Mi juventud, herida ya de muerte,
empieza a agonizar entre mis brazos
sin que la puedan reanimar tus besos,
sin que la puedan consolar mis cantos.
--Julián del Casal--
El túnel
Os propongo una idea: Imaginaos por un momento que pudiéramos abrir un agujero en mitad del Altozano, justo donde está el monumento al Sagrado Corazón.
El agujero debe tener un metro de ancho para que una persona pudiera meterse en él sin agobios. Eso si, debería ser muy profundo; tanto como grosor tiene la tierra; es decir, unos 12.500 kilómetros, ¡ahí es nada!..
El pozo (suponiendo que fuésemos capaces de hacerlo) tendría entrada y salida: la entrada en la plaza y la salida justo al fondo de la tierra, la atravesaríamos; o sea, más o menos vendría a salir en Nueva Zelanda, que son nuestras antípodas...
Bien, ya tenemos el agujero preparado. Ahora cualquier fuentecanteño se mete en él y se deja caer ¿Qué creéis que le puede pasar? ¡Si, ya sé lo que vais a decir, pero no vayáis a lo fácil!. Tened en cuenta que muchas fuerzas geológicas entran en acción...
Ya veo que nada se os ocurre. De acuerdo, os voy a sacar de dudas...
Que sepáis que el paisano que se meta en el agujero, caerá a una velocidad determinada que iría aumentando de manera sorprendente según se acerca al centro de la tierra, por efecto de la gravedad, que aquí sería la máxima. Una vez pasado el centro iría disminuyendo la fuerza de la caída hasta llegar al otro extremo del tubo, tan ricamente, igual que entró y a velocidad cero.
Nuestro intrépido fuentecanteño saldrá por el otro lado del agujero casi andando.. ¡Y sólo habrá tardado 42 minutos en recorrer en su caída los 12.500 kilómetros! ¡Qué os parece!. Asombroso, ¿no?..
En fin, no me digáis que no habrá vivido una trepidante aventura.. Claro, que luego tendrá que coger el avión de regreso a Madrid y de allí hasta Mérida en tren, y ya sabéis lo que tarda el tren extremeño. Bueno, le queda la opción de volver a meterse en el tubo..
Por cierto, hasta la fecha sólo 12 kilómetros de profundidad es lo máximo que el hombre ha sido capaz de excavar. Lo digo para quitar ideas..
Joaquín
Altozano, y el monumento al Sagrado Corazón
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