Este armazón de huesos y pellejos,
de pasear una cabeza loca
se halla cansado al fin, y no lo extraño,
pues, aunque es la verdad que no soy viejo,
de la parte de vida que me toca
en la vida del mundo, por mi daño
he hecho un uso tal que, juraría
que he condensado un siglo en cada día.
Así, aunque ahora muriera,
no podría decir que no he vivido;
que el sayo, al parecer nuevo por fuera,
conozco que por dentro ha envejecido.
--Bécquer--
Ahora que estamos con asuntos religiosos se me ha ocurrido, resulta que, según estudios serios, a finales del siglo XVII había más de 250.000 mendigos en España. Sólo la Iglesia católica se libraba de la miseria. Se calcula que una de cada cuatro personas en el país se dedicaba a los quehaceres religiosos (contando curas, monjes, frailes, obispos y demás prelados). Las mujeres tampoco le iban a la zaga, los conventos femeninos estaban abarrotados..
En la iglesia se refugiaban algunos por devoción (los menos) otros por buscarse un oficio, y la mayoría por no pasar hambre y penurias.. Y es que, dentro de la Iglesia tenían pan y refugio asegurado. No es de extrañar entonces que montones de ellos y ellas sin convicción religiosa hicieran luego de todo, (y digo de todo) una vez dentro..
Se contaba que muchas mujeres se metían monjas y luego se acostaban con curas o con atrevidos Don Juanes que se colaban en los conventos para echar el rato.. Tanto era así que era un buen negocio para la corona la legitimación de hijos de religiosos..
Pero también había otra Iglesia un poco más seria y convencida de su fe, era la iglesia de Fray Luis de León, de San Juan de la Cruz, de San Francisco Javier, de San Ignacio de Loyola o de Santa Teresa etc. Además también la Iglesia era la que fundaba universidades y colegios, siendo, casi, la única fuente de enseñanza y sabiduría de la sociedad..
En fin, todo eso hemos hecho nosotros.
Joaquín
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