sábado, 22 de diciembre de 2018

A cara descubierta..

                                                                                   

   

¡Oh!, siglo decadente, que te jactas

de poseer la verdad, tú que haces gala

de que con Dios, y con la muerte pactas,

devuélveme mi fe extraviada.

¡Tengo sed de saber y no me enseñas;

tengo sed de avanzar y no me ayudas;

tengo sed de creer y me despeñas

en el mar de teorías en el que sueñas

hallar las soluciones de tus dudas!

--Amado Nervo--



No hay nada más espantoso que la ignorancia activa” Y esto lo dice un tipo que fue extremadamente culto, Johann Goethe. 

La cita de Goethe es muy vistosa; significa ser un ignorante y encima colaborar activamente uno mismo para que todo el mundo se entere. No obstante, tal vez se contradiga, puesto que el ignorante no sabe que lo es, por lo que difícilmente puede acomplejarse o silenciar su escasa sabiduría, más bien al contrario.

Lo que sí podemos es completar la frase con ésta otra que dice; “No abras la boca si no es para mejorar tu silencio”. Aunque demasiado rotunda, diría yo; si la siguiéramos a rajatabla, la mayoría no podríamos ni enseñar los dientes todo el tiempo.

Claro que ahora que en las redes sociales abundan zoquetes que por doquier y sin pudor apalizan al diccionario, quizás ante el espejo de sus propios estropicios lingüísticos se enmienden y opten por leer. Yo creo que esos que comenten tres faltas en cada palabra, tarde o temprano perciban (a fuerza de ver lo que escriben los demás) sus desvaríos gramaticales y se esfuercen al menos en hacerle caso a su corrector.

Me espanta la gente que aun se vanagloria de no haber leído jamás un libro... ¿Cómo se atreven a ir por el mundo desarmados de saber y a cara descubierta?... Leer conlleva, no sólo evitar graves faltas de ortografía, sino conocer y aprender de los más sabios que en el mundo han sido..

En fin..

Joaquín






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