miércoles, 16 de septiembre de 2020

Las razones de mi corazón

                                                                              



Llamé a mi corazón. Nadie repuso.

Nadie adentro. ¡Qué trance tan amargo!

El bosque era profuso,

negra la noche y el camino largo.

Llamé, llamé. Ninguno respondía.

Y el murmurado castillo taciturno,

único albergue en el horror nocturno,

era mi corazón.. ¡Y no me abría!.

--Rufino Blanco--



¡Pues no será que el corazón no tiene dolores, vaya si los tiene!. Sobre todo los dolores sentimentales, también llamados dolores del alma. Quizás para compensar tanto sufrimiento, la naturaleza lo ha eximido de padecer cáncer.

Cierto, el corazón no padece cáncer, cáncer lo sufren los riñones, el hígado, el páncreas, los pulmones, la piel, etc. etc.  Y digo yo, ¿tal es la sabiduría de la naturaleza que, sabiendo de su sensibilidad e importancia, le ha liberado de él? ¿Casualidad?..

No sé, pero la evolución ha querido salvaguardar al corazón y no exponerlo a su macabra destrucción por un tumor maligno. Aunque la explicación es bien sencilla: las células del corazón no se replican, como sí lo hacen las del resto de los órganos..

Dejadme que os cuente: el cáncer es la consecuencia de un fallo en alguna célula al replicarse; ésta muta y se vuelve maligna. El corazón está libre de todo eso porque sus células sólo se dedican a bombear sangre, no tienen tiempo para más..

Por cierto, hasta la Edad Media se pensaba que el corazón era el centro de los pensamientos y que el cerebro estaba vacío. Bueno, viendo las cosas que hacen algunos políticos de ahora, quizás tuvieran razón en esto último.

Joaquín




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