¿Sabéis qué os digo? Pues que a medida que he ido madurado me he vuelto más amable y menos crítico conmigo mismo. Como he tenido la suerte de haber vivido ya lo suficiente, veo todo de manera más desprendida, más optimista, a pesar de mi lógica decrepitud física..
Sí, lo que oís, me he hecho amigo de mí mismo y quiero aprovechar, porque he visto a gente abandonar este mundo demasiado pronto, antes de que se dieran cuenta de la gran libertad que aporta la vejez. Por eso, a partir de ahora me querré, y viajaré, y bailaré, y si tengo ganas de llorar por lo que sea, entonces lloraré...
Qué más deciros, pues que mi corazón se ha roto más de una vez, como los vuestros, supongo, pero soy de los que piensan que un corazón que nunca ha sufrido, es inmaculado, estéril y nunca conocerá la alegría de ser imperfecto.
Sí, amigas, a medida que envejezco compruebo que es más fácil ser positivo e independiente, y me importa menos lo que piensen los demás. Ya no me cuestiono, incluso me he ganado el derecho a cometer errores.
Perdonad mi insistencia, pero me gusta ser viejo, me gusta ser la persona en la que me he convertido. Como no viviré para siempre, mientras esté aquí no perderé el tiempo lamentándome de lo que pudo haber sido y no fue, y mucho menos preocupándome por lo que será, porque tal vez ni siquiera lo vea...
En fin, libre de prejuicios y con más conocimientos que nunca, jamás he sido más libre que ahora..
Joaquín
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