martes, 8 de enero de 2019

El hombre que no sabía nada





Atiborrado de filosofía,
por culpa del afán que me devora,
yo, que ya me sabía
dos gramos de vivir, nada sé ahora.

De tanto preguntar
el camino a los sabios que pasaban,
me quedé sin llegar,
mientras tantos imbéciles llegaban.
(Amado Nervo)


Hay una cita muy famosa atribuida al gran filosofo Sócrates; el padre de todos los filósofos que en el mundo han sido, que dice: “En cuanto a mí, sólo sé que no sé nada”..., tremenda frase, creo; por cierto, contiene ésta en sí misma un mundo de sabiduría y humildad. Sócrates estaba considerado el hombre más sabio de su tiempo, el tipo al que todos escuchaban con atención; al que más tenían en cuenta a la hora de aceptar y reconocer sus consejos, pero...
Socrates en su humildad, a pesar de estar en sapiencia muy por encima de los demás, se consideraba un individuo que no sabía apenas nada; es decir, él era consciente que un sólo hombre, en comparación con el universo, inmenso y desconocido; con la naturaleza y sus misterios indescifrables, y ante la mente humana, tan compleja, es una mota de polvo, un ciego, un sordo a bordo de una barquichuela al albur de una tempestad en medio del océano. Y además fue honesto consigo mismo, que es lo más elevado moralmente que se puede ser en la vida, aunque...
Sócrates pagó caro su osadía por ser honesto. Le acusaron falsamente y por intereses políticos de pervertir moral y políticamente a los jóvenes que le escuchaban, y nada más lejos; sólo les instigaba a no creer en augurios y adivinos, que en la creencia de dictar a la gente los deseos de los Dioses, (cosa muy habitual entonces) persistían en su ignorancia y superstición, pero...
Sócrates pudo salvarse, de haberse arrepentido y retractado de sus enseñanzas, sin embargo se mantuvo fiel a sus ideas y optó por aceptar la sentencia del tribunal que lo juzgaba aun a sabiendas de su poco valor ético. Aceptó beber la cicuta que le haría morir; no obstante ésas últimas horas que pasó en el corredor de la muerte acompañado de sus más incondicionales amigos y discípulos fueron las más valiosas, por lo que allí se dijo, para la historia de la filosofía, pues...
Su discípulo más aventajado, Platón, aunque no pudo asistir a su ejecución al estar enfermo, se encargó con creces de esparcir por el mundo su sabiduría. De tal forma lo hizo que hoy en día, 2400 años después de la muerte de Sócrates, conocemos su inmensa obra y la consideramos la esencia de la filosofía..., y eso que jamás llegó a escribir una sola línea. “Los Dialogos” que Platón escribió sobre la muerte de su maestro, en los que intervienen los aventajados alumnos y amigos de Socrates, son de alguna manera la madre de la filosofía. Dice Fernando Savater que cualquiera que pretenda iniciarse en la filosofía debe tener como referencia éste libro...
Otra juiciosa cita relacionada con la sabiduría es aquella que dijo Sandra Carey, una famosa escritora norteamericana: “No hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría. El primero nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría nos ayuda a vivir”. Hoy en día, en que la enseñanza a las nuevas generaciones va encaminada básicamente a hacerles expertos en la materia que va a ser su oficio, tiene todo el sentido del mundo la frase, porque...
No sé si será cierto eso que dicen de que tenemos ahora la generación de jóvenes más preparada de la historia, es posible, pero yo sigo echando en falta a la gente conocimientos generales. Es verdad que jamás hemos tenido mejores arquitectos, mejores ingenieros, químicos, o informáticos que ahora, pero también es cierto que los sacas de ahí y son, casi, perfectos ignorantes, es decir, sólo se preparan para lo suyo, y posiblemente se ganarán muy bien la vida con soberbios sueldos, no digo que no, pero a todas luces carecerán de sabiduría necesaria para disfrutar de una vida completa y placentera.
Dicho queda...
Joaquin Yerga


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