Perdonadme, hijos míos, si os di ésta dolorosa
existencia en un ciego minuto de placer,
acaso presentíais el dolor de la vida
cuando llorabais al nacer.
Era en la primavera; florecían las rosas
y soñaba con el laurel.
Nada puedo brindaros de cuanto soñé,
pobre funámbulo del ideal;
el oro de mi sueño se ha convertido en cobre
y el hambre acecha siempre en el umbral.
Perdonadme, hijos míos, si os traje a esta podrida
vieja bola del mundo, por mi propio placer.
vosotros presentíais la angustia de la vida,
y por eso llorabais al nacer.
--Emilio Carrere--
Sus amigos no comprendían nada, pero lo veían tan seguro de si mismo que se apretujaban contra él buscando la certidumbre que antes les faltaba.
Un día quisieron pasar con la barca al otro lado del lago, pero en mitad de las aguas se desató una terrible tormenta. ¡La barca zozobraba de manera alarmante, el viento soplaba con fuerza, la lluvia arreciaba y el agua casi le llegaban ya a las rodillas!. Él dormitaba en popa apoyada su cabeza sobre una almohada..
--¡Maestro!, ¡maestro!, ¡Nos vamos a ahogar! --Dijeron asustados dirigiéndose a él--
Entonces él se levantó, ordenó al mar y se calmaron las aguas. Ellos miraban asombrados a aquel hombre de pie sobre la barca con los cabellos revueltos, pero con el rostro sereno.
--¡Insensatos!, ¿no creéis en el Hijo del Hombre? ¿Cómo os asustáis si os he dicho que tengáis fe?
En fin, imaginaros el panorama.. "Fíate de la virgen y no corras", decía aquel.. Este es un pasaje del Nuevo Testamento, un episodio más entre Jesús y sus apóstoles y, claro, es muy fácil despotricar de los apóstoles, incluso llamarles incrédulos y desconsiderados por no fiarse, pero.. ya me dirán quién se fía de nadie. Bueno, y más ahora con los tiempos que corren, a rebosar de mentirosos e irresponsables; fijaros en la política...
Joaquín
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