viernes, 28 de marzo de 2025

Ay, Dios, qué pocos años por delante

                                                                                           



Mas de una vez me he preguntado cómo puede ser feliz un hombre de ochenta años, o una mujer; cómo, sabiendo lo poco que le queda de vida, es capaz de seguir haciendo sus cosas como si nada pasara, como si tuviera cuarenta años...

El otro día escuchando al Puma, el famoso cantante venezolano, de 82 años y recientemente sometido a un jodido trasplante de pulmón, le oí decir en la tele que su ilusión es vivir ocho años más, eso le hace feliz..

Me sorprende esa vitalidad con tan escasas perspectivas de vida.. Claro que, leyendo el poema de Stefan Zweig, casi lo entiendo todo..

Poned atención:

Leve se mueve el baile de las horas

sobre los cabellos ya plateados,

porque sólo al inclinar la copa

se ve con claridad el fondo.

Presentir cerca la noche

no produce confusión, sino calma.

El puro contemplar el mundo

es sólo del que no desea nada.

Ya no pregunta lo que alcanzó,

ya no lamenta lo que perdió.


No hay comentarios:

Publicar un comentario