jueves, 6 de marzo de 2025

Algo para recordar

                                                                                            


Cuando muramos deberíamos dejar algo detrás. Sí, lo creo... No sé, un hijo, un libro, un cuadro, una poesía, una casa, una pared levantada o un par de zapatos, incluso un jardín plantado, allá cada cual.. Algo que nuestra mano haya tocado de un manera especial, de modo que, nuestra alma tenga algún sitio adonde ir cuando estiremos la pata.

Cuando gente cercana reconozca a ese hijo, mire esa poesía, o ese árbol que tú plantaste, sentirá que tu espíritu estará allí, que tú estarás allí. No importa lo que hagas en tanto que cambies algo respecto a como eras antes de plantarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de que separes de ello tus manos.

La diferencia entre el hombre que se limita a talar el árbol o cobijarse debajo de sus ramas y quien lo ha plantado, está en la dedicación y cariño. Para el talador igual podría ser un árbol cualquiera; para el que enterró la semilla, su alma estará allí para siempre.

También podemos dejar un buen recuerdo en la gente que nos conocieron, pero eso es muy efímero; se desvanece en unos pocos años..







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