponga ganas, no excusas para verme, que me elija por encima de todos, que me deje explicarle si no me entiende, que me dé la oportunidad de aclarar las cosas en vez de ofenderse

No pido mucho, sólo alguien que se la juegue por mi, que tenga bien claro lo que quiere conmigo, que tenga para dar lo mismo que yo... 

No pido mucho, tan solo alguien que me cuide y se deje cuidar, que no le de miedo gritar que me ama delante de los demás, que se deje llevar de la mano con orgullo. 

Sí, apenas pido alguien que le guste caminar hablando tonterías como a mí, o simplemente pasar todo el día tirados en el sillón haciendo nada... Pero juntos...

Pido poco, ya lo veis..






jueves, 21 de noviembre de 2024

Mejor no te enamores en la distancia

                                                                                    


Aquí, solo en la noche, ya es posible la muerte.
Morir es poca cosa si tu amor está lejos.

Puedo cerrar los ojos y apagar las estrellas.
Puedo cerrar los ojos y pensar que ya he muerto.

Puedo matar tu nombre pensando que no existes.
Ahora, solo en la noche, sé que todo lo puedo.

--Buesa--


Si te enamoras a distancia, aprenderás la forma que tiene de escribir, a notar sus cambios de humor con tan sólo una coma, un punto, un emoticon. Pasarás horas en el móvil sólo para saber un poco más de él y, a pesar de estar todo el día hablando, sentirás que fué muy poco.

Si te enamoras a distancia, los celos te comerán, y sabrás que un enfado no es fácil de solucionar, no podrás ir corriendo a verle y preguntarle qué está mal; simplemente desconectarás y esperarás su llamada. y tendrás que reprimir los deseos de mirar sus ojos, de besarle y decirle lo feliz que estas.

Si te enamoras a distancia, no habrá citas, ni percibirás la plenitud de su sonrisa socarrona, ni tocarás sus manos, ni olerás su aroma.

Si te enamoras a distancia, tal vez lo idealices en demasía, será como un amor platónico: imaginarás su rostro, y soñaras su piel y memorizarás los kilómetros que os separan, y contarás minuto a minuto el tiempo que os queda para estar juntos.

Si te enamoras a distancia, reinventarás los viejos detalles de escribir, de componer, de dibujar. Romperás los miedos, aprenderás que todo lo aguantas si trata de amor, incluso la distancia. Y quebrantarás las normas estereotipadas de la gente ante el concepto físico de amor, y te harás dura aprendiendo a esperar.

Si te enamoras a distancia, podrás asombrarte de lo grandioso que es enamorarse de un hombre, antes de tocar su piel

Si te enamoras a distancia, corres el riesgo de sufrir una gran decepción el día del encuentro, porque conocerás de verdad al hombre del que te has enamorado, y sabrás de su egoísmo, de su insensibilidad, y hasta su falta de maestría al hacer el amor.

Bueno, ésta última advertencia sólo os pasaría si os enamorarais de mi en la distancia 😒😒😒

Joaquín






miércoles, 20 de noviembre de 2024

Y ese día llegó

                                                                                     



Sé que todo lo puedo porque la noche es mía,
la gran noche que tiembla de un extraño deseo.

Sé que todo lo puedo, porque puedo olvidarte:
Si, en esta sombra, solo, sé que todo lo puedo.

---J. A. Buesa---


Hay palabras dichas por otros, o frases, o ideas, que son capaces (por lo que expresan) de llegar hasta lo más profundo del alma. Palabras que remueven sentimientos y hasta te hacen decir por lo bajines cuando las oyes o las lees: "¡Coño, qué bonito, lo comparto hasta la última coma!". 

Fijaos en estas:

--Una sola cosa me ha gustado: ser libre; deseo que me dejen tranquilo, que no se ocupen de mí en modo alguno. Por eso, la solicitud, los regalos, me molestan tanto como un insulto. No me gusta depender de nadie. Ésa sea, quizás, la causa de mi soledad. --Emil Cioran--

--Tuve que sentir la soledad para aprender a estar conmigo mismo pero no sé si soy buena compañía. Traté siempre que todo fuese perfecto y comprendí que realmente todo es tan imperfecto como debe ser. Aprendí que nadie me pertenece, y aprendí que estarán conmigo el tiempo que quieran estar --Borges--

--Llega el día, dicen, en que el hombre se satura y se cansa del amor, del placer, del dolor, de la esperanza,y se vuelve solitario, empedernido, mudo como soltera piedra varada en el desierto.

Llega un día en que el hombre, insensible, no ambiciona ni excitar ni excitarse, ni hacer nido con nadie, porque cualquier contacto ya le produce náusea o repulsión a humores antes muy deleitosos.

Llega el día en que el hombre es su cadáver vivo que continúa de pie. Y si respira, conversa, camina a tientas, llora en seco, es tan sólo porque su corazón aún mueve su sangre --Elías Nandino--




martes, 19 de noviembre de 2024

Lo que tenía que pasar pasó

                                                                                     



Aquí, solo en la noche, ya es posible la muerte.
Morir es poca cosa si tu amor está lejos.

Puedo cerrar los ojos y apagar las estrellas.
Puedo cerrar los ojos y pensar que ya he muerto.

Puedo matar tu nombre pensando que no existes.
Ahora, solo en la noche, sé que todo lo puedo

--J. A. Buesa--


Nadie aparece en tu vida por casualidad. Ese cambio de miradas que tuviste con él, ese saludo, esa química inexplicable... Convencete: ¡tenía que suceder.!

Puedes pensar otra cosa distinta, por ejemplo, ¿Por qué no me enamoraría de alguien más, por qué no he conocido a otro hombre mejor, distinto?. Pero no, la verdad es que no podrías.

Las historias que has vivido con él tenían que pasarte a ti, tal cual. La lección de vida (tu lección) sólo podía ser aprendida en esa relación. Entre todos los miles de hombres que pudieron ser, te atrajo su sonrisa, sus formas, su actitud, sus ademanes, su aureola vital.

Convencete, te has cruzado con un tipo que ha transformado tu camino; era tu destino, ¡qué le vamos hacer!.. Él te ha cambiado de ruta, de vida, de planes, y hasta de futuro.

Podría haber sido todo de otra manera, es verdad, no haber salido como te ha salido, pero sucedió, así que, insisto: has conocido exactamente a quien debías conocer, te has enamorado exactamente de quien te debías enamorar.. Y al final es lo que somos: una colección de nuestros amores, de nuestras desilusiones, de nuestras alegrías...

Óyeme, en ocasiones pudiera parecerte que te desvias un poco, pero es para llegar al lugar donde has tenido que llegar. Recuerda, nada es por accidente

No obstante, más allá de todo, ama tus amores correspondidos y tus desilusiones. Las cicatrices y las marcas que te han dejado, son exactamente las que tenía que pasar. Eres mejor persona ahora, ¡a que sí!..

Joaquín

P. D. Todo esto se lo digo muchas veces, ¡pues no hay manera, no se lo cree, me dice que tenía que haber elegido mejor! 

Y el caso es que tiene razón.😏😏😏






lunes, 18 de noviembre de 2024

Nunca lo vieron de la mano de otra

                                                                                   


     


Y no me pregunto si olvidarás mi nombre,

ni lo que tú me diste ni lo que yo te di,

pues si te ven un día del brazo de otro hombre,

tendrá que ser un hombre que se parece a mi.

--J. A. Buesa--


No se hacía mi amigo Esteban de viudo. Bien es verdad que con casi setenta años a sus espaldas podría vivir bien así si quisiera: sin apuros económicos, con ciertas actividades sociales y hasta echar una canita al aire de vez en cuando, buena planta y labia no le faltaban. Bien es verdad todo esto, y más, pero no se hacía, necesitaba algo más.

Y lo que son la gente para estas cosas, vecinos y parientes no dejaban de insistirle:

---Pero hombre, si vives bien, ¿Para qué quieres una pareja? Un hombre mayor como tú, con su vida en la recta final, para qué complicarte

Pero no creáis que él aceptaba estas sugerencias supuestamente bien intencionadas,. Recuerdo la contestación que le dio a una vecina de toda la vida cuando esta le abordaba con estas cosas:

---Mari Carmen---le dijo---te digo como a ese señor que solía frecuentar un bar siendo él abstemio (pedía agua mineral con hielo) ¿Para qué vienes al bar, si tú no bebes alcohol?, le preguntaban. ¿Y sabes que les dijo? Pues que un bar tiene mucho más que ofrecer que sólo alcohol, el alcohol es sólo un lubricante social.

Mari Carmen, como vecina de toda la vida (había sido amiga de su difunta mujer) y un pelin metomentodo, hasta se vio con derecho a entrometerse en su vida; llegó a sugerirle una barbaridad. Él se defendió como pudo. Le habló bien clarito:

---Yo no busco a una mujer para sexo, busco una compañera de vida. Mi necesidad va más allá de lo visible; busco con quien salir a caminar a un ritmo nuevo, acostumbrarme a una mano nueva, a la tibieza y a la humedad de otros labios, ver el amanecer con la luz de unos ojos femeninos, disfrutar una conversación intranscendente, beber con alguien el café de la mañana. Mari Carmen yo busco a alguien que cuando me diga "tengo frío" yo entienda "abrázame"... Y cuando yo le diga ,"ten, tápate ", ella sepa que en realidad, le digo "te quiero ". Sólo eso busco, y nada menos..

Se salió con la suya Mari Carmen, no llegó a dos años la viudez de Esteban. Ella misma se lo encontró tres días después de morir tirado en el suelo del baño una fría mañana de otoño. Un infarto acabó con su vida. No tenía hijos..

Joaquín

P. D. Es una historia real.





domingo, 17 de noviembre de 2024

No te enamores de mi, por favor

                                                                                        


         

          A veces me quedo pensando qué sentirás tan lejos,

en las tardes heladas, al quitarte el abrigo,

y cuando vas de compras sin mirar los espejos

para que no te digan que ya no voy contigo.


Y también me pregunto si alguna madrugada

prefieres no dormirte para soñar despierta.

O cómo se entristece de lluvia tu mirada

cuando pasa el cartero sin mirar tu puerta.

--J. A. Buesa--


Recuerdo que me dijo:

No te enamores de mí, ni se te ocurra. Yo no le hice caso, claro. Cenábamos aquel día a la luz de la luna en un restaurante de playa. Hacía apenas dos meses que nos conocíamos, y nos gustamos nada más vernos, de veras que nos gustamos.

Soy emocionalmente inestable---me advirtió al día siguiente volviendo a lo mismo---soy raro, suelo hablar mucho, otras veces, sin embargo, me invade el silencio.

No te enamores de mí---reiteró esa misma noche ya en la habitación del hotel y después de hacerme el amor---soy difícil de entender, puedo hacerte estallar de felicidad y luego hacerte sentir la mujer más desgraciada del mundo.

Aquellos tres días de julio que pasamos juntos en Benidorm fueron, tal vez, los más calurosos del siglo, según dijeron después los meteorólogos, pero yo ni me enteré. También fueron los más felices de mi vida. 

No te enamores de mi---insistió él poco antes de volver a Madrid---sólo mírame; no tengo mucho que ofrecerte. En mi alma apenas guardo un par de sentimientos marchitos, un abrazo vacío y un corazón roto. No te enamores, por favor---repitió.

Él no sabía (no tenía por qué saberlo) pero justo me estaba dando las razones que yo necesitaba para enamorarme locamente de él.

En el mismo taxi que nos llevaba del aeropuerto al centro de la ciudad, aún pude escuchar de sus labios por última vez: ¡Por favor!, no te enamores de mi, ni siquiera lo intentes; no quiero hacerte daño.

Me lo dijo más serio que de costumbre. Acto seguido acercó su boca a mi oído y me susurró: Estoy casado y quiero a mi mujer, lo siento

¡Dios, qué tarde comprendí su advertencia, ya estaba enamorada de él hasta las trancas!.. Pasábamos entonces por la calle Velázquez. A mitad de ella ordenó al taxista parar el coche. Cogió su maleta, y desapareció. Antes había intentado darme un beso de consuelo que yo rechacé de malos modos. Luego proseguí hasta mi casa. 

Intenté por todos los medios que ningún vecino viera mi cara de rabia y desprecio.