¡Seis
meses ya de muerta! Y en vano he pretendido
un
beso, una palabra, un hálito, un sonido...
y,
a pesar de mi fe, cada día evidencio
que
detrás de la tumba ya no hay más que silencio.
Y
tú que me querías tal vez más que te amé,
callas
inexorable, de suerte que no sé
sino
dudar de todo, del alma, del destino,
¡y
ponerme a llorar en medio de camino!
Pues
con desolación infinita evidencio
que
detrás de la tumba ya no hay más que silencio
--Amado
Nervo-- de, la Amada inmóvil--
Créanselo,
apenas veo la tele. Sólo los telediarios atraían hasta hace cuatros
días mi atención; ahora ni eso.. Me aburre tanto la política; la
percibo tan insulsa tan
repetitiva, tan mentirosa que me rebelo.. Y no solo eso, miren estos
días los disturbios estos de Barcelona, me encrespan y, ¿saben que?
Pues que para pasar malos ratos prefiero no verlos; no está uno ya
para cabreos estériles y disgustos innecesarios..
No
sé el resto de la gente, pero yo estoy ya en una edad en la que no
me apetece angustiarme inútilmente, así que, si puedo, mis ratos de
ocio y los no tan de ocio los relleno con asuntos que me complacen y
relajan.. ¿No dicen que el estrés es demoledor para la salud? Pues
sepan que también los debates políticos cuando uno se implica mucho
o repetitivas visiones dantescas como las de Barcelona, generan
impotencia, irritan y alteran sobremanera el ánimo..
Lo
que es la vida, cuando se es joven sobra el tiempo y las ganas de
hacer, y sin embargo faltan los medios; ahora que uno entra ya en la
plena madurez, es justo lo contrario; estas son las contradicciones
propias y reiterativas de la vida. No obstante y como ésta cada vez se alarga más, aún disponemos de un plus extra de tiempo para
corregir posibles errores de apreciación digamos, existencial; es
decir, algo parecido a una segunda oportunidad para hacer cosas que
nunca antes, por infinidad de motivos, nos atrevimos a hacer ni a
pensar siquiera. En mi caso y con un pie ya en la senectud, hago
cosas y pienso cosas que jamás en mis años mozos se me hubieran
ocurrido.
La
vida empieza a los cincuenta, os lo aseguro. Sé que esta es una
apreciación un tanto atrevida y difícil de asimilar pero, cada vez
la constato más.. No hace falta decirles la bicoca que supone tener
estos años, incluso algunos más. Miren: el que más y el que menos
o está ya pre-jubilado o apunto de estarlo, con lo que tiempo para
hacer las cosas que le gustan no ha de faltarle; apuesto también que sus ahorros estarán en el momento más álgido de su pírrica historia, y la otra pata
de la felicidad, la salud, supongo que la mayoría todavía estarán hechos unos toros; con tantas revisiones médicas y controles
exhaustivos de los parámetros médicos, veo gente de sesenta con una
agilidad física que para si la quisieran los de cuarenta..
Resumiendo,
háganme caso, no teman llegar a los sesenta y rebasarlos con
generosidad. Déjense de cosas
que le fastidien, no se impliquen demasiado en política que
en el fondo es efímera, (esta gente al final se arreglan, les quedan
sus pagas y a usted el cabreo) y atrévanse descubrir, innovar,
conocer, en fin.. Sépanlo, frecuento salas de fiestas atestadas de
maduros y maduras dándose el lote como chiquillos de veinte; veo
gimnasios a rebosar de sesentones y sesentonas machacándose el
cuerpo de una manera que da espanto, y he sido testigo directo de
mogollones de gente madura estudiando inglés, aprendiendo música,
cursando carreras universitarias o aplicándose a fondo con pintura
al oleo, y no digamos de los viajes a Benidorm.. Lo dicho, si cuando
le pusieron el apelativo de jubilación, a esta especie de retiro por
edad, tenía mucho sentido, no olviden que jubilación viene de
jubileo, que no es otra cosa que: juerga, fiesta, cachondeo o
jolgorio, que es lo que hacemos ahora..
Joaquín
Yerga
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