Amiga..
Me enseñaste del amor cosas
que no conocía.
Me acostumbraste a pensar en
ti.
Hiciste del mundo un Edén,
hermoso y vacío sólo para los
dos.
Con tus besos escribías en
mis labios mensajes de amor
eterno
que yo descifraba con pasión.
Hoy me consumo en las llamas
de tus promesas rotas..
--Joaquín--
Supongo que saben que las estatuas
ecuestres (a caballo) tienen una especie de código secreto, (o no
tan secreto pero que no todos conocen) que, casi, siempre se
cumple. Si, resulta que si el equino tiene las dos patas delanteras
al aire, sin apoyar, supone que el personaje representado murió en
batalla.
Bueno, dije que casi
siempre se cumple, porque hay una estatua de Felipe IV, “el rey
pasmado” que centra la Plaza de Oriente de Madrid, que
efectivamente está el caballo con las patas delanteras levantadas,
sin apoyar el suelo, pero el tipo murió en la cama. Es más, éste
pájaro no dio un palo al agua en su vida, ni participó en ninguna
batalla. Las únicas batallas que dio fueron los muchos revolcones en
el lecho que se dio, el menda, con toda clase de mujeres, con o sin
su consentimiento..
Por cierto, ésta estatua está
considerada una de las más espectaculares del mundo. La diseñó el
gran científico italiano Galileo Galilei y tiene la
particularidad de que, pesar de ser tan grande y estar apoyado sólo
con las patas de atrás, hace un extraño equilibrio para no caer.
Resulta que el monumento en la parte de atrás, que es donde se
apoya, es de bronce macizo y la parte delantera está hueca...
En fin..
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