Crónica de una muerte anunciada
Mientras
más grandes sean tus pruebas, más grandes serán tus victorias
Anónimo
¡Hurra! estamos de suerte, ETA, esa banda terrorista y sanguinaria nos
perdona la vida. Anteayer en un lugar cualquiera del sur de Francia y
ante la presencia de los partidos nacionalistas vascos y navarros y
con la participación estelar de los "ínclitos" de Podemos,
escenificaron la patochada de una entrega de armas y su disolución
como organización. ¡Ahí es nada! como si el conflicto, que llaman
ellos, fuese una lucha entre iguales.
Hace
ya tiempo que ETA está derrotada, y lo hicimos nosotros, los
demócratas, con nuestra fortaleza y capacidad de aguante,
auxiliados, por supuesto, por nuestras mejores armas que no son
otras que la policía y los jueces.
Ahora,
ya casi olvidados por los españoles, ese siniestro mundo abertzale con sus partidos y organizaciones, puesto que no pudieron exhibir
ninguna victoria quieren sacar tajada de su derrota.
Sé
que la memoria colectiva es frágil y enseguida la pasamos a mejor
vida, quizás mejor así pues esa actitud nos permite vivir sin
rencor constante que seria muy perjudicial para nuestra estabilidad
emocional, sin embargo esta gente han dejado demasiados damnificados
por el camino, casi novecientos asesinados y miles de heridos, sin
contar el daño anímico a tanta gente, y es por ellos por lo que
debemos tener presente siempre su dolor.
Anda
enfrascados, (ése mundo) en dulcificar su pasado de terror, pero
nosotros no lo podemos permitir, debemos enseñar a las generaciones
venideras que lo ocurrido en esa terrible etapa no fue una guerra
entre dos bandos, sino unos asesinos que mataban y unos mártires
inocentes que ofrecían sus desnudas vidas.
No
niego que los prefiero así, disueltos y desaparecidos para siempre,
pero que no pidan la comprensión que nunca tuvieron ellos con sus
victimas, que no pidan que pasemos página de sus crueles asesinatos.
Ellos que hagan lo que les apetezca, nosotros a lo nuestro, a
juzgarles y a castigarles con la ley en la mano.
Si
de una cosa podemos estar orgullos los españoles es de haber
derrotado democráticamente a una organización que lo tenia todo a
su favor para amedrentarnos, el vil apoyo de una parte de su
sociedad, un país limítrofe que les servia de refugio y cobertura
para sus fechorías, y una opinión publica europea equivocada que
comprendía sus masacres en la creencia de que eran simplemente
antifranquistas.
Que
desaparezcan, sí, porque además de entender que no han conseguido
nada con sus infamias, el pueblo español los ignora, y ese es el
peor de los castigos.
Afortunadamente llegamos
a superar con éxito esa negra etapa de nuestra historia reciente y
eso debe fortalecernos como pueblo. Y lo hicimos soportando la
crueldad de una banda bien pertrechada y sin sobrepasar el cauce de
la legalidad. No obstante, otra batalla se nos presenta, ésta
aparentemente incruenta, es decir sin bombas lapas ni asesinatos pero
con un arma muy poderosa para sus fines, la mentira y la coacción,
me estoy refiriendo a Cataluña, pero si salimos airosos de aquella,
dura y espantosa, lo haremos, también, de esta, estoy completamente
seguro.
Dicho
queda…
Joaquin
Yerga
06/05/2018
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