Desdichados de aquellos que la vida maldijo,
que no soñaron nunca ni supieron amar...
Hay que sembrar un árbol, una ansia, un sueño, un hijo.
Porque la vida es eso: ¡Sembrar!.
-J. A. Buesa--
Menudo paisano tuvimos una vez. Os digo una cosa, fuentecanteños así mejor no haberlos tenido!. ¿Qué por qué os digo todo esto? Bueno, dejadme que os cuente su historia y veréis que tengo razón para despotricar de este pájaro.
Lorenzo Martín debió haber nacido en el Canal, aunque no hay datos exactos fiables. Con pocos años su familia se trasladó a vivir a Villanueva de la Reina, en Jaén, y allí aprendió el oficio de sastre, un buen oficio entonces.
Lorenzo creció, maduró y se enamoró de una chica de Villanueva, no muy agraciada, por cierto, aunque si ligerita de cascos, dijeron. Pero las cosas no le iban bien en los negocios, quizás porque no fuera bueno en su oficio, no sé, el caso es que los pedidos escaseaban..
Un día le aconsejaron que tal vez en su pueblo de nacimiento, Fuente de Cantos, le podía ir mejor. Así que, ni corto ni perezoso dejó allí a su mujer y hasta nuestro pueblo se llegó, y acertó. Debió ser que entonces teníamos pocos sastres, el asunto es que le llovían los encargos. Y poco a poco empezó a ser conocido aquí.
A Lorenzo le iba tan bien las cosas que se enamoró de una fuentecanteña de muy buen ver y con posibles, ¡Uy, qué feliz era! Tanto era así que la chica le pidió en matrimonio, y se casaron, pero ¿No estaba casado ya en Jaén?..
Si si, estaba casado y ninguna de sus dos mujeres sabía de la otra, ¡Qué hacer, dios mío, así no podía seguir!. Pues nada, lo pensó bien y tomó una drástica decisión. De la fuentecanteña estaba enamorado y la chica era de buena familia, la jienense no; sólo era una pobre mujer que no tenía ni donde caerse muerta..
Y Lorenzo puso en marcha su idea. Dijo a su mujer que iba a Andalucía a comprar género para la sastrería, pero en realidad se acercó a Villanueva, engatusó a su primera mujer con un viaje a Córdoba, y en mitad del camino la mató; luego regresó a Fuente de Cantos.
Pasaron dos años y Lorenzo vivió feliz junto a su mujer fuentecanteña, pero, hete aquí que pasó por Fuente de Cantos un viajante jiennense que lo reconoció, y supo de su vida. Cuando volvió a Villanueva dio parte del asunto a las autoridades de la Inquisición y ¡Oh!, ¿un caso de bigamia?. Investigaron concienzudamente y descubrieron el pastel, Lorenzo Martín, sastre fuentecanteño, no sólo era bígamo, sino asesino.
Rápidamente fue detenido, llevado ante el tribunal de la Inquisición de Llerena y condenado galeras de por vida, no sin antes pasear por nuestra localidad con el sambenito a cuestas.. Imaginaos el escandalo en el pueblo.
Que sepáis que este es un caso real que ocurrió aquí, en Fuente de Cantos, a finales del siglo XVI.
En fin
Joaquín
Abajo os muestro más fotos del Canal
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