Ven a mirar conmigo
el final de la lluvia.
Caen las últimas gotas como
diamantes desprendidos
de la corona del invierno,
y nuevamente queda
desnudo el aire.
--Meira Delmar
Según estudios más o menos serios, la Iglesia católica posee el segundo tesoro más valioso del mundo. El primero sería el de los Estados Unidos de América..
Dicen que si lo vendieran al mejor postor acabarían con el hambre en el mundo, dos veces. Pero, entiéndase por tesoro no lingotes de oro ni pasta contante y sonante que tenga el Papa Francisco en la caja fuerte de su despacho, ¡que va!, por tesoro se entiende los adornos que engalanan las miles de vírgenes que la cristiandad posee y conserva en nuestros pueblos; o del oro y otros metales preciosos que decoran la multitud de retablos y capillas de nuestras catedrales e iglesias.
Claro que, ¡decidle a una feligresa fuentecanteña que despoje a su Virgen de la Hermosa de su manto o corona para dársela a los pobres!. ¡Obligad a un fervoroso cofrade de la Parroquia o del Hospital que desguace altares, imágenes sagradas o los cálices de plata que conservan como oro en paño y luego los reparta entre menesterosos!, les da un patatús..
Por cierto, después de revender todas esas magnificas piezas y dejar nuestros templos vacíos, quizás saciemos el hambre de millones de personas dos veces, es decir, que durante tres o cuatro meses tendrían para comer, pero ¿y luego?, porque volverían a tener hambre pasada esa etapa de abundancia ¿Y qué vendemos luego?.. Y ya ni rezar se podría...
En fin, no sé, no sé..
Joaquín
La parroquia con sus dos torres, la nueva, neoclásica y la vieja, gótica
Convento del Carmen
ermita de San Juan
Ermita de la Hermosa
Ermita de San Isidro
Ermita del Santo Cristo
Antiguo convento de San Diego
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