Cuando aquella tarde me encontré con mi amigo no parecía el mismo. Tenía un aspecto saludable y un brillo especial iluminaban sus ojos. Me llamó la atención, pues suele ser un tipo más bien indolente y retraído.
Por ir yo acompañado tal vez no se atrevió a adelantarme ninguna confidencia, pero me dio a entender (lo conocía bien) que me tenía algo importante que contar. Apenas pudo contener sus ganas de soltar prenda, pero aguantó, el tío. Quedamos en llamarnos por teléfono.
Hasta que me casé, mi amigo y yo fuimos inseparables. Él padeció un desamor que había destrozado sentimentalmente. A sus allegados nos costó dios y ayuda sacarlo de aquel marasmo.. Desde entonces no había vuelto a enamorarse y andaba por ahí con unos amigotes de flor en flor.
Esa misma tarde, al poco de llegar a mi casa, recibí un wasap suyo en mi teléfono con la siguiente nota:
"--Hola Joaquín, ayer me envió un correo Pepi y estoy que no vivo. No sé a quién contárselo ni qué tengo que hacer. Por favor, quedamos esta noche en la cafetería y te cuento. Te adelanto que he decidido volver con ella. Ya sabes que la tengo muy metida en mis entrañas. He redactado una carta para ella. Te envío copia para ver qué piensas tú. No hace falta decirte lo importante que tu opinión es para mí. Un abrazo"
Ni que decir tiene, abro el archivo adjunto y ésta de abajo es la carta. La muestro por lo emotiva. En ella se deduce los principales rasgos del carácter de mi gran amigo. Pepi fue la del desamor..
"Querida Pepi:
Quiero decirte lo feliz que me has hecho al pedirme que vuelva contigo; te juro que nunca perdí la esperanza. Hoy al leer tu correo has conseguido de mí que vuelva a ser el hombre más dichoso del mundo.
Me dices que te perdone, que fue una pasada aquello, pecadillos de juventud consideras. Claro que te perdono; sabes que no me hago sin ti. Te prometo, incluso, no contarte las veces que rogué degradando mi escasa dignidad a amigos comunes noticias tuyas anhelando desesperadamente que rompieras con él y volvieras conmigo.
Y olvidaré, sí, olvidaré aquellos días en los que te veía ciñendo su cintura con tus manos, satisfecha y eufórica, paseando por las calles de la ciudad, mientras al borde de la locura, yo disimulaba indiferencia con la escena y modulaba palabras inconexas a cualquier amigote que me acompañara y se prestara a señalaros
Ahora me dices que siempre me has querido, que fue un error tu decisión. Tal vez, pero permíteme que me muestre un poco escéptico de tu renacido amor, creo que me lo he ganado a pulso.. Acudo de nuevo a tu llamada, y sucumbo una vez más a tus encantos, ajados por el paso de los años pero igual de seductores que entonces. Espero por fin vivir contigo mi gran sueño aunque sea tan cruenta nuestra reconciliación pues he dejado en el camino jirones de mi existencia... Este que te adora, Pedro"
Al día siguiente me reuní con él, y por supuesto le recomendé que le diera otra oportunidad, Pepi era su gran amor. No obstante la cosa no fue como yo esperaba. Ya os contaré..
Joaquín

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