Mi
corazón, un día, se convirtió en hoguera,
por
vivir plenamente la fiebre del placer;
Ansiaba
el goce nuevo de una emoción cualquiera,
un
goce para mi solo... Pero no pudo ser.
Y
he de decirte adiós para siempre, querida,
sabiendo
que te alejas para nunca volver,
Quisiera
retenerte para toda la vida...
¡Pero
no puede ser! ¡No puede ser!
--J. A. Buesa--
Mirad qué curioso; aparecía la noticia en una esquinita de un periódico de la mañana: resulta que el Estado del Vaticano se consolida como el mayor consumidor mundial de vino per cápita, con 53,83 litros por habitante y año. España queda relegada al puesto 33 de la tabla, con apenas 21,26 litros. Para que os hagáis una idea, el consumo per cápita medio en el mundo se sitúa en 3,47 litros al año.
No deben vivir mal el personal eclesiástico que rodea al Vaticano, aunque dicen que ese alto consumo de vino es por las misas. En fin, no voy a ser yo quien lo desmienta, claro..
No obstante, nada tiene que ver éste Vaticano ni esta Roma de ahora con lo que pasaba hace cinco siglos, cuando, por ejemplo, según un censo realizado por encargo del mismísimo Papa Inocencio VIII, en 1490 había 6.800 prostitutas y cortesanas al servicio de aquel disoluto clero romano.
Por esa fecha de 1490, ejercía de Papa nuestro ínclito Alejandro VI, el Borgia. ¡Qué os puedo contar de este Papa garañón que no sepáis!.. Pero poco antes se había sentado en el solio pontificio Juan XII, que menudo pájaro, con deciros que murió apaleado por un marido que lo pilló in fraganti en la cama con su mujer, os digo todo.
Por cierto, estando Francisco al mando de aquello, no creo que se desmadre mucha gente, por lo menos de puertas afuera, Ufffff, ¡según debe ser de austero!..
Lo dicho
Joaquín
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