miércoles, 18 de enero de 2017

¡Qué nos pasa a los españoles!





Las autonomías han creado 17 nuevos centralismos y en pocos años, el estado español puede limitarse a administrar el Museo del Prado.
F. Vázquez
 
¿Alguien duda que los españoles somos uno de los pueblos mas singulares y exclusivos de Europa? Yo no, porque miren... Cuando queremos hacer las cosas bien las hacemos de maravilla, pero si lo que pretendemos es fastidiar el cotarro, para eso también somos únicos.
Si fuésemos un pueblo unido en lo cultural otro gallo nos cantaría, porque creo que es ahí donde radican nuestras desgracias. Al haber pequeñas diferencias idiomáticas y folclóricas, aprovechamos estás para presumir y dividir en la creencia de ser diferentes o superiores al vecino. Esto se intentó solucionar cuando se redactó la constitución del 78, en donde dividimos al país en 17 mini-estados. Sin embargo llevamos ya cuarenta años de ese invento y la cosa no solo no ha mejorado, sino que están mucho peor, ahí tenemos el ejemplo de Cataluña.
Apuesto que si preguntáramos ahora a los españoles qué le parece esto de las autonomías y que si están de acuerdo con el poder que han adquirido, seguro que una mayoría suculenta nos diría que no, que son un refugio de cientos de políticos despabilados que se lo llevan crudo.
La idea de hacer de España un estado autonómico o semifederal se hizo precisamente para contentar un poco a todos, después de consentir de que Cataluña y el País Vasco tuviesen una amplia autonomía. Es verdad que éstas dos díscolas regiones lo venían reclamando desde mucho tiempo atrás y posiblemente era inevitable hacerlo, pero la solución final de hacer lo mismo con el resto, incluso creando algunas que jamás lo pidieron fue un error garrafal del que nunca nos arrepentiremos lo suficiente.
Pensemos: ¿Qué pinta regiones como la Rioja, con menos habitantes que Móstoles, pero con ínfulas de país?: Con su gobierno completito, y sus ministros correspondientes, y con un  parlamento cuajado de senadores etc.etc. A estos dispendios añádasele coches oficiales, bedeles, ayudantes y miles de carguillos más. He puesto el ejemplo de la Rioja por ser de las más pequeñas, pero el resto tampoco se quedan atrás.
Hay países (a los que algunos recurren como ejemplo) con estructura federal como nuestras autonomías, pero lo son por tradición histórica. Por ejemplo Alemania, en donde sus distintas regiones ya eran ducados o principados independientes en épocas recientes. O los Estados Unidos, que se formaron en estados precisamente porque el origen de sus primeros colonos era de una determinada zona, o les unía un mismo credo religioso. Sin embargo nosotros: ¿Qué diferencia histórica, lingüística o cultural, si me apuran, había entre Murcia y Extremadura? O ¿entre Asturias y Castilla la Mancha?. En paisaje y naturaleza no digo que no, pero sus habitantes teníamos todos la misma procedencia, la misma religión, la misma historia, y la misma etnia.
Posiblemente la solución hubiese sido seguir con nuestras regiones de toda la vida, excepto Cataluña y el País Vasco, teniendo éstas algo más de autonomía. Seguro que se hubiesen conformado pues en el fondo lo que les priva a ésta gente es ser diferentes al resto. Y es que según los datos actuales, seguimos teniendo las mismas desigualdades entre regiones de siempre, incluso en algunos aspectos más si cabe. 
En un país centralizado al estilo Francia, con una agencia tributaria única que recaudara todo los impuestos, y después, según criterios serios y acreditados se repartiera de manera progresiva y según necesidades, disminuiríamos las diferencias. De paso quitaríamos  poder a politiquillos regionales de tres al cuarto que inciden en un patriotismo regional sin fundamento, y que hurga en las exiguas diferencias que tenemos con el único fin de mantener ellos su cargo y el abultado sueldo. Ganaríamos todos porque al menos dejaríamos de odiarnos los unos a los otros.
 Con estos miniestados que tenemos, tan parecidos a los reinos de taifas medievales, hemos conseguido agravar nuestras diferencias. Ahora un aragonés no quiere saber nada de un madrileño, por nombrar algunos; la educación que reciben sobre historia y geografía son totalmente distintas... Apenas hay nada en común. Si no fuera por la tele, la liga de futbol, o El Corte Ingles, ahora también Mercadona, ni sabríamos de nosotros mismos.
Creo que visto lo visto y con los años de diseño autonómico que llevamos a  nuestras espaldas, vamos camino de dispersarnos más si cabe. También de aumentar las diferencias culturales, sin olvidar por ejemplo, la sanidad o la educación. A más autonomía mayor desigualdad. Ésta es una regla que se cumple impepinablemente, porque los mandatarios regionales con tal de distanciarse del vecino no dejan en su empeño de sacar leyes propias a tutiplén.
Recapacitemos, ¿Merece la pena que hayamos de pensar dos veces ponernos enfermos en otra comunidad porque es un engorro tremendo hacer las gestiones pertinentes? O sin ir más lejos, que no podamos optar a plaza de funcionario en regiones con idioma propio. Y que conste que en la ideología de izquierdas está como algo básico los sistemas políticos centralizados. Bueno, en toda la izquierda menos en la española, que beben los vientos por los nacionalismos periféricos, sean del color que sean, incluso racistas y xenófobos.
Dicho queda….


                                                                                          Joaquín Yerga
                                                                                            18/01/2017


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