y tú apenas me escuchas y yo no te sonrío...
Y aún nos arde en los labios algún beso reciente.
--José A. Buesa--
Lo acabo de leer.
El Plan Nacional de Obras Hidráulicas que acometió el régimen de Franco data de 1933 y pudo ser llevado a término por la República, pero no fue aprobado por las Cortes, así que, recuperado por el «Caudillo» en el Plan de Transformación y Colonización, su desarrollo abarcó hasta 615 embalses, dejando la imagen de una España de pantanos como uno de los grandes logros del franquismo. El impulsor técnico del proyecto fue el ingeniero Eduardo Torroja, abuelo, por cierto, de la cantante Ana Torroja
Ahora, la Ley de Memoria Democrática se ha propuesto borrar las placas conmemorativas que evocaban inauguraciones en nombre de Franco como jefe del Estado, incluyendo escudos.
Según los datos aportados por “Transparencia” detallan las actuaciones en Benagéber, donde se demolieron «contrafuerte, escudo labrado y letras existentes en la cubierta del edificio de la presa (antes Embalse del Generalísimo)», con un coste de 6.369,44 euros; la eliminación de un escudo en la fachada de la oficina de la Confederación del Miño-Sil en Lugo, por importe de 2.671,24 euros; la mudanza de las placas de las presas de Borbollón y Árrago, que implicó el alquiler de un camión con cesta elevadora, con un coste total de 450 euros, para ser depositadas con vehículos de la CHT en el Archivo Histórico de la Presa de Rosarito, y la intervención en las placas de inauguración de los embalses del Cenajo y Camarillas, que siguen en la misma ubicación, pero «se optó por cubrirlas con otras». etc. etc.
La inscripción del Cenajo rezaba: «Este embalse lo mandó construir Franco, caudillo de España. “Dominó las aguas turbulentas del río Segura para que fecundizaran apaciblemente unas tierras ubérrimas. Redimió a los hombres que las trabajan del milenario temor a las inundaciones y a la sequía. Con su presencia se inauguró el día 6 de junio de 1963”
Las imágenes del NO-DO explicaban que 1.500 personas trabajaban en aquella infraestructura y que se habían invertido «un millón setenta y cinco mil jornales», para una obra de defensa de las 46.500 hectáreas de regadío intensivo.
A juicio de muchos expertos es injusto borrar el nombre de quien desarrolló los recursos hidráulicos de España, pues su nombre no es exaltación de alzamiento, guerra o represión, sino de la obra social que llevó a cabo el franquismo.
Como es obvio, a mi Franco me importa un pepino, hace ya cincuenta años que murió y ahora estamos todos en paz. Me importa, eso sí, que él mandaba construir pantanos y otros se gastan la pasta en borrar nombres, con la sequía que está cayendo..
En fin
Joaquín
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