Parece mentira que hayas existido.
Te veo tan lejos...
Tu mirada, tu voz, tu sonrisa,
me llegan al fondo de un pasado inmenso...
¿De veras me quisiste? ¿De veras me besabas?
¿De veras recorrías la casa, hoy en silencio?
¿De veras, en diez años, tu cabecita rubia
reposó por las noches, confiada en mi pecho?
--Amado Nervo--
Una gota de sangre es suficiente. Sí, una sola gota de sangre basta para saber la edad exacta que tenéis, por mucho que os pintéis, os maquilléis o metáis para adentro la barriga. Y lo extraordinario es que el margen de error es tan sólo unos meses. ¡Qué cosas!.. Esto es nuevo, son técnicas recién inventadas que más pronto que tarde revolucionará también el mundo de la salud..
Por cierto, resulta que hay unas determinadas edades en nuestra vida que son puntos de inflexión en nuestro natural envejecimiento.. Es decir, que a partir de ellas bajamos en picado hacia la senectud. ¿Sabéis cuáles son esas edades? Pues ahí van: los 34, los 60 y los 78 años.. Quiere esto decir que al cumplir estos fatídicos años cambiamos a peor de manera acelerada. Son picos que alcanzamos para después comenzar el declive físico..
¿Quién no ha vuelto a ver a un conocido después de unos años sin saber de él y llevado una desagradable sorpresa por lo envejecido que está? ¿O visto a un vecino ya anciano durante años sin cambios aparentes, y luego de golpe y porrazo verlo achacoso y renqueante, o muerto? Seguro que habían cruzado esas funestas edades..
Bien, pues esto está bien estudiado, y lo que nos parecía una simple apreciación nuestra, quizás interesada por diferentes motivos, resulta que es pura ciencia biológica. La cosa va de proteínas en las células...
Nuestros niveles de proteínas están constantes hasta que llegan esas edades críticas en los que cambian bruscamente, y comienza nuestro martirio..
En fin, lo dicho, recordad: edad adulta temprana (34), edad media tardía (60) y vejez (78)..
Que cada palo aguante su vela. La mía es bien jodida, con perdón, he rebasado ya la segunda..
Joaquín
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