La música de la vida.
Las
grandes obras las sueñan los genios, las ejecutan los luchadores,
las disfrutan los cuerdos y las critican los inútiles.
(S. Ramón y
Cajal)
Lo
de llamar música culta a lo que normalmente denominamos clásica se
entiende perfectamente sin necesitad de extenuantes razonamientos. Y
es cierto que no suele tener demasiado seguidores, quizás debido al
fatigoso trabajo a realizar para comprenderla. Tal vez Mozart fue el
que mejor entendió éste tipo de música, pues no en vano ya desde
los tres años hacia sus primeros pinitos con ella.
Wolfgang
Amadeus Mozart, nació en Salzburgo, una bonita ciudad de Austria de
pequeño tamaño y rodeada de un paisaje de ensueño. Ahora se ha
convertido gracias a él en paraíso y meta de todos los melómanos
que en el mundo son.
Según
su contrastada biografía, Mozart fue un niño prodigio, pero de
un tamaño descomunal. Con solo tres años ya manejaba partituras,
con cinco empezó a componer, y pásmense, con siete tiernos añitos
ya alcanzó su madurez interpretativa... No se puede pedir más.
Su
padre, Leopold, viendo astutamente el filón de fama y prosperidad
que le esperaba en la vida, explotó todo lo que pudo y más al
pequeño. ¡Ríanse del padre de Messi, o del de Neymar!
Leopold
era un carcamal de tomo y lomo, incluso para esa época. Vestía al
niño con ropa pasada de moda y le hacía codearse con gente mayor, a
ser posible de ambientes cortesanos, cuando él apenas tenia dos
perras. Mientras vivió le dio a Amadeus una vida lamentable y trabajosa de ensayos
y exhibiciones continuas; sacando un penoso provecho de sus
extraordinarias aptitudes artísticas.
Ni
que decir tiene que a los trece años el jovenzuelo Mozart era ya
reconocido en los ambientes musicales y palaciegos como un genio. Y
eso lo confirmaban nada menos que los mejores maestros de la época,
como Haynd o Schubert. Uno de éstos maestros, Johan Hasse, llegó a
decir de él “Ha hecho cosas que para su edad resultan de veras
incomprensibles, y que serian ya asombrosas en el caso de un adulto”.
Mozart,
y ahí esta su música para la posteridad y nuestro regocijo, compuso
de todo, óperas, música de cámara, sinfonías para piano etc. Y
todas maravillosas. También era proverbial la rapidez con la que
escribía las partituras. Lo que a cualquier buen compositor le
pudiera llevar años él lo realizaba en días. Sin ir más lejos la
sinfonía 41, “Júpiter” la compuso en dieseis días y la
obertura de su grandiosa ópera “Don Giovanni” la creó la
víspera de su estreno.
Siendo
un magnífico compositor como era no anduvo precisamente muy sobrado
de dinero y fama. Estuvo protegido por diferentes mecenas, (la
mayoría reyes o duques que se entusiasmaban con su música) como era
habitual en esa época, pero le asignaban sueldos ajustadisimos. De
su su vida personal habría que destacar que siempre fue una mezcla
de seriedad en el trabajo y carácter juguetón en sus relaciones.
La
imagen que casi todos de nosotros tenemos del jóven Mozart es la que
nos proporcionó la pelicula “Amadeus” del director Milos Forman
(obtuvo el Óscar a la mejor película en 1985) En ella nos presenta
a un Mozart casquivano, travieso y muy aniñado, y es posible que fuese
algo parecido, pues parece ser que tuvo un espíritu extravagante e
infantil. Para corroborar todo esto no hay mas que leer sus cartas.
En una de ellas dirigida a su primer amor, le dice a la chica: Que
tengas buenas noches y te cagues en la cama hasta que crujas” Y en
otra: “Duerme profundamente, mi amor; en la boca te meterás el
culo” Según algunos de las decenas de psicólogos que han
analizado estas cartas, esta actitud se debe a un síndrome llamado,
de Tourette, según el cual genera un cierto grado de inmadurez
relacionado con el lenguaje (fonía) y la psicomotricidad. Vete a
saber...
Primero con su padre y después de casado con su mujer, Mozart vivió siempre por
encima de sus posibilidades, aunque es falsa la imagen de que murió
en la mas absoluta indigencia. Es verdad que no fueron muchos amigos
a su funeral, pero es que tampoco los tuvo nunca. Murió demasiado
joven y no precisamente envenenado por su rival, el malévolo
compositor italiano Salinieri como nos quiere hacer entender la
película y los bulos que circulan de vez en cuando. Todo apunta que su partida de este mundo se debió a unas fiebres reumáticas las que le empujaron al mas allá.
Wolfgang
Amadeus Mozart, falleció a los 36 años y sin un duro, a pesar de
que, posiblemente, haya sido el músico y compositor mas genial que
han dado los tiempos. Hoy en día tan solo con sus derechos de autor
sería, como mínimo, tan multimillonario como Amancio Ortega (el de Zara).. Lo que son las cosas...
Dicho
queda…
Joaquín
Yerga
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