Las princesas
también se cansan de tanto cuento.
--¿Sabías Isabel,
que nuestra infanta Cristina es tataranieta de la reina Victoria de
Inglaterra?-- -le anuncié ayer tarde a mi amiga--
Hablaban en la tele
de Urdangarin y su mujer, la infanta, y su posible separación. Así
que, a cuenta del asunto le quise contar rápido una anécdota. Había
subido a su casa buscando a su marido. Habíamos quedado para tomar
unas cervezas en el bar de abajo y ver el partido. Mientras esperaba que terminara de
acicalarse aproveché y le endilgué la historia..
--La reina
Victoria de Inglaterra-- -proseguí-- -dejó un
reguero de hijos y nietos por todas las casas reales de Europa. Es
difícil concebir hoy en día algún apuesto heredero o guapa
princesa que no descienda directamente de la Reina Victoria. Sin ir
mas lejos, nuestro rey actual tiene sangre victoriana por dos partes.
Su padre el rey Juan Carlos es bisnieto de una hija
de ésa prolífica reina inglesa, y su madre, la reina Sofía,
también es nieta de otra nieta de la reina Victoria--
--Sí, lo sé,
Joaquín, estos tíos de las casas reales se casaban entre ellos, y
así pasaba luego. Pero ahora ha cambiado la cosa, ya lo hacen con
plebeyas; mira el nuestro. ¿Y sabes una cosa?, mejor así-- me contestó tajante mi amiga--
--Pues fíjate qué
curioso, Isabel-- -le dije-- -el hijo mayor de la reina
Victoria, Eduardo VII, cuando aun era Príncipe de Gales
tuvo muchas amantes, entre ellas la mismísima madre de Winston
Churchill, el famoso primer ministro. Sin embargo, la que mas le duró
fue Alice Keppel, una chica que tenia
entonces veintitantas primaveras, mientras Eduardo rondaba ya los
cincuenta y seis..
Alice era una encantadora joven
casada pero ligerita de cascos, y muy moderna para la
época; tanto que tuvo hijos de tres hombres diferentes.
Resulta que una de ésas hijas todo el mundo sospechaba, (con
fundamento) que era de Eduardo. Pasado el tiempo, y muchos revolcones
sexuales después, vino al mundo una bisnieta de Alice; le pusieron
de nombre, pásmate: Camilla (Parker-Bowles). Es
decir, que el Príncipe de Gales, Carlos de
Inglaterra tuvo el mismo bisabuelo que su actual querida
esposa Camilla--
--¡Anda!, va a
resultar que todos estaban emparentados. Ya veo que también cuecen
habas en la familia real inglesa, igual que en la nuestra. Estos días
también he visto que al hermano de Carlos le acusan de abusos a una
jovencita-- -me confirmó mi amiga muy enteradilla de la cosa real--
--No sé si sabes
que Camilla conoció al tímido Carlos al terminar éste un partido
de polo del que es muy aficionado-- le seguí contando-- -estaba
sudoroso y cansado. Camilla buscó la excusa perfecta para saludarlo
y contarle lo de sus antepasados comunes. Por supuesto, Carlos, se
quedó prendado de su osadía e inteligencia. A partir de entonces
quedó rendido a sus píes. No obstante, Camilla estaba muy enamorada
del capitán Andrew Parker-Bowles. Se dice que ésta
tonteó con Carlos para darle celos a Andrew. Seguro que hay mucho de
cierto en todo esto--
--Pero, ¡Cuánto sabes de esta gente! Eres un experto!-- -replicó mi amiga soltando una carcajada--
--Jajaja, lo he leído hace poco. Carlos y Camilla se hicieron amantes, pero
tuvieron que verse a escondidas, pues ella a ojos de la puritana
sociedad inglesa era plebeya. Acordaron dos bodas, Carlos con la
supuesta bobalicona Lady Dí, y Camilla con el capitán
Andrew. Parece ser que Carlos lo pasó muy mal con el bodorrio de
ella, señal de su enamoramiento. Aun así jamás dejaron de verse y
de llamarse tres o cuatro veces al día por teléfono. Después
del accidente y muerte de Lady Dí, (que todos conocemos al dedillo)
la cosa, por fin, se les puso a huevo a la pareja. Y ya sabemos del
desenlace final--
--A partir de ahí
si estoy al tanto de la historia, Joaquín. Lo he visto cien veces en
la tele y revistas-- --suspiró un pelín, como que sabihonda---
--No te canso más
Isabel que ya veo venir a tu marido. Sólo concluirte que Camilla ha
tenido una vida sexual activa y prolífica, con lo que es una
experimentada amante. Asunto, por cierto, que le ha venido bien al
tontorrón de Carlos que era pacato en estos menesteres. El
episodio se repite con aquellos antepasados de la época victoriana,
pero los personajes, a pesar de ser parientes, no son comparables. El
bisabuelo de Carlos, Eduardo VII, era un consumado amante. No así él (Carlos) que es más bien timorato en estos verdes asuntos.
Tan solo Camilla ha heredado la soltura amatoria de su bisabuela, la
bella y avispada Alice Kepper--
Con estas, que vi
llegar al marido de Isabel, muy predispuesto, con su chaqueta y su
corbata y me extrañé, pues yo iba vestido de manera informal, con
unos vaqueros y un polo azul, pero nada le dije. Le guiñé un ojo
de complicidad a mi amiga y salimos en busca de unas fresquitas cañas
de cerveza y ver el fútbol. Isabel me sonrió, dio un beso en la comisura de los
labios a su marido y ambos le dijimos adiós..
Joaquin