Nosotros ya no somos los mismos..
Cuando
me lo contaron sentí el frío
de
una hoja de acero en las entrañas;
me
apoyé contra el muro, y un instante
la
conciencia perdí de dónde estaba.
Cayó
sobre mi espíritu la noche,
en
ira y en piedad se anegó el alma.
¡Y
entonces comprendí porqué se llora,
y
entonces comprendí porqué se mata!
Pasó
la nube de dolor... Con pena,
logré
balbucear breves palabras...
¿Quién
me dio la noticia?... Un fiel amigo...
Me
hacía un gran favor... Le di las gracias.
(Bécquer)
Ando
leyendo estos días un libro la mar de interesante; el autor es un
judío muy de moda llamado Yuval Noah, el titulo, "Homo Deus". Es un
ensayo sobre cómo hemos evolucionado la humanidad desde los inicios
hasta la actualidad.
Dice
Yual Noah, entre otras muchas cosas pues acabo de
empezar el libro, que los seres humanos actuales hemos derivado con los siglos hacia
la filosofía del
Epicureismo. La base fundamental que plantea esta corriente
filosófica es el alejamiento en la creencia de los Dioses, el poco
temor a la muerte, un materialismo nato y un ansia de vivir en el
placer. Y yo creo que acierta de pleno, porque así veo yo también a
la humanidad.
Pues
sepan que antes no fue así la cosa. Con nada que miremos el pasado
nos daremos cuenta que las prioridades humanas eran muy diferentes a
las actuales. Por ejemplo ésta sociedad que tenemos ahora tan
descreída de la religión, si exceptuamos el islam que aun va “in
crescendo”, el resto apenas poco o nada le interesa. Antes no era así, claro..
Lo
del poco miedo a la muerte (otras de las novedades de este siglo) no
me extraña que así sea; nada queremos saber de ella. Pero recuerden a nuestros
antepasados y qué íntimamente ligados estaban con ella. No en vano
cada poco moría alguien de la familia...
¿Y lo del placer? No me
negarán que eso es lo que buscamos constantemente.
Todo nuestro afán en esta vida es pasarlo bien y disfrutar de ella
sea como sea. También les digo que ésta bicoca antiguamente era
impensable, ¿Quien se iba a preocupar de divertirse (salvo los ociosos ricos
de siempre) si apenas había tiempo para sobrevivir?...
Por
último está lo de la razón Y digo yo, si al siglo XVIII se le
llamó el "siglo de las luces" o de la razón, precisamente porque se abandonó la superstición, el ocultismo, el miedo al más allá, la
brujería etc. como culpables de todo lo que pasaba, qué no se llamará a este incipiente siglo
XXI.
Creemos
todos, y con razón, que los hombres actuales en
nuestro endiosamiento y soberbia evolución hacia la excelencia estamos exterminando la
vida salvaje y el espacio natural de la tierra, pero esta
aniquilación no es nueva, en cuanto aparecimos allá por el
África oriental hace 250 000 años comenzamos la destrucción.
Fíjense que cifras hemos modificado los hombres. De
todos los grandes mamíferos que había en el mundo sólo sobrevivieron apenas un
30%, en cuanto fuimos capaces de organizarnos. Y eso ya antes de inventar la agricultura.
Miren qué ejemplo nos pone el autor
del libro: en Alemania, que fue donde se ideó lo de Caperucita Roja,
y el Lobo feroz, (de allí eran sus autores, los hermanos Grimn) apenas quedan unas docenas de lobos. Pero eso sí, hay la friolera de
7 millones de perros domesticados.
Y sigue con las paradojas. Tan solo
unos 35.000 leones subsisten en libertad en la tierra; a cambio tenemos 600
millones de gatos. 700.000 búfalos salvajes en la tierra frente a 1.500
millones de vacas. O unos cuantos millones de pingüinos y la friolera
de 20.000 millones de gallinas. En fin, se ve que nos hemos movido, y
no para bien precisamente en estos pocos milenios que llevamos en
el planeta. Menos mal que acabamos de abrir los ojos y ya estamos
haciendo mejor las cosas.
Joaquin
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