Le
dije adiós. muchas veces,
sin
atreverme a dejarla,
y al fin,
cerrando los ojos,
partí sin volver
la cara.
No quiero verla, no
quiero,
¡será tan triste
encontrarla
con hijos que no son
míos
durmiendo sobre su falda!
--Fco. A. de Icaza--
Era Juan un chico rubio, guapo, pero delicado de salud. Siempre fue, «mi ángel» decía Isabel, su madre, que no escatimó en gastos para su educación
Pero apareció Margarita, una chica austríaca, y Juan se enamoró de ella a morir.
Margarita poseía una belleza arrebatadora toda ella, con una cabellera rubia y unos ojos rasgados azul marina de espanto.
--¡Si la vieras, mamá, creerías contemplar a la mismísima diosa Venus!---le decía, emocionado, Juan a su madre
Y se casaron. Juan tenía 19 años, ¿y Margarita? Bueno, Margarita apenas 17 cumplía.
La boda se celebró en una bonita iglesia Pero nadie apostaba demasiado por una longeva vida al matrimonio; todos sabían de la mala salud del esposo, entre otras cosas.
Margarita era una chica fogosa en el amor. ¡y quién no a los 17 años!. A diario tenía sexo con su marido. Ufffff, todo el día "duro que te pego" estaban: lo que hacía mermar paulatinamente la lozanía de este. Con unas ojeras monstruosas, dijeron que le vieron algunas mañanas.
Algunos familiares cercanos se percataron del feo asunto y aconsejaron a Isabel, madre de Juan, que de vez en cuando apartase a Margarita de su lado su lado, que los separase y les concediera treguas, pretextando el peligro que la cópula tan frecuente constituía para el chico. Sin embargo, Isabel replicó, tirando de liturgia:
--Lo que Dios ha unido no puede ser separado por el hombre--les dijo tajante--¿quién soy yo para meterme en los asuntos de cama de mi hijo?---concluyó
Y se quedó tan ancha..
Cuando seis meses después de la boda, Fernando, padre del chico, lo volvió a ver, decidió ocultar a su esposa lo grave que estaba su "ángel". Una mirada penetrante del joven, que percibió heladora, bastó para comprender lo poco que le quedaba de vida.
Juan murió por sobredosis de sexo. Las malas lenguas lo achacaron al furor uterino de su bella esposa. No es mala muerte, no.. (bueno, esto lo digo yo)
Mucha gente vinculó su amor extremo por ella con la causa de su muerte, y quedaron convencidos de que el exceso de actividad sexual, motivado por los constantes y deseosos furores de su bella y joven esposa, habían impedido la recuperación completa de su salud, precisamente cuando más reposo necesitaba.
Fernando, su padre e Isabel, su madre, con pena inmensa y llorando a lágrima viva, enterraron al chiquillo el 4 de octubre de 1497.
Había fallecido Juan de Trastámara, príncipe de España, en brazos de sus padres, Fernando e Isabel, es decir, los Reyes Católicos. Apenas habían pasado seis meses de su boda con Margarita.
Por cierto, Margarita volvió a casarse, y a quedarse viuda otra vez, pero yo no quiero ser mal pensado. 😜😜
Joaquín
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