sábado, 28 de abril de 2018

Sexo, mentiras y cintas de vídeo






Si dices la verdad no tendrás que acordarte de nada
Mark Twain




Apuesto lo que sea que si le preguntáramos a un jubilado medio sobre su pensión, estoy seguro que nos diría indignado, “¡Que no hay derecho a que el gobierno se quede con parte de ella cuando ha estado religiosamente cotizando toda su vida!”. Esto ocurre con frecuencia y sobre demasiados asuntos. Podíamos decir sin temor a equivocarnos, que son éstas percepciones erróneas de la realidad, es decir, lo que ahora llamaríamos “posverdad” pero que todos asumimos con una facilidad pasmosa.
Hay hoy en día en nuestra sociedad muchas, demasiadas diría yo, sensaciones, exageradas y ampliadas por los comentarios en los medios y las redes sociales, que son más falsas que un euro de madera.
A diario vemos y escuchamos noticias, eslóganes o consignas tan contundentes que nos confunden y distorsionan la objetividad con que deberíamos enjuiciar las cosas, debe ser que se va imponiendo de manera perversa y continuada ésa “posverdad”; que no es otra cosa, por cierto, que la verdad a medias, o sea la peor de las mentiras.
Un ejemplo de todo esto lo tenemos en una noticia que leí ayer en el diario “El País” y que venía a decir (en contra de lo que solemos creer) que la inmensa mayoría de los españoles cotizamos menos a la seguridad social para las pensiones que lo que percibimos después; cosa curiosa, porque estamos todos convencidos que el estado nos engaña, que se queda con parte de nuestra pensión “¡¡Después de todo lo que hemos pagado a lo largo de nuestra vida laboral!!” Solemos exclamar.  A esto le podríamos llamar, sin duda “posverdad,” pues la percepción de que cobramos menos de lo que aportamos la tenemos tan asumida que encima nos indignamos por ello.
La explicación plausible a esa distorsión es que tan solo un 20% de cotizantes (los más cualificados) completa con creces las pensiones de ese otro 80% que no les llega ni de lejos para la suya y que seguro son los que más protestan.
Otra posverdad, y apuesto ahora cien a uno que casi todos creemos que en España el medio ambiente está hecho unos zorros, y que debido a la dejadez de nuestras autoridades y a los incendios forestales veraniegos, nuestros bosques, que antaño señoreaban nuestros montes, están en franco retroceso. Pues lamento decirles que “craso error” nunca ha estado nuestra naturaleza, sobre todo en los últimos cuarenta años, más saneada que hoy. Hemos limpiado cauces de ríos, de costas y hemos plantado más árboles que nunca, con lo que la superficie forestal en nuestro país es más extensa que nunca. En el periodo 1990/2015 hemos ganado un 32% en superficie arbolada. Quién lo diría, ¿verdad?
Y otra "posverdad" reciente en el tiempo; todos hemos podido comprobar el daño que han hecho las noticias falsas en el asunto catalán. Fueron internautas independentistas, incluso algunos rusos por intereses espurios, los que propagaron en las redes tantas fotos y bulos sobre nuestra policía y su contundencia sobre “angelitos desarmados que solo pretendían votar el 1 de octubre”, que media Europa nos odia por ello.
Las mentiras y las medias verdades, amparadas en las redes van en aumento, en España más si cabe, influye especialmente nuestra poca preparación intelectual. Y eso es muy preocupante porque estamos jugando con nuestra autenticidad de seres responsables y justos. Pocos dudan de que las redes sociales están llenas de falacias que la gente se las creen sin pestañear. Basta que cualquier organización interesada o individuo mal intencionado publique alguna conclusión manipulada o sacada de contexto para que masas de internautas las compartan o likeen (perdón por el palabro) sin contrastar su veracidad.
Me consta que los servicios de vigilancia de grandes empresas como Facebook, Twitter o Youtube se están poniendo las pilas para evitar estos engaños que tanto daño hace a su credibilidad como medios fiables y respetables, pero mientras llega ese control, anden atentos con los bulos interesados, hay mucho lobo suelto.
Dicho queda…


                                  Joaquin Yerga

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