El
"hubiera"
existe, como existe la noche...
Tienen razón quienes adoran la
noche. ¡Se hace tan corta! ¡Es tan libre!.. Qué sería de nosotros
si no hubiera noche..
Con el "hubiera" pasa igual; algunos dicen que no va con ellos. Sin embargo yo cierro los ojos con frecuencia y lo invoco, y me pregunto: ¿Y si yo hubiera sido hijo de alguien diferente? ¡qué chungo!. ¿Y si yo hubiera sido mujer? ¿Y si hubiera nacido en el Renacimiento? Claro, que no hubieran existido las aspirinas, o los ordenadores..
Ay,
si me hubiera quedado
callado cuando dije... O si yo hubiera dicho... Uffff, no sé. Si mi madre se hubiera casado con el hombre que
creía el de su vida, no hubiera sido yo su hijo. Como no hubiera
sido el hijo de mi padre si él se hubiera casado con aquella
muchacha, vecina de mi abuela, de la que anduvo enamorado antes de
irse a la Mili.. Sin esos hubieras,
yo no hubiera.
Por eso os digo que el
"hubiera"
sí existe. Por eso lo añoramos y lo mezclamos con el no y el sí.
El "hubiera"
es ambivalente: destruye a veces, avasalla otras, consuela muchas. Si
yo no hubiera leído tantos tebeos de niño, y después novelas, y después libros más sesudos ¡Buah, qué hubiera sido de mi!... Bueno, y así todo..
A. Mastretta / J.Yerga
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