viernes, 24 de marzo de 2017

Algo para recordar

                                                                                        


Querida Pepi:

Ignoro si me has olvidado, sin embargo yo sueño con volver a verte... Desde que no sé de ti algo ha cambiado en mi vida; a peor, desde luego.. A veces imagino que estás conmigo, y vuela mi imaginación al infinito; eso me permite aguantar la angustia. Otras veces fantaseo que eres tú la que me llamas y cojo rápido el teléfono esperando oír tu voz vacilante al otro lado, suplicándome que vuelva, que no puedes más; incluso creo verte desde mi ventana esperándome, inquieta y ansiosa por verme aparecer, pero enseguida se me hace real el sueño, y ante tu ausencia vuelvo, anímicamente vacío, a mis quehaceres.

Te fallé, es cierto, caí en la tentación, cambié por un instante de placer lo que más me importaba en ésta vida, tú..  Podría haberte dicho que nunca más, que no significó nada para mí, que solo fue una vez, una hora de flaqueza, que las circunstancia me obligaron, pero me dirías: ¿Y aquellas promesas de amor eterno? ¿Acaso no me juraste  fidelidad?.  

Por no adivinar no supe, siquiera, que el destrozo sentimental que provocaría mi acción seria inmenso. Ni creí por un momento que la convalecencia sería tan larga.. Además te pediría perdón mil veces, si pudiera; y comprendería tu resentimiento, y aceptaría de buen grado lo que me pidieras, y volvería a enamorarte, si me dejaras..

Ahora ha pasado el tiempo y no sé de ti, pero te sigo deseando con las mismas ganas de siempre. A pesar del distanciamiento y de tu indiferencia necesito creer que algún pedazo de aquel amor que nos tuvimos todavía pervive en tu corazón.. Aun suspiro porque alguno de los momentos felices que pasamos juntos lo recuerdes con nostalgia.. Ansío incluso, emocionado, que una lágrima tuya, rebelde, deambule por tu mejilla cuando angustiada o triste te acuerdes de mí.

Nota:

Esta carta de arriba la escribió, mientras soportaba un corazón destrozado, un joven de poco más de veinte años. Sufría por aquel entonces un atroz desengaño amoroso.. Actualmente es ya un maduro hombre de su tiempo, pero nunca olvidó a la destinataria. Por cierto, no hace mucho ha sabido de ella, pero, ¡hace ya tanto tiempo de la historia!, ¡está ella tan cambiada y él tan resignado, que!.. Bueno, dudo que ninguno de los dos se atreva a dar el paso. No obstante...

Joaquín




                                                                           


No hay comentarios:

Publicar un comentario