domingo, 22 de diciembre de 2019

No, a mi tampoco...



Yo no quiero tempestuosos amores;
yo quiero la quietud de un mar en calma,
y la placidez de un cielo azul de agosto,
y el semblante de un niño dormido..
Yo no quiero efusivos abrazos,
ni besos atronadores,
ni desproporcionados gozos.
Mientras la luna,
serena y tímida,
su faz asome tras los cristales
de mi ventana y pose,
avergonzada,
su amarillo semblante en tu mirada
mientras me miras,
con eso me basta
para ser feliz.
--Joaquin--


No quiero fastidiarles el día, y precisamente hoy, el mismo del sorteo de Navidad pero, ¿saben lo que se juegan? Me refiero a que si saben realmente las pocas posibilidades que tienen de que les toque algo.. Imagino que no como casi todo el mundo..
Yo el primero; nos acercamos estos días previos a la administración de loterías, compramos nuestros correspondientes décimos y tan ricamente y con los cinco sentidos en alerta a esperar esta mañana algún milagro en el sorteo y nos toque el gordo.. Ilusos nosotros; no digo que los pobres no debamos tener alguna esperanza de dejar de serlo, pero si fuésemos conscientes de verdad de las pocas posibilidades que tenemos de que nos toque algo importante, desistiríamos de comprar nada porque: --No es imposible que nos toque el primer premio, pero casi--..
Fíjense, las probabilidades de que nos toque el gordo se reducen al 0'00001%, es decir, casi nada.. Es lo mismo que si en un bombo con 100.000 bolas cogemos la única que estuviera marcada.. Otra cosa es que ganemos otros premios menores, la pedrea o las terminaciones, pero eso en ningún caso nos va a sacar de pobres, y sobre todo, es “pecata minuta” para la expectación y esperanza que ponemos en este día.. En el bombo central de este sorteo sólo 13.334 números de entre los 85.000 que contiene están premiados con diferentes cuantía, (el 16%) mientras que 71.776 no tienen nada. ¡Y nosotros expectantes y haciendo cálculos ya del destino de la pasta!..
Sepan que en el sorteo de Navidad sí hay un ganador claro en todo este tinglado, el Ministerio de Hacienda, que él solito y sin despeinarse se embolsa 175 millones de euros por diferentes conceptos.. Porque ya saben que los premios superiores a 20.000 euros hay que tributarles un 20% del importe. Si por un remoto azar le tocase el gordo, (cosa como acabo de señalar muy improbable) de los 400.000 euros de la cuantía, 20.000 de ellos estarían exentos y solo pagarían impuestos por los 380.000 restantes, o sea que Hacienda se quedaría con 76.000 euros y usted se embolsaría el resto, 324.000 euros..
¿Saben de dónde viene esto del “Gordo de Navidad”? Pues resulta que en sus primeros años para promocionar el sorteo idearon la caricatura de un enano recubierto de billetes, lo que le hacía parecer muy gordo; a la figura le llamaron el “enano afortunado” pero con el tiempo se simplificó con esto de “el Gordo”.. Por cierto, era un “puntazo” entonces que el ganador del sorteo, y estoy hablando de mitad del siglo XIX, se llevara los 8.000 pesos del primer premio y superara a los 5.000 que entonces ganaba el presidente del gobierno al año.. Y miren qué poco hemos cambiado, hoy el ganador se lleva limpio los 324.000 euros que hemos hablado, mientras que un presidente de comunidad autónoma se embuchará 225.000 netos, más otras prebendas del cargo..
Y luego está lo supersticiosos que nunca dejamos de ser por más que digamos no porque, no me digan que no tiene migas hacer colas interminables por comprar en Doña Manolita y otros establecimientos famosos, cuando todos sabemos que los números son los mismos y todos entran el bombo. O la manía de pedirle al lotero números especiales o terminaciones mágicas porque intuimos que esos van a ser los premiados.. Miren, yo juego absolutamente todas las semanas y desde hace 25 años para acá, 15 pavos en diferentes sorteos y jamás me ha tocado nada importante, supongo que igual que todos; entonces, ¿por qué va a ser hoy el día de mi gran suerte?  
Bueno, a pesar de estos malos augurios le diré que sólo una vez se ha repetido el mismo número premiado para el gordo; exactamente el 15540 y lo hizo en los años 1956 y 1978. O que el número 4 es la terminación más premiada. Y claro, por número de décimos jugados es lógico que sea Madrid y Barcelona las ciudades más afortunadas.. Por el lado opuesto, sólo Ávila, Tarragona y Zamora nunca han tenido suerte con el Gordo.. En fin, que tengan suerte, aunque ya les digo, no ponga mucho ímpetu en el sorteo de hoy que luego viene el bajón, sobre todo cuando veamos en el telediario de las tres, a los cuatro o cinco afortunados dando saltos de alegría abrazados y descorchando champán espumoso en la puerta de su administración..
Joaquín

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