De aquí a la eternidad.
La
vida es como un viaje por la mar: hay días de calma y días de
borrasca; lo importante es ser un buen capitán de nuestro barco.
J.Benavente
Antonio
Damasio está considerado el mayor neurocientífico actual. Es un
americano de origen portugués, y de asuntos del cerebro humano es
una eminencia. En
los
numerosos libros que ha escrito al respecto nos aclara muchos
misterios. Nos sugiere, sobre todo y encarecidamente cuidarlo al
máximo. Incluso mimarlo si fuese menester pues nos va en
ello nuestro
bienestar emocional, y
nuestra sabiduría.
Hoy
en día se han
puesto de moda métodos para robustecer la mente que antes no
existían.
Con nada que nos asomemos a los estantes de cualquier departamento de
librería veremos cientos de libros de los llamados de autoayuda con
la misma finalidad.. Hay que tener en cuenta que el cerebro y no el
corazón como algunos aun creen, es la parte más importante de
nuestro cuerpo. Somos lo
que nuestro
cerebro quiera
que seamos.
Y
es que el progreso medico
puede
hacer que cualquier
órgano de nuestro cuerpo se nos puede trasplantar, y seguiremos
siendo el mismo. No así el cerebro que es nuestra verdadera alma; si
algún día la ciencia y la medicina avanzasen tanto que se pudiese
cambiar alguna parte de él, por supuestísimo seríamos
otra persona.
El
cerebro de un ser humano medio ocuparía, extendido, una superficie
de unos dos metros cuadrados aproximadamente, pero al estar dentro de
los duros y sólidos huesos craneales se comprime formando los
conocidos pliegues y arrugas. Por otra parte, parece ser que éste
órgano solo supone el 2% de nuestro cuerpo y sin embargo consume el
25% de toda nuestra energía; esto nos da una vaga idea de su
importancia.
Nuestro
cerebro es una maquina casi perfecta con varios millones de años de
evolución durante los cuales se ha ido desarrollando y adaptando a
las circunstancias medioambientales de nuestro entorno, de tal forma
que hemos llegado a ser los únicos seres pensantes de nuestro
mundo. Ante tamaña grandiosidad que nos dona la naturaleza conviene
prestarle
la debida atención
y cuidarlo más que ninguna otra parte de nuestro cuerpo.
Los
beneficios de tener una
mente equilibrada
son incuestionables. En ella se desarrolla todo, hasta
el punto de que puede
llegar a ser nuestro mejor amigo o por
el contrario convertirse
en nuestro
mayor enemigo. Tener la
cabeza bien amueblada, que
es como llamaríamos a tenerla debidamente instruida, nos
proporciona, como
poco, seguridad,
templanza y sabiduría, condiciones indispensables para pasar por
esta
corta
vida
de una manera amable.
Según
expertos, tendríamos a nuestro alcance tres, digamos
superalimentos para robustecer
nuestra mente: Una buena alimentación, ejercicio físico y
meditación.
Con
esto contribuimos a
serenar nuestra alma, y nos haría
testigos directos
de nosotros mismos. Además
evitaríamos,
en la medida de lo posible, cometer alguna que otra torpeza más
de la cuenta. Diría más, estas
medidas serían un
freno contra la depresión porque
actúan
como una tableta de benzodiacepina natural cuando la angustia vital
se hace fuerte y nos cuesta conciliar con nuestra existencia.
El
cerebro es moldeable. La llamada plasticidad del mismo es indudable y
gran parte de estas nuevas
pseudociencias
como
el yoga, meditación
y otras,
ayudan a ese menester incrementando la interconexión de neuronas.
Asunto esencial para
una vida plena
Sé
que no descubro nada si afirmo que el equilibrio en todos los órdenes
de la vida es lo ideal. En lo emocional más si cabe, pues con esa
premisa nos comportaremos en nuestra vida diaria con algo más de
sensatez y mesura. Si aprovechamos estas virtudes en
nuestro beneficio será un fuerte acicate en nuestra ansiada
pretensión de ser un poco más felices, meta perseguida por todos.
Ahora
que los neurocientificos insisten en que en el ser humano, a pesar de
la evolución cerebral de la corteza que es la portadora de funciones
básicas como la inteligencia y la razón, no manda en la toma de
decisiones, sino que es el sistema límbico, contenedor y origen de
las emociones, más antiguo y menos desarrollado quien predomina, da
más sentido a los que predican el adiestramiento y control de
nuestra mente, pues la emoción es un sentimiento primario y
aventurado que no conviene dejarlo a su albedrío.
Otra
de las especialidades relacionadas y que ahora está muy de moda es
el Mindfulness, o lo que es lo mismo, vivir el ahora. Significa ser
conscientes de lo que hacemos en cada momento para así disfrutar de
cada acción por ínfimas
y anodinas que
éstas sean. No debemos dejar a la mente preocuparse más
de la cuenta por lo que nos pueda
pasar en el futuro, pues esto nos
aflige y enerva. “La
vida es aquello que te va sucediendo mientras nosotros nos empeñamos
en hacer otros planes,”
dijo alguien una vez con mucho acierto. Se nos pasa la vida sin
disfrutar de cada instante pensando en grandes metas que a menudo
nunca llegan. Toca serenarse.
Dicho
queda…
Joaquín
Yerga
02/03/2018
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