¡Oh, mi amado! ¡Mi amado imposible!
Mi novio soñado de dulce mirada;
cuando tú con tus labios me beses,
bésame sin fuego, sin fuego y sin ansias.
¡Dame el beso soñado en mis noches,
en mis noches tristes de penas y lágrimas,
que me deje una estrella en los labios
y un tenue perfume de nardo en el alma.
---Juana Borrero---
Lo escuché el otro día en el Leda, (la compañía de autobuses del sur de Extremadura). Dos suramericanos hablaban. Coincidimos los tres en asientos contiguos. Uno de ellos colombiano, deduje por su acento. El otro era de Valencia, pero de la Valencia venezolana, según confesó él mismo en un momento dado.
---Simplemente por la calidad de vida y el modo de entenderla, personalmente considero a Italia un país aburrido---le decía el colombiano a su amigo---la vida en España es más libre y menos complicada. Estuve en Italia tres veces, la primera en el norte de Italia; después bajamos a Milán. Yo pensaba que en esta ciudad tan importante, veríamos lo que era vivir bien en Italia, pero lo que en realidad vimos fué una ciudad que a partir de las 10 de la noche se convertía en una ciudad fantasma, nadie por la calle, todo cerrado.
El venezolano le contestó que pasar unos días en lugar determinado de un país extranjero no da para conocerlo a fondo
---Ya ya---exclamó el colombiano---pero también estuve tres semanas en Roma, y aparte de que es una ciudad con mucho que ver, al final, no es una ciudad donde te gustaría quedarte. Por supuesto es una opinión muy personal. Cada uno tendrá su opinión.
El venezolano miró a su compañero con cierta perplejidad, incluso le rebatió aquella opinión:
---Suelen decir que los sudamericanos con ascendencia europea, sobre todo argentinos y con pasaporte italiano, terminan en España, pero, claro, eso es mayormente por el idioma, porque resulta complicado desenvolverse allí si no conoces el idioma.
Me gustaron las palabras que el colombiano dijo después. Sentenció la conversación con una frase para enmarcar:
---Querido Osvaldo, desengáñate, los datos hablan por sí solos, la "Dolce Vita" está en España, no en Italia.
El autobús paró en Fuente de Cantos; yo me bajé. Ellos siguieron hablando. Irían más lejos, supongo, tal vez a Zafra o Mérida. A veces recurro al Leda para ir a Sevilla. En días laborales es imposible aparcar en el centro de esta ciudad por más que lo intente.😐😐😐
Joaquín
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