sábado, 15 de septiembre de 2018

Eres un Sol...






Me ha herido recatándose en las sombras,
sellando con un beso su traición.
Los brazos me echó al cuello y por la espalda
partióme a sangre fría el corazón.

Y ella prosigue alegre su camino
feliz, risueña, impávida. ¿Y porqué?
Porque no brota sangre de la herida.
Porque el muerto está en pie.
(Bécquer)

Es curioso como a pesar de ver salir el Sol impepinablemente cada día, de guarecernos de él porque nos quema, de echarlo de menos cuando las nubes lo ocultan mas tiempo de la cuenta, o de adorarlo con ímpetu a lo largo de la historia por tantas civilizaciones, apenas sepamos nada de él. Conste que sin él no estaríamos aquí; ni nosotros ni nadie que respire porque...
Sepan que nuestro ardiente amigo lleva ahí arriba calentándonos la friolera de 4.600 millones de años; ¡ahí es nada!. Pero no crean que es ya un anciano decrepito y achacoso, ¡qué va! El tío goza de una salud de hierro y con sus facultades caloríficas y radiactivas en plena ebullición. Si lo extrapoláramos a la vida de un hombre rondaría ahora los 40, es decir, hecho un jabato.. Según los entendidos, al Sol aun le quedan unos 5.000 millones de años más de frenética actividad sexual, ¡perdón! quise decir nuclear... ¡En qué estaría yo pensando!...
Un poco antes de su extinción, sobre unos 1.000 millones de años, el hidrógeno, que compone el 95% de su masa irá perdiendo fuerza y colapsará sobre sí mismo. Como consecuencia de esto se hará menos denso pero más grande y brillante y absorberá todos los satélites que lo circundan, entre ellos nuestra Tierra. Es decir, nos querrá tanto para esa fecha que nos dará un abrazo tan grande que nos achicharrará de cariño (el abrazo del oso). Después se convertirá en lo que llaman los astrónomos una enana roja, y desaparecerá.
Seguro que ya lo saben, no obstante les refresco unos colosales datos...
Mirad, si un explorador tuviera la osadía de llegar al Sol y encender allí una linterna (vaya ejemplo) su luz tardaría en llegar a la Tierra 8 minutos; teniendo en cuenta que ésta viaja a 300.000 kilómetros por segundo, quiere decir que nuestro amiguete de toda la vida, el Sol, no quiere mucho juntorio con nosotros, pues se coloca a 140 millones de kilómetros de distancia, ¡Qué corra el aire!, pensará..
Decía de manera poética el astrónomo y divulgador, Carl Sagan, que “Todos nosotros estamos hechos de material de las estrellas” y es cierto. El Universo, y con él nosotros, los humanos, estamos compuestos de unos cuantos elementos básicos, como son, el hidrógeno, el helio, el carbono o el oxígeno; lo único que nos diferencia es la cantidad y combinación de cada uno...
Eso sí ¿Cómo demonios hemos llegado a conocer tantos datos y tan precisos? Medir la distancia, la composición exacta, su pasado, su futuro etcetera, no me digan que no es interesante saberlo, aunque luego volvamos a nuestras miserias cotidianas, del tipo: coronavirus, crisis, Rufián, Puigdemont, Sánchez, Iglesias, Casado... En fin.
Dicho queda...
                                                                          Joaquín Yerga
                                                                         

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