Los años que nos quedan

                                                                      

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

--José Ángel Buesa--

La esperanza de vida de los seres humanos en nuestro planeta se ha más que duplicado en poco tiempo. Sin ir más lejos, en España tenemos ya casi 20.000 centenarios, ¡ahí es nada!

Pero no sólo en España, ¡claro!, personas con más de cien años, conocidos como súpercentenarios, se estima que existen alrededor de 450.000 en todo el mundo, y se prevé que ese número aumente a 3,7 millones en 2050.

Se ha descubierto recientemente qué es lo que permite a algunas personas vivir hasta los 100 años, mientras que a otras no. Un estudio de la Universidad de Boston ha revelado que los centenarios poseen una composición y una actividad celular inmunitaria únicas, lo que les confiere un sistema inmunitario altamente funcional que les permite vivir más tiempo.

Pero la población humana podría romper los récords de longevidad actuales en las próximas décadas. Hasta ahora, el límite biológico lo ha marcado la persona más longeva de la historia, la francesa Jeanne Calment, que falleció en 1997 tras cumplir 122 años y 164 días.

La compatriota de Jeanne, la religiosa Lucille Randon, falleció a los 118, dándole el relevo a la española María Branyas. Ésta es, en la actualidad, la persona más vieja del mundo, con 115 años.

Las supercentenarias han sido hasta ahora las que han dictado el "tope". Sin embargo, los expertos en envejecimiento consideran que nuestro límite como especie puede llevarnos mucho más lejos, al menos, hasta los 150 años, y eso está al caer, aunque yo ya no lo veré.

En fin

Joaquín