domingo, 27 de mayo de 2018

La noche de la bestia






¡Ah de la vida!”... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La fortuna mis tiempos ha mordido,
las horas mi locura las esconde.

¡Que sin saber cómo ni a dónde,
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.
(Quevedo)


No me quejo de mi suerte; además de qué me serviría bastante tengo de estar vivo y poder contarlo. Afortunadamente aun vivo en un mundo que, si bien no perfecto ni ideal más sí interesante, y lo suficientemente atractivo como para que merezca la pena estar en él, y morir en él, claro.. Es más, es el único que conozco no hay otros, por lo que no puedo comparar, ni elegir.
Y qué contarles de la vida, poca cosa pero no debemos generalizar, decirles solo que hay tantas vidas como seres habitamos este mundo y todas diferentes entre sí porque, lo que a mí me entusiasma a otros deprime, y eso es justo lo que debe ser. Digo esto porque gente atrevida hay por ahí que aboga por la uniformidad entre los individuos ¡Hala!, todos iguales, sin distinción de clases ni de riquezas ni aptitudes, o capacidades!... En fin... "cosas veredes, amigo Sancho", que diría Alonso Quijano en el Quijote..
Afortunadamente todavía no hemos llegado a la aberración, (aunque camino vamos de ello) de ver un mundo de personas con los mismos gustos, las mismas obligaciones, o las mismas diversiones; porque entiendo que si la vida es bella es precisamente por su diversidad, natural y humana.. Pues con ambas cosas, creo, están dispuestos a terminar algunos politiquillos y arrimados..
Créanme, aborrezco las propuestas uniformadoras, los individuos debemos ser libres e independientes y cada cual debe elegir el camino a seguir, aunque tropecemos mil veces y luego no alcancemos la meta soñada; aunque mucho me temo que las tendencias políticas y sociales de ahora vayan en el sentido contrario.
Imaginemos un mundo en donde la gente que lo habita comen lo mismo, visten igual y hasta ven todos a los mismos programas de la tele, sería horroroso, pues ya casi estamos en ello. Andamos en vías de crear un mundo de robocitos de carne y hueso en donde nadie se puede salir del guion que nos han impuesto, salvo ser tratado de estrafalario.
No me negarán que quizás los más débiles de entendederas estén dispuestos a dejarse manipular por los poderes omnímodos de algunos estados y partidos políticos que programan las vidas de sus súbditos hasta el mínimo detalle, aunque más pronto que tarde, me temo, todos entraremos por el aro. Ellos nos dirán qué debemos comer, qué no debemos beber y cuántas veces deberemos hacer el amor; y todo eso por nuestro bien y en aras de nuestra felicidad... No debemos inquietarnos por nada -nos advertirán -No debemos pensar, no debemos protestar ni prosperar, ellos lo harán por nosotros, a cambio recibiremos subvenciones y seguridad de por vida; eso sí, ellos, (los dirigentes políticos partidarios de la uniformidad) quedarán al margen de esa homogeneidad y, fuera de nuestro alcance visual harán de su capa un sayo y vivirán a tutiplén, “Haced lo que yo os diga pero no lo que yo haga” pensarán con desfachatez, como los curas de antaño.
He sido siempre un tenaz partidario del libre albedrío; no me gusta nada que programen mi vida, si me equivoco he de hacerlo yo, y si no también. Pero entramos en tiempos en los que los partidos políticos y los gobiernos sucumben a la tentación de dirigir la vida de sus gobernados como si de menores de edad se tratara. 
No sé si a mis gustos se le llamará liberalismo, posiblemente pero, aunque a esta palabra se la asocia más con asuntos políticos o económicos, yo creo que es una manera general y plena de vivir siendo consciente uno de sus limitaciones..
Cuando hay elecciones municipales o generales en el país vemos con nitidez pasmosa en los distintos programas electorales de los partidos la enorme cantidad de promesas de todo tipo que garantizarán solucionarnos la vida.. Nos prometen el oro y el moro: pagas extras, todo gratis, ayudas a tutiplen etc. etc. la única condición que nos imponen, eso sí, es que les demos nuestro voto, luego no cumplen nada, pero acostumbran a la gente a pedir y a creerse que papá estado nos lo hace todo.. En fin...


                                   cosasdejoaquinyerga@blogspot.com
                                   

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