miércoles, 18 de octubre de 2017

La música de la vida.





Las grandes obras las sueñan los genios, las ejecutan los luchadores, las disfrutan los cuerdos y las critican los inútiles.
(S. Ramón y Cajal)

Lo de llamar música culta a lo que normalmente denominamos clásica se entiende perfectamente sin necesitad de extenuantes razonamientos. Y es cierto que no suele tener demasiado seguidores, quizás debido al fatigoso trabajo a realizar para comprenderla. Tal vez Mozart fue el que mejor entendió éste tipo de música, pues no en vano ya desde los tres años hacia sus primeros pinitos con ella.
Wolfgang Amadeus Mozart, nació en Salzburgo, una bonita ciudad de Austria de pequeño tamaño y rodeada de un paisaje de ensueño. Ahora se ha convertido gracias a él en paraíso y meta de todos los melómanos que en el mundo son.
Según su contrastada biografía, Mozart fue un niño prodigio, pero de un tamaño descomunal. Con solo tres años ya manejaba partituras, con cinco empezó a componer, y pásmense, con siete tiernos añitos ya alcanzó su madurez interpretativa... No se puede pedir más.
Su padre, Leopold, viendo astutamente el filón de fama y prosperidad que le esperaba en la vida, explotó todo lo que pudo y más al pequeño. ¡Ríanse del padre de Messi, o del de Neymar!
Leopold era un carcamal de tomo y lomo, incluso para esa época. Vestía al niño con ropa pasada de moda y le hacía codearse con gente mayor, a ser posible de ambientes cortesanos, cuando él apenas tenia dos perras. Mientras vivió le dio a Amadeus una vida lamentable y trabajosa de ensayos y exhibiciones continuas; sacando un penoso provecho de sus extraordinarias aptitudes artísticas.
Ni que decir tiene que a los trece años el jovenzuelo Mozart era ya reconocido en los ambientes musicales y palaciegos como un genio. Y eso lo confirmaban nada menos que los mejores maestros de la época, como Haynd o Schubert. Uno de éstos maestros, Johan Hasse, llegó a decir de él “Ha hecho cosas que para su edad resultan de veras incomprensibles, y que serian ya asombrosas en el caso de un adulto”.
Mozart, y ahí esta su música para la posteridad y nuestro regocijo, compuso de todo, óperas, música de cámara, sinfonías para piano etc. Y todas maravillosas. También era proverbial la rapidez con la que escribía las partituras. Lo que a cualquier buen compositor le pudiera llevar años él lo realizaba en días. Sin ir más lejos la sinfonía 41, “Júpiter” la compuso en dieseis días y la obertura de su grandiosa ópera “Don Giovanni” la creó la víspera de su estreno.
Siendo un magnífico compositor como era no anduvo precisamente muy sobrado de dinero y fama. Estuvo protegido por diferentes mecenas, (la mayoría reyes o duques que se entusiasmaban con su música) como era habitual en esa época, pero le asignaban sueldos ajustadisimos. De su su vida personal habría que destacar que siempre fue una mezcla de seriedad en el trabajo y carácter juguetón en sus relaciones.
La imagen que casi todos de nosotros tenemos del jóven Mozart es la que nos proporcionó la pelicula “Amadeus” del director Milos Forman (obtuvo el Óscar a la mejor película en 1985) En ella nos presenta a un Mozart casquivano, travieso y muy aniñado, y es posible que fuese algo parecido, pues parece ser que tuvo un espíritu extravagante e infantil. Para corroborar todo esto no hay mas que leer sus cartas. En una de ellas dirigida a su primer amor, le dice a la chica: Que tengas buenas noches y te cagues en la cama hasta que crujas” Y en otra: “Duerme profundamente, mi amor; en la boca te meterás el culo” Según algunos de las decenas de psicólogos que han analizado estas cartas, esta actitud se debe a un síndrome llamado, de Tourette, según el cual genera un cierto grado de inmadurez relacionado con el lenguaje (fonía) y la psicomotricidad. Vete a saber...
Primero con su padre y después de casado con su mujer, Mozart vivió siempre por encima de sus posibilidades, aunque es falsa la imagen de que murió en la mas absoluta indigencia. Es verdad que no fueron muchos amigos a su funeral, pero es que tampoco los tuvo nunca. Murió demasiado joven y no precisamente envenenado por su rival, el malévolo compositor italiano Salinieri como nos quiere hacer entender la película y los bulos que circulan de vez en cuando. Todo apunta que su partida de este mundo se debió a unas fiebres reumáticas las que le empujaron al mas allá.
Wolfgang Amadeus Mozart, falleció a los 36 años y sin un duro, a pesar de que, posiblemente, haya sido el músico y compositor mas genial que han dado los tiempos. Hoy en día tan solo con sus derechos de autor sería, como mínimo, tan multimillonario como Amancio Ortega (el de Zara).. Lo que son las cosas...
Dicho queda…
                           Joaquín Yerga
                        





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