Desmontando un mito

                                                                                       

Ojalá estuvieras aquí, en esta

madrugada helada...

si así fuese sabrías corazón que deseo

más tu calor que el que me dan estas

sábanas sin razón.

Ojalá al alba pudieses ver mis ojos

fulgentes de pasión por ti.

Eres mi amor lejano, mi amor

imposible, mi amor inexplicable, te

añoro con suma desesperación.

Si te dijera amor mío, que temo a la

madrugada, a su escalofriante estadía que me hostiga 

y no me agrada. ¡Oh cariño!

¡Sigo pensando en tus inefables besos!

¡Ojalá sueñe contigo haciéndome el amor hasta morir!

-Alejandra Rentería--

Se marcha Sánchez Dragó allá de donde es imposible el retorno, y deja por estos lares mundanos su obra y también el rastro pesado de su vitalidad. No paró de mojarse, de meterse en "fregaos.

¿Qué por qué me quité la camiseta del Che?, dijo un día, Dragó, hace ya medio siglo. Ernesto Guevara era el nuevo mesías para la juventud europea, y Cuba, el lugar donde la utopía era posible. Sin embargo, la venda se me cayó de los ojos y el icono del Che quedó desnudo ante la realidad. Teníamos una imagen mitológica--prosiguió-- pero era un monstruo como Jack el Destripador", confesaba.

Desde el momento en que Fidel y el Che entran en La Habana--siguió contando Sánchez Dragó-- se convirtieron en un mito para todos nosotros. En aquella época teníamos una imagen heroica, mitológica, del Che". Yo apenas contaba con 23 años. Había corrido delante de los grises y me había unido a la resistencia interna. El Che era, por entonces "una especie de imagen de Jesucristo" para los antifranquistas, un redentor sin mácula.

Sólo cuando me exilié en Italia, entre el 63 y el 70--ultimaba Dragó-- empecé a caer del burro", "Descubrimos que los discursos del Che estaban copiados al pie de la letra de los de Mussolini, lo que evidenciaba que lo de Cuba era un régimen fascista. Me di cuenta de que el Che solo era un psicópata, un asesino sediento de sangre, un monstruo. No era ningún líder de las libertades, lo supimos todos luego. 

En fin. 

D.E.P. Sánchez Dragó. Echaremos de menos tu libertad..

Joaquín