Ese tipo desconocido

                                                                               

 

Sólo tú mi secreto no conoces,

por más que el alma con latido ardiente,

sin yo quererlo, te lo diga a voces.

Y acaso has de ignorarlo eternamente,

como las ondas de la mar veloces

la ofrenda ignoran que les da la fuente.

--M. de Palacio--

Lo más curioso de nuestro cerebro es que, además de ser tan pequeño, cosa que sorprende, pueda hacer tanto. 

Nuestro cerebro casi todo es agua, 80%. El resto se reparte entre grasa y proteínas. Ocupa sólo el 2% de nuestro cuerpo pero consume el 20% de nuestra energía. 

Fijaos, el cerebro de un bebé consume el 65% de su energía. Es tal lo que chupa el tío que deja al pequeño agotado; en parte por eso duermen constantemente.. Eso sí, las 400 calorías diarias de energía que consume, lo hace ininterrumpidamente, aunque estemos dormidos.

Claro, que 400 calorías son dos magdalenas y un vaso de leche. ¡Intentemos hacer funcionar un ordenador portátil (infinitamente menos potente) las 24 horas del día y de la noche con dos magdalenas y un vaso de leche, y veamos el resultado, jeje!... 

En fin, qué cosas.. 

Joaquín

Algo huele a podrido

                                                                          

Erguida en tu silencio y en tu orgullo,

no sé con que señor que te enamora,

comentas a manera de murmullo:

¡Mirad ese es el hombre que me adora!

--J. A. Buesa--

A la pérdida total del olfato, en términos médicos se le denomina anosmia. Pero es que a la pérdida parcial de éste también tiene nombre; hiposmia. Entre el 2% y el 3% de la población mundial padece esto último. 

Hasta aquí digamos que no sorprende mucho la cosa pero...

¿Y si os digo que, cacosmia, es una afección especialmente desdichada que hace sufrir al que lo padece, porque todo le huele a mierda? ¿Os reiríais? Pues esta es una afección real que padece mucha gente en el mundo.

Claro, que os podía hablar del olor a podredumbre de la política española, que ciertamente huele muy mal. Es más, mirad si huele mal que todo es como una gran mierda, con perdón, como la cacosmia, pero en sentido figurado. 

Por cierto, esta cacosmia política va in crescendo, convirtiéndose, casi, una epidemia general y duradera.

Joaquín

El día que nací yo...

                                                                                 

    

          Cuando pasen más años y al final estemos juntos,

quiero aplastar tus labios invocando

la imagen de tú cuerpo

y de todos los cuerpos que una vez amé

aunque fuese un instante, deshechos por el tiempo.

Para pedir la fuerza de poder vivir

sin belleza, sin fuerza y sin deseo,

mientras seguimos juntos

hasta morir en paz, los dos,

como dicen que mueren los que han amado mucho.

--Gil de Biedma--

Tomad nota, la llamada generación del baby-boom, estamos empezando a jubilarnos y España, por tanto, se enfrenta a un grave problema; ¡que se vayan preparando las depauperadas arcas del estado!. Fijaos: 

El mismo día que yo nací (miembro de esa generación) lo hicieron en España 1.402 españolitos más. Es decir, el año de mi nacimiento, 560.000 nuevos bebés vieron la luz en todo el país. Comparad: el año pasado sólo 350.000 churumbeles decidieron sumarse al padrón. Es decir, casi la mitad menos.. Que tiemblen los que se piensen jubilar dentro de veinte años; ¡a ver quiénes les van a pagar las pensiones!..

Y qué curioso, hasta la década de los cincuenta el mes en el que más niños nacían en España era febrero, y no sé por qué. Quiere esto decir que se engendraban en mayo.  

Pero lo más inaudito es que desde los años ochenta siempre es septiembre el mes preferido para nacer nuestros niños. Se engendraría estos en diciembre, ¿no será que tantas celebraciones navideñas y tanto champán al final dan sus frutos en forma de niño? Si se les ocurre otros motivos, díganmelo..

Y digo yo, que para fomentar la natalidad podíamos alargar las Navidades hasta Semana Santa, ¡quién sabe!.. En fin.

Joaquín

  

Frío en el cuerpo

                                                                                    

Nada os pido. Ni os amo ni os odio. Con dejarme,
lo que hago por vosotros, hacer podéis por mí...
¡Que la vida se tome la pena de matarme,
ya que yo no me tomo la pena de vivir! ...

--M. Machado--

Resulta que han detectado que la temperatura corporal en los humanos ha bajado medio grado en los últimos doscientos años. Hasta hace no mucho lo óptimo estaba entre, 36'5º y 37º los grados que se marcaron los científicos como normal en una persona sana. Ahora ya son 36'5º. 

A este paso dentro de no mucho tiempo bajaremos a sólo 36º. Y que sepáis que es una buena señal, se vive más a menos grados. Esta bajada de temperatura se debe a los avances médicos y a la mejora de la salud pública. 

Como sabéis, la temperatura corporal es la lógica energía que desprende el cuerpo durante su funcionamiento. Si todo está bien, hay menos inflamaciones, tenemos controladas más enfermedades, comemos mejor y las agresiones climáticas nos afectan menos que antes gracias a las calefacciones o aire acondicionados, el cuerpo se desgasta menos. En definitiva, va como la seda..

Por cierto, aunque os parezca lo contrario, mata más gente en el mundo el frío que el calor. Así como veinte veces más. Decírselo, sino, a esos sin -techo que pululan entre cartones por las calles de las grandes ciudades. 

En fin..

Joaquín

Secretos de confesión

                                                                                           

Te acompañan las barras de los bares
últimos de la noche, los chulos, las floristas,
las calles muertas de la madrugada
y los ascensores de luz amarilla
cuando llegas, borracho,
y te paras a verte en el espejo
la cara destruida,
con ojos todavía violentos
que no quieres cerrar. Y si te increpo,
te ríes y me recuerdas el pasado
¿y aún me dices que envejezco?.

--Gil de Biedma--

¿Os imagináis por un momento que hubiera cola delante de los confesionarios de las iglesias? Pues haced memoria los más viejos del lugar y recuerden los tiempos en los que casi había que coger número para confesar.. 

Mucho ha cambiado el cuento, como en todo. Ahora quizás sólo las mujeres mayores pasan por ese, digamos gustoso trance. Ya ven, qué pecados pueden cometer, las pobres, si apenas salen de casa para ir a misa..

De todas maneras reconozcamos la recompensa aliviadora y reconfortante que logran los que, por su avanzada edad o reiterada matraca, no tienen a nadie que les escuche y sólo los sacerdotes se prestan a ello.. Y no digamos lo desahogados que regresan a sus casas después de ser bendecidos y perdonados..

En tiempos pasados la confesión y posterior perdón de los pecados era fundamental para la gente aprensiva.. El morir sin que antes un sacerdote nos diera la extremaunción, que no es otra cosa que el perdón, era motivo de congoja extrema.

Pero no siempre en la historia de la Iglesia los curas tenían la potestad de confesar a los fieles.. Durante los tres primeros siglos del cristianismo con el bautizo bastaba para que se nos perdonase todos los pecados que cometiéramos durante nuestra vida.. Siglos más tarde sólo los obispos podían confesar, y luego, sobre el año Mil, se generalizó la confesión sacerdotal. 

Por cierto, ¿Sabíais que si no hay un cura cerca y estamos a punto de expirar, siempre podremos contarles nuestras cuitas al hombre más honrado que tengamos a mano? Eso dicen, al menos, las ordenanzas eclesiásticas. Otra cosa es tener a mano ese tipo honrado, y no puede ser una mujer.. En fin. 

Joaquín

Fuente de Cantos en sus corazones

                                                                                       

  

Dos patrias tengo yo: Fuente de Cantos y la noche.
¿O son una las dos? No bien retira
su majestad el sol, con largos velos
y un clavel en la mano, silenciosa
Fuente de Cantos cual viuda triste me aparece.
¡Yo sé cuál es ese clavel sangriento
que en la mano le tiembla! Está vacío
mi pecho, destrozado está y vacío
en donde estaba el corazón. Ya es hora
de empezar a morir. La noche es buena
para decir adiós.

--J. Martí--

La patria de uno es su infancia

Dejadme romper una lanza por los fuentecanteños de la diáspora, aquellos siete mil hombres, mujeres y niños que tuvieron que dejar su pueblo para irse por esos mundos de dios en busca del sustento que su tierra les negó. 

Fijaos, dependiendo de a qué región del país hayan emigrado, han acabado abrazando las singularidades propias del lugar de destino: singularidades políticas, sociales, incluso deportivas y territoriales, y es lógico que así sea, uno asume lo que ve allá donde va y mora. No obstante, entiendo que algo superior a todo eso les une, a ellos y nos une a todos: nuestra niñez fuentecanteña.

Sí, aquella gente se dispersaron por los diferentes territorios de nuestra España y, precisamente por convivir con gente distinta que los acogieron en sus ciudades con agrado (Cataluña, Madrid, Asturias o Sevilla), han asimilado sus tradiciones y hasta sus banderas de medio pelo, pero el sentimiento de fuentecanteño de siempre, con nuestra historia, nuestro acento y usanzas, eso, me temo, perdurará para siempre en sus corazones.

Y es que, pesar de los años que hace que volaron, de la distancia, del tiempo y de lenguas extrañas, a los fuentecanteños del gran éxodo de los sesenta y setenta, les une y nos une, nuestra niñez, nuestra memoria, nuestros antepasados que yacen en paz en nuestro cementerio, y nuestra alma, que parte de ella aquí quedó para siempre. Así que, por favor, como dice la canción, no le llaméis forasteros.. 

Joaquín

                                                                        

                                         calle Llerena

                                                                        

                                      calle López de Ayala

                                                                         

                                    Plaza de Magallanes

                                                                                   

                                       Plaza de Magallanes

                                                                               

                                Plaza del Padre Manjón

                                                                            

                                   Plaza de Manuel Carrascal

                                                                                 

                                        calle Martínez

Con la Iglesia hemos topado

                                                                                            

          

          Señor,

Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde.

--Alejandra Pizarnik--

Desde luego, durante arribada del cristianismo y aún más con el catolicismo, la relación Iglesia-Sexo se tornaron difíciles. Incomprensiblemente las autoridades eclesiásticas vieron todo lo relacionado con el pene y sobre todo con el sexo femenino como algo pecaminoso.

Decía San Jerónimo (padre de la iglesia) que el sexo era una perversidad. Él pensaba, incluso, que el matrimonio era sólo un grado menos que la fornicación. A su juicio el sexo era sucio en un sentido literal y concreto.

Fijaos, hasta San Ambrosio, otro gran teólogo y también padre de la Iglesia, sugirió que el curso más apropiado para una mujer debía ser la virginidad.  “Una mujer virgen podía redimir el pecado que sus padres habían cometido al concebirla”. Ésta barbaridad llegó a decir.. 

Y digo yo, ¿y todo porque Jesucristo o San Pablo, los puntales del cristianismo, fueron recalcitrantes solteros y, posiblemente, castos?, pues es posible. Ahora todo está cambiando, afortunadamente, y la relación Iglesia-Sexo, está mejorando..

En fin..

 

Un año en la historia de Fuente de Cantos

                                                                                      

¿Por qué te asustas, ave sencilla?
¿Por qué tus ojos fijas en mí?
Yo no pretendo, pobre avecilla,
llevar tu nido lejos de aquí.

Aquí, en el hueco de piedra dura,
tranquila y sola te vi al pasar,
y traigo flores de la llanura
para que adornes tu libre hogar.

--S. Ureña--

Ochenta y cuatro caballeros hidalgos fuentecanteños que no pagaban impuestos, con caballo, armas, bagajes y criados, estaban prestos en el pueblo a que Isabel la Católica les llamara para echarles una mano a expulsar a los moros de Granada. Algunos fueron..

Hablamos de 1492, mítico año aquél para nuestros intereses patrios. Fuente de Cantos estaba exultante en aquella época, empezaba a ser grande.

De la agricultura y la ganadería vivía nuestro pueblo entonces, cosa que no sorprende. Pero si os llamará la atención saber que eran bueyes los que araban la tierra y no mulas como pasó después. 

62.000 fanegas de tierra dedicaba el término al cultivo de cereales, legumbres (habas o garbanzos) y zumaca para la pieles y las telas, y hasta dos Cañadas Reales atravesaban el pueblo: una, la que actualmente es la calle Real (carretera) y otra por el sur, que entraba por la, antaño, calle Calzadilla, seguía por la de Valencia y llegaba hasta Segura de León, pero antes se juntaban las dos..

El hecho de que dos Cañadas Reales pasaran por el pueblo da pie a pensar que también teníamos una buena cabaña ganadera. Hay constancia de haber entonces en el pueblo muchos pastores. 

Por cierto, ¿sabéis cuáles eran los apellidos más comunes en el pueblo en ese año de 1492? Pues: Martín, García, Domínguez o Navarro, por este orden. Algunos aún siguen siguen siendo muy habituales; los Yerga, mis antepasados, aún no habían llegado a Fuente de Cantos.

La pena es que sólo unos pocos años más tarde, a partir de 1508, muerta ya Isabel la Católica, y con Fernando el Católico (viudo) al mando de la corona de Castilla, Fuente de Cantos comenzó a perder población a lo bestia. En 1515 habíamos perdido ya el 30% de los habitantes; de los 4.560 habitantes que éramos bajamos a poco más de 2.700. 

¿Y qué pasó para que se produjera tamaña desgracia? Se supone que, debido a largas sequías algunos años y a lluvias torrenciales otros, dieron al traste con la pujanza de aquél 1492.. 

En fin..                                                                               

                                                      calle López de Ayala

                                                                             

                                                                 calle Jesús

                                                                           

                                                   calle Isabel la Católica

                                                                        

                                                    Paseo de Extremadura

                                                                             

                                                                   calle Gravina

                                                                        

                                                                    calle Gravina

                                                                                   

                                                                        calle Hermosa

Joaquín

Es curioso, ella creyó que soñaba

                                                                                   

Tú sabes, señor, que el hombre se acerca a la mujer,

ebrio por la promesa de su propio placer.

Pero la mujer llora, se resiste, Señor,

y cuando al fin se ofrece, sueña con el amor.

Pues, mientras en el hombre la vida se hace fuerte,

la mujer se desmaya con un poco de muerte.

Quizás tuve un amante que me sedujo un día,

¡tan malo que, por eso, me gusta todavía!.

--J. A. Buesa--

Un día oyes el despertador, lo apagas, te levantas a rastras de la cama, te vistes, desayunas y te preparas para el día.. Pero entonces sucede algo inexplicable: ¡¡Estabas soñando!!¡Resulta que te despiertas realmente y te das cuenta que no es más que un sueño!. ¡En él estabas despierta y hacías tu vida, pero en realidad sigues acurrucada bajo el edredón, soñando! ¡¡Oh!!!

No te asustes, amiga, quizás hayas tenido alguna vez esta experiencia. Suelen llamarse “falsos despertares” y pueden ser muy convincentes. El filósofo francés René Descartes tuvo uno y le dio mucho que pensar ¿Cómo podía estar seguro de que todo lo que hacía no era más que un sueño?..

Ahora piensa en ésta supuesta realidad: “Ahora mismo estoy despierta leyendo estas tonterías de Joaquín”.. Si si, “Ahora mismo estoy leyendo estas tonterías de Joaquín” Puede parecer real, estás despierta y estás leyendo esto ¿por qué ibas a dudarlo?. Sin embargo ya te he dicho que te puede parecer que estás despierta mientras duermes. ¿Entonces? ¿Quién te dice a ti que no sueñas que estás leyendo estas tonterías de Joaquín?..

Puedes hacer otra cosa, pellizcate y comprueba que no sueñas, pero, ¿Y si sueñas que incluso te estás pellizcando? Es más, incluso puede que ni existas siquiera, que todo sea un sueño. ¿Inverosímil, no?

En fin.. Yo ahí te lo dejo.. Piénsalo

Joaquín

    

Crónicas de Fuente de Cantos

                                                                                      

Y nada está seguro de sí mismo
ni en la semilla en germen,
ni en la aurora la alondra,
ni en la roca el diamante,
ni en la compacta oscuridad la estrella,
¡cuando hay hombres que amasan
el pan de su victoria
con el polvo sangriento de otros hombres!

--Leopoldo Lugones--

Noventa bodas y 214 funerales hubo en 1922 en Fuente de Cantos. Hoy, justo cien años despues, apenas dos docenas han habido de lo primero y tres docenas de lo segundo. 

De los fallecidos aquel año, ciento y pico fueron niños aquejados de sarampión o colitis. Las bodas, todas celebradas en la parroquia y en los meses de septiembre y octubre, porque entonces no miraban la disponibilidad de los salones ni la pasta gansa a apoquinar, se atendía principalmente a la sementera (en estos meses había más trabajo y los novios podían darse algún gusto)..

En 1922 el sector servicios ocupaba a mucha gente en Fuente de Cantos. Por eso llegamos a tener dos fábricas de armas, siete barberías, seis herrerías, seis hojalaterías, una fábrica de jabón, otra de aguardiente y hasta una buena imprenta, ¡ah!, y tres casinos, con sus socios, por falta de uno..

Al igual que ahora, según nos cuenta nuestro historiador Felipe Lorenzana, hace cien años también éramos un pueblo muy tranquilo; lo demuestra los escasos diez municipales al mando de un cabo que velaban por la seguridad de nuestros abuelos. 

Por cierto, en aquella lejana época casi cumplíamos con la cuota femenina, porque ya teníamos una mujer guardia municipal. Eso sí, no creo que tramitaran mucho papeleo puesto que la mayoría no sabia leer ni escribir. Completaban la plantilla municipal: el director de la cárcel, el telegrafista, el secretario del ayuntamiento, dos escribientes y un barrendero. Como ven, escasa plantilla para tanto pueblo..

Joaquín

                                                                       

                                                      calle Llerena esquina Clavel

                                                                                           

                                                          calle Laurel, esquina Carrera

                                                                                           

                                                                               calle Colón 

                                                                                          

                                                                            calle Clavel

                                                                                                                                                       

                                                        calle Real (carretera)                               

                                                                         calle Cristo

                                                                                     

                                                                 calle Felipe Checa

                                                                                         

El bromista desquiciado.

                                                                               

Tener, al mediodía, abiertas las ventanas
del patio iluminado que mira al comedor.
Oler un olor tibio de sol y de manzanas.
Decir cosas sencillas: las que inspira el amor...

--Leopoldo Lugones--

Los invitados habían terminado ya los postres de la opípara comilona y conversaban amigablemente repantingados en sus asientos. De repente, ¡Oh!, unos criados cierran las puertas y ventanas del inmenso comedor y aparecen por el fondo una manada de tigres y leones hambrientos ¡¡Dios mío!!..

¡Qué ha pasado! ¡Qué locura! ¡La gente huye despavorida!, pero.. ¿Dónde meterse? ¡Las puertas están cerradas a cal y canto!.. 

Todo es un caos. Se ven algunos tumbados en el suelo protegiéndose la cara con las manos, o por las esquinas, escondidos en lugares inverosímiles, o abrazados unos a otros mientras esperan ser devorados por las fieras, pero, ¡Uy! ¿y esas risas?. 

Horrorizados, todos miran perplejos hacía arriba, hacía el lugar desde donde parecían provenir las carcajadas. Y lo vieron: sobre un ventanuco asomaba la cabeza el tipo que les había invitado al banquete, el memo del emperador, descojonándose de risa.

Resultó que a las fieras les habían arrancado las garras y dientes, y las pobres nada podían hacer, solo asustar. Imaginaos qué relajación de vientre la del personal al saberlo..

Nada dicen las crónicas de cuántos murieron por la "bromita"; no por las fieras, que ellas, desdentadas, sólo harían cosquillas, sino por los infartos y la posterior deshidratación debido a las cagaleras que muchos sufrirían para el resto de sus vidas.

Todo fue una broma del emperador romano, Marco Aurelio Antonino, más conocido por Heliogábalo, muy aficionado a ellas.

En realidad Heliogábalo estaba como una puta cabra. Maldita la gracia le hizo la bromita a los invitados al fiestón. 

Joaquín

Propósitos de enmienda

                                                                              

Va a llover... Lo ha dicho al césped

el canto fresco del río;

el viento lo ha dicho al bosque

y el bosque al viento y al río.

Va a llover... Crujen las ramas

y huele a sombra en los pinos.

Naufraga en verde el paisaje.

Pasan pájaros perdidos.

--Leopoldo Lugones--

 Es público y notorio que a principios de año, como siempre, tengamos buenos propósitos para con nosotros mismos, por ejemplo, apuntarnos a un gimnasio, a un curso de baile, y hasta hacer régimen para adelgazar. Esto último es lo más común. Claro que, a mitad de febrero ya empezamos a incumplir lo prometido. 

Desde luego que poca voluntad tenemos, cada vez menos. Nada que ver con aquellos primeros cristianos que hacían verdaderas heroicidades con sus cuerpos. Bien es verdad que lo hacían creyendo así contentar a Dios y ganar por ello el cielo.

Fijaos: en una reunión de abates de distintos monasterios en Francia presidida por San Martín, sobre el año 397, sabemos en qué consistía el menú: tres aceitunas, cinco guisantes secos, dos ciruelas pasas y un higo, más un poco de sal por barba. 

En fin, ya me diréis, esto es voluntad, ¿lo demás?, tontería..

Joaquín

Las comparaciones son, tremendamente odiosas

                                                                                      

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,

si estremece las ramas un dulce suspirar,

si te oprime los dedos una mano pequeña

que te toma y te deja, que te logra y se va.

¡Oh!, viajero, que tienes como el cielo los ojos,

en el viento fundida, ¿me reconocerás?.

--Alfonsina Storni--

¿Sabéis, chicas, cómo fue el primer contacto del hombre y la Luna cuando la pisaron por primera vez? .. No creáis que fue como cuando Colón descubrió América, un acto casi místico, religioso, ¡que va!.. 

Cristóbal Colón hincó la rodilla en tierra y dio gracias a Dios por permitirle semejante proeza. Luego ordenó al sacerdote que le acompañaba en la expedición hacer una misa de gracias y desagravio..

Sin embargo el astronauta americano Armstrong nada mas llegar a la Luna lo primero que hizo fue tirar la bolsa de mierda acumulada por él y sus dos compañeros durante los cuatro días que duró el viaje del Apolo XI al satélite lunar.. 

Y es que, ¡han cambiado tanto los tiempos!, Con el Apolo XI empezamos realmente a entrar en la época del pragmatismo, y de la porquería... 

Joaquín