miércoles, 11 de agosto de 2021

Fuente de Cantos, y algunas cosas para olvidar..

                                                                                    




La muerta resucita cuando a tu amor me asomo,

la encuentro en tus miradas inmensas y tranquilas,

y en toda tú... Sois ambas tan parecidas como

como tu rostro, que dos veces se copia en tus pupilas.

Es cierto: aquella amaba la noche radiosa,

y tú siempre en las albas tu ensueño complaciste.

(por eso era más lirio, por eso eres más rosa).

Es cierto, aquélla hablaba; tú vives silenciosa,

y aquélla era más pálida; pero tú eres más triste.

--Amado Nervo--


Inmersos estamos en una época de feroz revisión del pasado. Lo vemos en los medios informativos a diario. En los Estados Unidos, por ejemplo, hordas de gentes enfurecidas andan tirando estatuas, quemando placas conmemorativas y cambiando nombres de calles, plazas y todo aquello que huela a los primeros colonizadores extremeños y españoles de aquel continente.

La cosa empezó con Colón, siguió con Pizarro y Cortés, y ya van por Junipero Serra, el fraile que fundó San Francisco y Los Ángeles. Ahora le han puesto el ojo a Isabel la Católica y un mural suyo que tienen en el Capitolio. Desconocen que ésta mujer defendió con ahínco a los indígenas americanos..

¡Qué saben ellos!, pero ya sabéis que aquí somos muy dados a cambios radicales, así que toquemos madera.. 

Veréis.. todo aquél que tenga un pasado exquisito que levante la mano. Si nos ponemos en esa tesitura deberíamos destruir las pirámides de Egipto, el Partenón de Atenas, la torre Eiffel de París, el acueducto de Segovia, la Sagrada Familia de Barcelona y hasta la Torre de la Iglesia de Fuente de Cantos, puesto que se erigieron, o bien con esclavos o con trabajadores explotados y con los sueldos bajísimos de entonces, y ¡claro!, esto no tendría sentido pues...

Si nos ponemos exquisitos con el pasado, insisto, también deberíamos profanar la tumba de Napoleón en París, la de Lincoln en Springfield, la de Lenin en Moscú, y hasta la de Zurbarán en el antiguo Convento de los Agustinos de Madrid (si diéramos con ella) y de paso la de casi todos los artistas, escritores, pintores, directores de cine etcétera, sacar sus restos, quemarlos y previo ritual o aquelarre y tirar sus cenizas al rio más cercano, como hacían en le Edad Media con los dirigentes que caían en desgracia,. Y es que la inmensa mayoría de todos estos vivían acorde con sus tiempos y posiblemente tenían esclavos (no necesariamente negros) o eran machistas, tal y como era la sociedad de entonces..

Sin embargo, algo que si deberíamos lamentar, que no olvidar, son unos cuantos acontecimientos ocurridos en Fuente de Cantos a lo largo del pasado, porque...

--No se debería repetir las llamadas "langostadas" de principios del siglo XX. Verdaderas plagas de langostas que asolaban los campos fuentecanteños y arruinaban las cosechas, con la consíguete hambruna de más de medio pueblo. La de 1907 liquidó toda la cosecha de garbanzos..

--No deberían volver las terribles tormentas del verano de 1918, cuando perecieron ahogados en el Bodión algunos hombres. O la de 1927, tan fuertes y duraderas que impidieron la recogida de la cosecha. El ayuntamiento tuvo que trasladar a unos centenares de obreros a trabajar en la línea férrea Ólvega-Morón, en Andalucía, para que no murieran de hambre.

--Tampoco se debería repetir el abandono de niños recién nacidos a las puertas de las ermitas, siendo especialmente doloroso los más de veinte dejados, en canastillos y con lo puesto, en la ermita de la Hermosa, durante varios años.. Esta ermita al ser la única que estaba fuera del casco urbano entonces, era propicia para tal menester. 

No, no se debería repetir ciertas cosas, pero tampoco podemos olvidar..

Joaquín


No hay comentarios:

Publicar un comentario