domingo, 19 de febrero de 2023

No comparéis, por favor..

                                                                                     



¡Cuántos sueños de gloria evaporados

como las leves gotas de rocío

que apenas mojan los sedientes prados!

¡Cuánta ilusión perdida en el vacío,

y cuántos corazones anegados

en la amarga corriente del hastío!

--Gaspar N. de  Arce--



Las comparaciones son odiosas, dicen, y es posible que sea cierto, sin embargo no quisiera yo blanquear las atrocidades del amigo Putin en la guerra de Ucrania por lo que os voy a contar.

Pasó hace mucho tiempo, en el siglo III a.c.

Roma empezaba a ser poderosa en el Mediterráneo, había entablado dos guerras con Cartago, y había conseguido desplazar a ésta como dueña de ese Mare Nostrum. Al acabar la segunda impuso como castigo a los cartagineses una fuerte indemnización por daños y llevarse como rehenes a 400 niños, escogidos al azar entre todas las familias de la ciudad.

Imaginaos la escena en Cartago.. Contaba el historiador Plutarco que decenas de madres se ahogaron nadando detrás del barco que llevaba a sus hijos a Roma. Estos, o morirían o serían esclavizados. Así se las gastaban entonces.

Pero hubo una tercera guerra entre Roma y Cartago. Las condiciones que le puso la primera a la segunda en la anterior guerra eran tan duras que fue inevitable...

Emiliano Escipión, el famoso general romano, se presentó a las puertas de Cartago con un ejercito de más de 60.000 legionarios. Los cartagineses acojonados solicitaron la paz. Escipión pidió que toda la población se alejara a unas diez millas de la ciudad porque iban a arrasarla. Claro, los pobres cartagineses no iban a consentir semejante humillación, así que hubo guerra.. Vencieron los romanos, por supuesto, despues de hacer una carnicería.

Escipión era un buen hombre, honesto y comprensivo, y dio por terminada la guerra, pero debía esperar el visto bueno del Senado Romano. Este se mostró implacable, había que acabar con todo.

Sólo 55.000 cartagineses sobrevivieron a la catástrofe y fueron vendidos como esclavos, el resto, hasta el medio millón, fueron masacrados, hombres, mujeres, viejos y niños. La ciudad arrasada, los campos quemados y rociados de sal para que nunca más volviera a florecer nada. 

Así era Roma cuando se enfadaba. Si queréis ver los restos de Cartago, aún veréis alguna piedra chamuscada, no muy lejos de la actual Túnez..

En fin. Putin todavía no ha llegado a esto, quizás porque no pueda..

Joaquín





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