El padre de la patria y algo más
El
valor es tener miedo a la muerte, y ensillar de todos modos.
John
Wayne
Ando
leyendo estos días aunque a ratos y cuando el tiempo libre y las
ganas se confabulan, un librito de suculentas anécdotas de la
historia que han pasado desapercibidas para el gran público pero que
pudieron cambiar el signo y el devenir de nuestras vidas. En una de
ellas (he de confesar que me priva esas confidencias) escribe el
autor sobre el gran Abraham Lincoln.
El
que fuera dos veces elegido presidente de los Estados Unidos,
Lincoln, nació en el estado de Kentucky pero se trasladó
muy joven con su familia a Illinois. Y allí
precisamente, en su capital Springfield, está su
venerada tumba.
De Lincoln habría
que utilizar toneladas de papel para escribir sobre su vida o
enumerar sus míticas frases. De él nos dice el autor del libro
que fue un racista a pesar de haber pasado a la historia
como el gran político que abolió la esclavitud. Y nos cuenta las
causas reales que lo indujeron a acabar con esa ignominia, que
no fueron otras, por cierto, que motivos estratégicos
durante la guerra.
Según
fuentes bien documentadas y fiables, Abraham Lincoln era
homosexual, o cuanto menos bisexual. Son estos, por
supuesto, secretillos no punibles, que cada cual haga de su capa
un sayo. Lo cuento solo a modo de chismorreo para regusto de
morbosos que haberlos haylos. Él se casó y tuvo
hijos pero se le cuentan, al menos, media docena de amantes... de
pelo en pecho ¡claro!
Al
igual que Lincoln, y por enhebrarlo con la siguiente historia,
también cambiaron de ciudad y de estado la familia de
Cynthia Ann Parker, en éste caso en sentido inverso; se
mudaron de Illinois a Texas.
Texas,
ése inmenso estado del sur de los Estados Unidos era en
esa época de 1836, un hervidero de conflictos
entre: México (había pertenecido poco antes a este
país) los indios comanches y los colonos yanquis.
La
familia de ésta chica, de origen inglés, se instaló en un
pequeño rancho aislado en la zona occidental del estado, es decir,
donde los indios aun campaban por sus respetos. En una algarada de
éstos asaltaron la pequeña granja y casi liquidaron a toda la
familia. Les arrancaron las cabelleras a todos; a los hombres
además los testículos. Ése era su ceremonial de guerra.
A
la mayor de la familia, (la abuela) la empalaron con lanzas en
el suelo y la violaron repetidas veces. Al menor, un bebé de apenas
unos meses, directamente lo degollaron. Era habitual en ellos
deshacerse de los más pequeños. Tan solo y como mal
menor a los adolescentes lo raptaban y los integraban
posteriormente en su tribu. Por no seguir detallando las
crueldades que solían hacer estos “angelitos” termino
contando que al resto de las mujeres las violaron hasta la
extenuación para acabar asesinándolas. Solo se libró y por
ser adolescente Cynthia… tenía nueve años.
A Cynthia se
la llevaron y la hicieron casar con uno de los jefes de la
tribu. Pasado el tiempo olvidó su idioma y acabó siendo una mujer
india más; tan solo la delataban sus hermosos ojos azules.
Curiosamente parió ésta el que fue, el último jefe de
esa tribu de comanches.
Un
día un grupo de buhoneros que trapicheaba con los indios se fijó en
sus bonitos ojos claros y difundió la noticia entre los
colonos. Un tío suyo, James Parker, se
propuso por todos los medios rescatarla y la
buscó incansablemente durante diez largos años.
James logró
encontrarla y con ayuda de los soldados yanquis rescatarla.
Evidentemente, y para desesperación de éste, ella no quiso
nunca dejar de ser una india más. Realizaron titánicos esfuerzos
para que volviera a la civilización de su infancia, pero puso
tanto ardor en impedirlo que incluso se declaró en huelga de hambre.
Éste fue el medio que utilizó para morir. Lo hizo de inanición a
la edad de 42 años.
Cuando
llegué a este capítulo del libro enseguida me vino a la mente un
par de historias parecidas que ya había visto y conocía de
sobra. La que más se ajustaba a este guion tan triste es
sin duda alguna la película… Centauros del desierto.
Es
ésta una de las mejores películas de todos los tiempos a pesar
de ser del género Western. Para algunos es el mejor de la
historia. Yo lo compartiría con Solo ante el
peligro.
El
director de esta insuperable cinta fue uno de los mejores
de todas las épocas, John Ford, (el del parche en
el ojo) padre de películas de la talla de… La
diligencia, El Delator, Qué verde era mi valle, Las uvas de la ira,
Mogambo, El Hombre tranquilo, o El hombre que mató a Líberty
Valance, esta última otra joya del mismo género.
El
actor favorito de este director, y que trabajó en la mayor parte de
sus películas fue el mítico John Wayne. Ni que
decir tiene que con John Ford acertó la academia
de Hollywood al concederle unos cuantos Óscars por
diferentes obras.
Quedé
sorprendido cuando leí que John Ford había escogido esta
tremenda historia que aconteció de verdad entre Texas y Arizona para
basar en ella el guion de esta hermosa película. Está rodada en
escenarios espectaculares y reales y contiene escenas de
tal crudeza que son dignas de figurar en los anales del cine.
Por terminar de redondearla, la música es del gran Max
Steiner (el más famoso compositor de Hollywood) e
intervienen unos secundarios de lujo, entre ellos la
malograda Natalie Wood, que hace le papel de Cynthia.
Si
alguien de los que pierden el tiempo miserablemente con este aburrido
artículo no ha visto algunas de las películas que cito, que la vean
si tienen la oportunidad y así lo recuperan (el tiempo) con algo
digno.
Dicho
queda…
Joaquín
Yerga
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