sábado, 14 de abril de 2018

El sur también existe






Todas las generalizaciones son falsas, incluida esta.
M.Twain.


¿Qué circunstancias se dan en el mundo, en general, pero en España en particular para que el norte de cualquier país esté siempre más desarrollado que el sur? Conste que tengo mis teorías, y algunas pasan por la climatología; otras no...
Si nos fijamos bien, por ejemplo en Inglaterra, comprobaremos que el norte de éste país siempre ha sido más industrioso y rico, salvo la capital, Londres, que está en el sur. Esto se debió a la explotación de las minas de carbón y hierro de aquella zona y su poderosa industria metalúrgica y textil que surgió después amparada en ellas. Allí están las grandes ciudades como Manchester, Liverpool o Sheffield.
En Francia, nuestro gran vecino, ídem de los mismo, regiones como Picardía, Ille de Francia o Champaña, todas al norte, están a la cabeza del bienestar. Alemania es un caso paradójico, aquí las diferencias se dan entre el oeste, rico y poderoso (Renania, Westfalia, o Baden Wurtemberg) y el mediocre este (Sajonia o Franconia) pero tiene explicación, el oeste hace mucho que se administra bajo la economía de mercado o capitalista, mientras que el este ha sido comunista hasta hace cuatro días. También Portugal es más rico la parte que linda con Galicia (norte), que el sur, que lo hace con Andalucía y Extremadura.
Pero de todos es en Italia donde se dan las mayores diferencias. Allí la desigualdad es abrumadora entre el próspero norte (Lombardía, Piamonte, Veneto etc.) y el mísero sur (Sicilia, Calabria o Apulia). Para que se hagan una idea de cómo están las cosas allí, puede haber una diferencia de tres a uno, en favor del norte ¡Claro! Y todo esto, como es evidente, afecta a la gente de un amanera atroz, pues mientras en LombardÍa la renta per cápita llega hasta los 40.000 euros por cabeza en Sicilia apenas alcanza los 15.000, con todo lo que eso conlleva para el desarrollo humano de los sureños.
Si salimos fuera de Europa, también en el resto del mundo ocurre algo parecido. En el país mas importante del planeta como es Estados Unidos, el norte es más rico y pujante. Estados como Illinois, Minnesota o Masachusetts han dominado el mercado industrial, no solo del país, sino del mundo entero. No obstante, en su vecino y enorme Canadá es el sur el poderoso, pero tiene una explicación plausible, en el norte no hay quien viva por el frio.
¿Y es España? ¿Porqué esa gran diferencia entre el norte y el sur? Pues resulta que en nuestro país no siempre ha sido así; precisamente hasta mitad del siglo XIX era Andalucía la tierra prometida. Muchos del norte sobre todo de Galicia, Cantabria o incluso el País Vasco, que entonces eran los pobres, emigraban a esta tierra para asentarse pues ofrecía más oportunidades.
Hasta principios, casi, del siglo XX, la agricultura y la ganadería habían sido esenciales como recurso básico de subsistencia de la humanidad. Pero resulta que un siglo antes en Europa había surgido la revolución industrial, y el hierro y el acero se impusieron como motores del desarrollo. Primero en Inglaterra y después en Francia y Alemania se inició la gran transformación que hoy conocemos. A ello contribuyó los grandes yacimientos de hierro y carbón; se impuso la industria y perdió importancia la agricultura.
Aquí en nuestro país Andalucía había sido la tierra de la abundancia, y mucha gente del norte emigraron al sur a asentarse. Sin embargo y aunque tarde, el descubrimiento de minas de hierro y carbón en el País Vasco, Cantabria y Asturias contribuyó a que grandes factorías de transformación se instalasen allí. Los sueldos más altos hizo que se tornaran las cosas y agricultores del centro y sur emigraran al norte en busca de mejores oportunidades.
En Cataluña fue el textil el origen de su prosperidad, y la ayuda, por supuesto, del gobierno central que impuso grandes aranceles a los productos de importación para que fuese la catalana la que progresara.
Con todo esto resultó que las antaño ansiadas feraces tierras de cultivo del sur se quedaran obsoletas ante el empuje del nuevo motor de desarrollo como era la industria. Y la gente emigró, y la tierra se despobló, y así andamos todavía.
Hoy en día ha empezado otra nueva revolución, ésta más científica y tecnológica, y para su desarrollo no hacen falta minas ni grandes factorías, sino preparación y conocimientos. Esperemos que esta vez el sur se ponga las pilas y no pierda su tren, porque éste pasa solo una vez cada doscientos años.
Dicho queda…
                                   Joaquin Yerga
                                   14/04/2018

No hay comentarios:

Publicar un comentario