Ya se van acortando las tardes, amor mío,
ya más pronto las gotas del fresco rocío
descienden al cáliz gentil de la flor;
Ya se van deshojando las rosas.
Por lo mismo que son tan hermosas,
se van para siempre.. con ellas, mi amor.
--Carlos F. Shaw--
Una mañana, a principios de verano, un vecino del matrimonio, extrañado de verlos dentro de la furgoneta y no contestar a sus llamadas, decidió avisar a la Guardia Civil, que se presentó enseguida en el lugar..
Sólo pudieron certificar la muerte de la pareja, y la de su perrito. Se habían suicidado los dos con el gas de una estufa que metieron dentro de vehículo. Junto a los cadáveres una carta manuscrita firmada por ambos explicando el motivo de su acción. A todo el pueblo daban las gracias..
Pero retrocedamos tres años en el tiempo:
Habían elegido Andalucía para vivir por motivos sentimentales; también por su clima y por su gente, y por su historia.. Estaban muy a gusto en Puente Genil, precioso pueblo de la campiña cordobesa.
En su chalecito, a las afueras, llevaban viviendo unos años dichosos los dos, él y ella. Estaban realizando sus deseos ¡Eran tan felices!. Habían llegado desde Canadá, un lugar hermoso, frío, próspero y lejano, a cumplir sus sueños en España. Para ello, tuvieron que vender todo lo que tenían allá, incluida su casa.
Se habían integrado tanto en la vecindad pontanesa, que llegaron a ser dos más de entre todos los del pueblo. Él tocaba en la banda municipal, mientras que ella participaba en actividades sociales propias de cualquier mujer de aquí.
Fue arriesgado venir de tan lejos a vivir los últimos años de sus vidas, toda una aventura, no obstante era su sueño, vivir y morir en Andalucía..
Pero todo se truncó una mañana..
Tocaba hacerse análisis. Nada grave, simple rutina---pensó él---sin embargo, Ufffff, le detectaron un cáncer silencioso y terminal.. Adiós ilusiones y esperanzas.
Con inusitada templanza aceptaron ambos la terrible noticia. Dos días más tarde decidieron despedirse de los muchos amigos que tenían en el pueblo y volver al Canadá. A realizar una gestiones administrativas---dijeron a todos--pero que volverían.
Lo amigos y vecinos quedaron satisfechos convencidos de su regreso; eran una pareja estupenda y muy querida. Nadie supo nada. No tenían por qué saberlo.. Hasta que la Guardia Civil encontró sus cadáveres en la furgoneta.
No sé vosotras, pero yo he quedado fascinado por la noticia. Ni me imagino qué tipo de conversación y convencimiento tuvieron los dos momentos antes de sus muertes para tomar tan tajante decisión..
Y hasta he llegado a preguntarme: ¿Qué grado de amor a su marido tuvo la mujer para decidir no permanecer en este mundo sin él?. ¿Qué vínculos tan fuertes unían al matrimonio para decidir morir los dos juntos, ella estando sana, y no eran tan mayores?
A menudo creemos que ya no hay amores como los antes, pero nos equivocamos..
Joaquín
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