Mis ojos no se sacian de verte y admirarte .
¡Cuán bella estás dormida! ¡Qué hermosa te hizo Dios!
No hay nada con que pueda mi idea compararte.
Dios te hizo así, y no quiso Dios como tú hacer dos.
Mas sé, aunque estás dormida, que escucha tu alma atenta
los versos que en tu oído depositando voy
porque ellos son la copa donde amor fermenta,
y en ellos, destilando mi corazón te doy.
--Zorrilla--
Os propongo una idea macabra: ¡imaginaos vuestro propio entierro!. ¿Cómo será? ¿Qué pensarán los amigos que acudan a dar el pésame por vosotros al tanatorio Ntra. Sra. de la Hermosa? ¿Os llorarán?... Evidentemente os lo imagináis desde vuestra propia perspectiva. Es como si observareis la escena desde las alturas, o sentado entre los presentes ¿Qué pasada, no?.. Seguro que nunca lo habéis pensado..
Muchos creen que después de morir dejamos el cuerpo y el alma sube al cielo, o algo parecido, y que nuestro espíritu es capaz de ver lo que sucede en el entorno y en el mundo que hemos dejado.. Otros, sin embargo, están seguros de que la muerte es el final, que con ella acaba todo. Pero incluso a estos últimos se les hace imposible no pensar qué pasará después de su muerte, es inevitable..
Porque, claro, es natural sentir inquietud ante la idea de no existir ¿A quién no le da miedo su propia muerte? No os preocupéis si os ocurre, a todos nos produce desazón hablar de ella, pero ya sostenía Epicuro que sentir miedo a la muerte es una estupidez. El que muere no lo experimenta.. Tu muerte no será algo que te pase a ti, ¡cuando suceda tú ya no estarás!..
Por cierto, y hablando de la muerte, el próximo octubre hará 106 años que se nos fue el, quizás, mejor poeta fuentecanteño, Máximo Rodríguez. Vivió y murió este hombre en su casa de siempre, en la calle Carmelitas, a los 75 años..
Máximo Rodríguez fue el poeta del pueblo llano. Todos sus poemas los componía y recitaba de viva voz y tenía un don extraordinario para ligar palabras y sentimientos.. Allá van unos versos suyos...
Orgullo y vanidad, pompa maldita,
tú ciegas a los míseros mortales
que invierten sus cuantiosos capitales
en profanar la casa más bendita.
Aristócrata: sí, piensa y medita,
que todos ante Dios somos iguales
y el ábrego incesante en días fatales
al bello tulipán también marchita.
Mas te valiera que ante el mundo insano,
si perpetuar ansías tu memoria,
mitigaras las cuitas de tu hermano..
Cuando en 1885 se demolió el antiguo Hospital de la Sangre y se construyó en el mismo solar la actual Plaza de Abastos, el poeta Máximo, acompañado de su amigo Eloy Toro, escribió en el arco de entrada, el mismo día de su inauguración, la siguiente poesía..
Te vi de templo sagrado,
diste hospitalidad.
Fuiste escuela de párvulos,
y colegio electoral.
Pero ahora te veo convertido
en una plaza de abastos,
como una gran capital..
Lo escribieron y esculpieron en la placa inaugural, de madrugada y alumbrándose con unas cerillas.. En fin..
Joaquín
calle Martinez
calle Mora
calle San Julián
Calle M. Yerga Lancharro
calle Clavel
Plaza de Zurbarán (Altozano)
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