cosasmias: Así la hizo Dios..

Cuando cuento las semillas

sembradas allá abajo

para florecer así, lado a lado;

cuando examino a la gente

que tan bajo yace

para llegar tan alto;

cuando creo que el jardín

que no verán los mortales

siega el azar sus capullos

y sortea a esta abeja,

puedo prescindir del verano,

sin queja.

--Emily Dickinson--

Como un juego, así empezó nuestra controversia. Luego derivó en apuesta, aunque en el fondo nos sirvió a los dos para refrescar nuestras frágiles memorias. Y conste que había empezado yo diciéndole:

--La reina egipcia Hatshepsut, tuvo que aparentar toda su vida ser hombre y ponerse barba postiza para poder gobernar con mano de hierro en aquel imperio tan extraordinario que fue el Antiguo Egipto de hace 3.500 años--

--¡Pues anda que Zenobia, la reina de Palmira!----me replicó ella----que cogió las riendas de su ciudad al morir su marido y con ella llegó ésta a su máximo esplendor. El emperador romano Aureliano le ganó en una batalla, la apresó y la exhibió como un triunfo por las calles de Roma. Luego la perdonó al quedar conmocionado por la enorme dignidad mostrada--

¡Empezábamos bien!--pensé interesándome en la pelea dialéctica--. Pero no me iba a dar por vencido tan pronto, por eso volví a la carga:

--¿Y qué me dices de la valentía y agallas que demostró toda su vida Leonor de Aquitanía?----le interrogué----no tuvo parangón en la historia. En plena Edad Media, cuando las mujeres más sometidas y ninguneadas estabais, fue capaz de superar a sus dos torpes maridos y crear el reino de Aquitania y participar como única mujer en una de las más terribles cruzadas a Tierra Santa--

--¡Vale vale!, me obligas entonces a mencionarte a la francesa Juana de Arco, que evidenció ser la mejor soldado del ejercito arengando a sus tropas a la victoria. Por ello fue ajusticiad, jajaja----se le ocurrió ahora a ella---

Cuando digo ella me refiero a mi amiga. Habíamos hecho una apuesta los dos sobre ver quién recordaba a más mujeres que habían sobresalido en la historia por sus grandes hazañas. De momento íbamos empate. Todo esto vino a cuento por la celebración del día de la mujer del pasado día ocho.

--Pues ya que te pones, en Rusia y aunque ahora ésta gente no sean muy queridos, tuvieron a Catalina la Grande, que se sobrepuso al inútil de su marido y con ella ése país llegó a ser grande. Luego demostró tenerlos bien puestos cuando se acostó con quien le dio la gana, como haría cualquier rey----Se me ocurrió decirle a mi---

--Jajaja, pues si algo fue Inglaterra en el pasado se lo debe a Isabel I, “la reina virgen”, siempre con su peluca pelirroja nos jodió bien a los españoles en no pocas batallas y argucias. ¿Qué te parece?----soltó ella esperando quedarme ya K.O.--

--Pues si insistes me fuerzas a hablarte de aquellas intrépidas exploradoras del siglo XIX que fueron a África arrastrando baúles repletos de vestidos y perfumes que ya disfrutaban en sus viejas mansiones europeas.----le recordé yo muy ufano----ahí tienes a Mari Montagu----proseguí---la primera mujer occidental en acceder a un harem y escribir sobre ello, o Mari Kinsley, que en vez de quedarse a cuidar de su anciana madre se puso a explorar África, y hasta Gertrude Bell, que viajó por todo Oriente Medio y diseñó fronteras de futuros países, y a la que nunca le faltó, por cierto, su bañera preferida; siempre viajaba con ella, jajaja---

--Me estás pillando, Joaquín, a ver de quién tiro yo ahora-- --me dijo sin darse por vencida-- --¡ah, ya! Ahí va otra ¿Qué te parece Marie Curie, la primera mujer premio Nobel en una disciplina de sólo hombres y Frida Kahlo, la mujer del pintor Rivera, que con su cuerpo lacerado y dolorido por una accidente, dejó huella indeleble en la historia del arte?---

--¡Uy, estás acabando con mis reservas, no hay quién pueda contigo, jajaja!----le contesté riendo----está bien, ahí llevas a Eva Perón, que superó a su marido en popularidad por sus acciones en pro de los desfavorecidos. Eso, sí, siempre pendiente de su glamurosa imagen. Días antes de morir, a los 33 años de un cáncer, aún paseó por las calles de Buenos Aires envuelta en un soberbio abrigo de visón, que en realidad tapaba la cuerdas con las que se sujetaba a un poste para no caer----concluí---

Aún seguimos los dos recordando algunas mujeres famosas más, pero ya no os lo cuento porque resultaría aburrida la cosa. Sólo deciros que me ganó ella que tenía una lista interminable. Yo le mencioné algunas más, pero no eran tan conocidas como para que fueran aceptadas en la apuesta..

Joaquín