Qué sabes tú del verdadero amor.
Quizás si del amor fugaz
que llega, degusta y huye.
O de ese que impronta,
seduce y engaña.
O del amor sereno que tarda,
arraiga y muere..
Pero nada sabes del que hiere,
del que duele, del que arde en tus manos
y no puedes soltar.
--Joaquin--
Posiblemente nunca lo habéis pensado pero, en comparación con otros primates de los que somos primos hermanos, nuestra cabeza es extraña. Tenemos la cara plana, la frente alta y nariz protuberante.
Las cejas,
tan pequeñas son, que más que para evitar que nos entre el sudor en
los ojos, parecen estar ahí para transmitir sentimientos. ¡¡Uy, la
de cosas que podemos expresar con las cejas!!. Preguntadle a Carlos
Sobera qué hace con las suyas..
El misterio de la Mona Lisa de
Leonardo lo es precisamente porque la moza no tiene cejas. Nuestras pestañas apenas pueden evitar que entre polvo
en los ojos, con los que quizás no sea sino otro rasgo de belleza y atracción.
¿Y
la nariz? Bueno, lo normal sería que tuviéramos hocico
como todos los primates y sin embargo la tenemos prominente y
redondeada; también es otro aspecto atrayente y exclusivo de los
humanos, además de servirnos para evitar sobrecalentamientos al
correr largas distancias.
Por cierto, lo del mentón es
reconocido por la ciencia que no nos vale para nada, sólo es una
parte más de la belleza que buscamos.
En definitiva, resulta que toda nuestra cara está diseñada para gustarnos unos a otros; cosa que al resto de animales les importa un pepino; ellos se atraen por otras cosas..
En fin..
Joaquín
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