martes, 25 de enero de 2022

Érase un país...

                                                                                    




Es feliz el que soñando, muere...

--Rosalía de Castro--



España es un pequeño continente en sí mismo, además de pertenecer a otro más grande como es Europa. En la península ibérica (excluyo a Portugal) se da una gran variedad de aspectos, tanto físicos como paisajísticos, pero muy especialmente culturales.

No siempre hemos estado distribuidos territorial y geográficamente según lo estamos ahora.. La división actual en autonomías es, como todos sabemos, muy reciente; exactamente emana de la Constitución de 1978, en la que realmente hubo muchos cambios.

Desde 1833 y hasta 1978 nuestro país estaba dividido en 14 regiones (ahora hay 17) y, por ejemplo, Cantabria pertenecía a Castilla la Vieja, Madrid a Castilla la Nueva, o Albacete a la región de Murcia. Muchos nos acordaremos de ese antiguo reparto.

Cuando se diseñó el modelo de 1883 se tuvo muy en cuenta querencias particulares. En la subdivisión geográfica en provincias a casi todas se le concedió su porción de montañas… Fijaos cómo casi todas ellas tiene su pequeña cadena de montañosa, o llámese mejor sierras, pues algunas no alcanzan aquella categoría.

Pero si España tiene entidad suficiente para ser catalogada como un pequeño continente en cuanto a orografía y climas, no digamos en asuntos de paisanaje, costumbres y tradiciones; en esto nos llevamos la medalla de oro.

Es curioso comprobar que, a pesar de llevar juntos como país unificado más de quinientos años, persista aún entre nosotros esta disparidad de costumbres y esas ansias de independizarse unos de otros, ¿y sabéis qué? la culpa de todo es no haber suprimido las regiones, si sólo hubiéramos permitido las provincias, que son como los departamentos franceses, éstas no hubieran tenido poder suficiente para sacar los pies del tiesto, como si los están sacando ahora las autonomías.. En fin..

Joaquín




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