Novedades en el frente catalán.
Cuidado
con los miedos, les encanta robar sueños…
Anónimo
Era
costumbre (muy arraigada por cierto en el imperio persa) aquella en
la que cuando moría un rey, a su heredero le hacían esperar cinco
antes de hacerle jurar el cargo. Y dejaban al pueblo libre, a su
albedrío... sin autoridad. Pasado ese tiempo era tal el caos y la
anarquía que se había apoderado de las ciudades y aldeas, en donde
se sucedían de manera desmesurada los asesinatos, robos, saqueos etc.
que la mayoría del pueblo suplicaba que volviera cuanto antes el
nuevo rey e implantara la autoridad. Con esto la monarquía se
aseguraba el cariño de la gente. Se llamó a este proceder “El
Manifiesto de los persas”, y ha sido requerido varias veces en
distintos lugares del mundo, aquí también.
Me
preguntaba si esta severa y arriesgada costumbre pudiérase aplicar
en Cataluña. A bote pronto y sin mucho reflexionar, se me ocurre que
tal vez fuese una idea acertada y pudiéramos recoger mas pronto que
tarde algunos de sus suculentos frutos. Y es que han bastado tan solo
unos días para que el negro panorama que teníamos se diera la
vuelta como un calcetín y seamos ahora nosotros, los españoles, los
que llevemos ventaja en este reto en el que tanto nos jugamos.
Si
antes de mover un dedo resulta que los catalanes no nacionalistas (un
millón) se han manifestado en masa por las calles de Barcelona. Cosa
antes impensable pues jamás se habían juntado más de un par de
miles en las calles, es que algo está cambiando.
Si
resulta que antes de empezar a movernos, las que si lo han hecho son
precisamente las casi seiscientas empresas que de allí han cambiado
de domicilio social a otras partes del país. Y si con ello está
haciendo temblar a todas las capas sociales de la región, sobre todo
a la poderosa burguesía, que está replanteándose seriamente si fue
un acierto apostar por la independencia, es que vamos por buen
camino.
Si
resulta que ésta gente se están enterando, por fin, que nadie en el
mundo les va a apoyar, salvo cuatro chalados como Maduro en Venezuela
y algún majadero que otro como Willy Toledo, o el insigne defensor
de la oligarquía catalana, Pablito Iglesias, es que algo hemos hecho
bien.
Si
todo esto está ocurriendo aun sin trazas de aplicar el famoso
articulo 155 de la Constitución, mucho me temo que se nos está
cumpliendo a rajatabla el espíritu y la letra del, "Manifiesto de los
persas" antes aludido. Y es que, tan solo han bastado unos días para
que, dejándolos hacer se devoren entre ellos mismos.
Pero
incluso voy más allá, si resulta que a pesar de nuestra sonada dejadez en estos asuntos, pero gracias, tanto a la traición de los nacionalistas como al continuo
desprecio de estos a todo lo español estamos recuperando nuestro orgullo
patrio perdido, pues miel sobre hojuelas.
Y
si resulta que éste lamentable episodio de deslealtad nos va a
servir a los españoles para comprobar definitivamente quién es
quien y donde está cada cual en la alta política nacional, lo
daremos por bueno. Incluso de los peores momentos se extraen
conclusiones positivas.
Posiblemente
nos veremos obligados a aplicar el famoso articulo 155 para que las
aguas vuelvan a su cauce porque ésta gente ha ido demasiado lejos y
ya no pueden retroceder, salvo a exponerse a quedar con el culo al
aire. Y es que, como hacían con la plebe los reyes pesas, en el fondo y por lo
bajines esta huida suya hacia delante denotaría un grito de súplica para que vayamos a rescatarlos cuanto antes. Y de paso poner orden y decencia
en ésa parte de nuestro querido país. Apuesto lo que sea...
Dicho
queda…
Joaquín
Yerga
14/10/2017
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