Yo busco una mujer boca de risa,
guardosa sin afán, franca sin tasa,
que al honesto festín vaya sin prisa,
y traiga entera su virtud y gasa.
No sepa si el sultán viste camisa,
mas sepa repasar las que hay en casa;
cultive flores, cuide pollas cluecas.
Que su padre no la visite,
ni yo pague la farda en chocolate,
que rece poco y bien, riñas me evite,
no sea gazmoña ni con ellas trate.
Dulcinea la busco, y no Quijote,
no haga de gallo quien nació gallina.
Dulce no pruebe con goloso dedo
ni cace pulgas y ante mi las mate:
del cobarde ratón no finja miedo,
ni bonito gato mi cariño empate.
--J. Vargas-- (siglo XVIII)
Apoyado en la barra del bar y mientras echaba un trago al botellín de cerveza, le pregunté:
--¿Sabías que hasta 3.000 olores variados podemos detectar cualquier persona normal, pero que un perfumista experimentado puede llegar hasta los 30.000?
--¡Por qué lo dices!. ¡Qué hueles!---exclamó mi acompañante asustada
--Jajaja, no pienses mal, mujer---le dije carcajeándome---te lo decía por el olor que sale de la cocina del bar. Fíjate---reiteré---los maestros olfateros dividen los olores en ocho grandes familias: Etéreos, Fragantes, Repulsivos, Empireumático, Aromáticos, Ambrosíacos, Aliáceos y Nauseabundos, ¡qué te parece!
Ella rio también con mi ocurrencia, y aprovechó para soltarme una anécdota de historia, de las que tanto le gustan:
--Pues ahora que me hablas de olores, Joaquín, ¿tú sabías que los lombardos tenían fama de ser apestosos en su aliento?. Sí, el Papa Esteban advirtió al rey Carlos que no se casara con Enmergarda, ya que era hedionda como todos los lombardos. El rey se casó de todos modos, era muy guapa, pero no pudiendo resistir su hedor, acabó repudiándola, jajaja.
Reímos los dos. Habían cerrado ya la puerta de la cocina y el olor a fritangas se había mitigado. Quise cambiar de tema. Le dije:
---Pues esos lombardos de los que hablas son ahora de los más ricos y modernos del mundo, y su capital Milán, una de las ciudades más innovadoras.
Ella asintió. Luego pagamos las cervezas y nos fuimos con viento fresco.
Por cierto, era primavera y el olor de los plataneros de la calle impregnaba el ambiente con su fragancia.
Joaquín..