¡Al alba mozas,
que me voy a vendimiar!.
Volveré lleno de sangre
lo mismo que un capitán.
Dadme el sombre pajizo
con su cinta ¡corta el pan!,
enciende el farol y baja
a abrirme sin demora el portal.
¡Oh, qué hermosura de noche!
Dios nos la deja gozar...
Ya pisan niñas descalzas
la sangría del lagar,
y por la orilla del río
se oye a los mulos trotar.
Te traeré por la noche
garnacha para cenar.
--A. de Foxá--
--Si, si, muy bonita y muy tierna la película, pero no creas que la realidad fue así de romántica--- -le dije a mi amiga mientras veíamos en la tele, “Dónde vas Alfonso XII”--
Supe por la mañana que reponían ésta película en un canal local de televisión y como sé de sobra que a ella le encanta las pelis románticas, le animé a que subiera a mi casa y la viéramos juntos. Y en esas estábamos..
--Pues yo creo que el guion sí se ajusta a la verdad-- -me contestó ella muy segura de lo que decía--
--Nada que ver-- insistí-- -Lo que tú ves o lo que el director de la peli quieres que veas, es el desgarro sentimental de Alfonso cuando muere su mujer, María de las Mercedes, y no te digo yo que no lo sintiera, pero eso de que se hundió en un pozo emocional durante mucho tiempo no te lo creas. ¿Sabes lo que hizo cuando se quedó viudo?..
--No, dímelo tú, que pareces que lo sabes todo-- -me respondió con ironía--
--Está bien, te lo voy a decir, jajaja-- -le contesté carcajeando e intentando sorprenderla-- -Alfonso no se refugió sólo y lloroso en el palacio de Riofrío, como siempre se ha dicho, sino que allí estuvo muy bien acompañado, sobre todo por su bella y cantarina amante Elena Sanz.
--¿Por qué será que a todos los tíos os pasa igual? Sólo buscáis sexo.. al carajo el sentimiento y el amor-- -mascullo indignada Isabel-- -me acabas de romper un mito del romanticismo más sublime-- --se lamentó ella--
--Lo siento, amiga, pero las cosas son como son. Mira-- -le dije-- --a Elena la conoció Alfonso cuando tenía sólo quince años, y ya se enamoró de ella. Lo que pasa es que no podían formalizar relaciones por temas de diferencia social.. Eso sí, en cuanto se quedó viudo de María de las Mercedes fue a buscarla rápido, y retomaron su antiguo amor. Ten en cuenta que apenas cumplía veintiún años. Elena era diez años mayor, y guapísima, por cierto.. Ella le enseñó todo sobre el amor y el sexo..
--¡Vaya!, ¡pobrecito Alfonso, qué inocente!. ¡Vamos, Joaquin, no me vayas a decir ahora que estaba falto de amor y por eso hay que perdonarle todo!--
--Jajaja, no te enfades-- --reí-- --precisamente te lo digo por lo golfo que era. Fíjate: Elena era una estupenda cantante de ópera y actuaba en el Teatro Real, con mucho éxito. Alfonso le puso un pisito en la Plaza de Santo Domingo al lado mismo del teatro, para tenerla cerquita.. Y allí quedaban los dos. ¡Uy, si las paredes de esa casa hablaran! ¡Cuánto amor hubo allí! ¡Cuánto sexo!. Claro, que.. ¡eran tan jóvenes!. Pero el caso-- --seguí con mi explicación-- -es que Alfonso volvió a casarse enseguida, ahora con María Cristina, la pobre..
--¿La pobre?-- -me interrumpió ella-- --¿Por qué dices la pobre, si fue reina de España, nada menos?--
--Sí, es verdad, pero en el fondo fue una desgraciada, porque su marido le ponía los cuernos con Elena todos los días. Incluso tuvo unos cuantos hijos con ésta.. Claro, que cuando murió Alfonso con sólo veintisiete años, se vengó bien. Lo primero que hizo con Elena fue hacerle firmar un contrato por el que ésta abandonaba rápidamente España camino de Paris para nunca volver. ¡Ah!, y se tenía que llevar a todos los hijos tenidos con Alfonso-- --concluí--
En fin, querida-- -terminé de contarle-- --reconozco que la película se deja ver, aunque demasiado dulzona para mi gusto. ¿Lleno las copas y luego nos damos una vuelta?-- --le dije para hacer las paces--
Mi amiga me perdonó mi osadía y aceptó la invitación. Apuramos el licor, nos pusimos los abrigos y salimos a la calle..
Joaquín
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