Ensoñaciones de una realidad
remota:
Pájaros, mariposas, yerba
fresca;
amores lejanos, dulces
recuerdos de juventud.
Rumor del río corriente abajo.
Temores infundados a la
tormentosa tarde.
Murmullos de voces festivas a
lo lejos,
y una niña morena de piernas
largas
que me abrió de par en par su
corazón..
--Joaquín--
Es
curioso pero, ¿nunca se han preguntado por qué las estatuas
masculinas griegas y romanas, tan decorativas y vistosas, tienen todas el pene extremadamente pequeño? Pues yo lo he leído hace poco y os aseguro que me sorprendió saberlo.. Ya no me extrañará, pues, ver ése "pequeño detalle" en el David de
Miguel Ángel y otras parecidas; al fin y al cabo el Renacimiento, que fue cuando se realizó éste último, es imitación del mundo clásico griego y romano..
Pues, aunque no lo parezca, los penes pequeños en toda representación
pictórica o escultural de la figura masculina no era por pudor porque, claro, imagínense un pene enorme y en plena erección para la
estatua de un sabio o de un escritor ¡qué horror! ¡Qué grosería!. Tampoco era
por que los griegos por raza son propensos a penes diminutos como los
chinos; ¡qué va! La explicación es, digamos más profunda, más poética; resulta
que para los griegos antiguos los hombres cabales, los sabios, los
virtuosos, los grandes guerreros, tenían que refrenar sus impulsos sexuales, debían
controlar su cuerpo. El ideal entonces era la armonía, la belleza
del héroe y la superioridad espiritual; de ahí un miembro pequeño
y flácido; los erectos y descomunales se quedaban para los sátiros y degenerados..
Y fijaros que curioso, a los viejos sí se le representaban con penes
grandes, pero precisamente porque ya no encarnaban el ideal
físico de aquella juventud heroica..
Los
griegos clásicos eran la repera en modernidad para aquella época. Mientras otros pueblos aún andaban casi salvajes, ellos ya habían
inventado la democracia, el arte, la filosofía, el teatro etc. etc. Y conste en que muchos casos aún no lo hemos superado.. Estas maravillosas estatuas
las hacían en bronce y eran famosas por su perfección y armonía.
Los romanos cuando se hicieron poderosos y ricos quisieron imitar todo lo
sofisticado de los griegos.. De hecho, era habitual que las familias
romanas ricas tuvieran esclavos y preceptores griegos para sus
hijos.. Cuando conquistaron todos los países ribereños del
Mediterráneo, entre ellos y sobre todo Grecia, saquearon sin pudor
todas las obras de arte de sus ciudades. Raro era no ver en casa de
algún patricio romano alguna estatua, ánfora o
cualquier otro elemento decorativo griego..
Cuesta
creerlo, pues tenemos la mente habituada a ese tipo determinado de
figuras, pero las estatuas griegas originales eran todas de bronce y
policromadas, es decir, pintadas de colores; luego los romanos
hicieron copias de ellas en mármol, que son las que conocemos hoy en
día.. Para nuestra desgracia las estatuas griegas de bronce
acabaron con el tiempo fundidas para otros menesteres más prosaicos como balas de cañón para la guerra.
En
1972 se encontraron dos estatuas griegas de bronce en el fondo del
mar cercano a Calabria, “Los guerreros de Riace” le llaman.. Hace poco se
han terminado de restaurar y se han expuesto en Nápoles.. Las
figuras venían de Grecia con la intención de decorar alguna mansión
romana. Se han estudiado en profundidad y descubierto su
magnifico modelado: las venas perfectamente visibles, los rizos bien
definidos, las pestañas, los dientes perfectos y los penes
extraordinariamente pequeños para los soberbios cuerpos de los dos
guerreros..
En fin, ahora ya sabemos todo... Ya lo dijo el comediante
Aristofanes en su obra “Las Nubes”: el hombre perfecto debe tener
pecho sano, anchos hombros, lengua corta, glúteos fuertes y miembro viril pequeño.. Bueno, no hace falta decirles que en estos tiempos es justo
lo contrario....
Joaquín
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