domingo, 29 de octubre de 2017

La mano que mece la cuna



Casi todos podemos soportar la adversidad, pero si queréis conocer el carácter de un hombre, dadle poder.
          A. Lincoln


Ahora que estamos todos soliviantados y aturdidos con esto de Cataluña, quizás sea el momento propicio para prestar atención a asuntos que antes, o nos eran desconocidos o nos parecía poco interesantes. Digo todo esto porque, según leo en El Mundo, la mayoría de los empresarios que han financiado todo este tinglado independentista son a su vez los que mas contratos y prebendas ha recibido y reciben de la Generalidad catalana.
A medida que me voy adentrando en el reportaje del periódico me indigno mas si cabe ante la supina ignorancia de la que hacemos gala los españoles. Resulta que entre estos pájaros sostenedores del independentismo, y por lo tanto culpables del continuo desprecio a lo español, hay gente que su negocio principal lo hacen en el resto de España. Sabíamos de muchas marcas comerciales como Gallina Blanca o la joyería Tous que sus dueños son independentistas descarados y aun así campan tan ricamente por el mercado español sin sufrir apenas merma sus ventas. Pero ahora también nos sorprenden empresarios audiovisuales, tan simpáticos ellos para todos nosotros, y tan desleales, también, con todos nosotros.
Incide de manera especial el rotativo en la productora de Buenafuente. Un tipo de origen almeriense pero equidistante con esto de la independencia como tantos otros, es decir pone una vela a Dios para los sentimientos y otra al Diablo para los dineros. Pero el caso más sangrante de todos es el empresario, (catalán de pura cepa), Roures, el dueño de la Sexta y de los derechos de la liga española de fútbol. Éste y otros más como él son los verdaderos urdidores de todo este desaguisado. Ellos son los que han movido los importantes hilos del tinglado y por tanto los mayores responsables de que hayamos llegado hasta aquí. Sin sus dineros e influencias nunca esos miles de conversos de última hora hubieran, por su cuenta y riesgo, y engañados, haber aceptado ese catalanismo tan irredento y excluyente. Hay que tener en cuenta que ellos, estos burgueses y privilegiados inquilinos del barrio de Grácia de Barcelona, son los que a lo largo de treinta años han creado esa maraña de organizaciones tan bien regadas con sus dineros y el de todos nosotros para hacernos daño. Y que tan bien introducidas están, por cierto, en todos los ámbitos decisorios de la sociedad catalana.
Éste pájaro multimillonario de Roures, (un independentista de toda la vida) es el que puso su despacho a disposición del secretario de Esquerra Republicana, Junqueras para que se reuniera con “el héroe” de la revuelta Puigdemont y con nuestro insigne Pablito Iglesias (la salsa de todas las sopas) con la aviesa intención de urdir algún plan malévolo que nos llevara a todos los españoles a la anarquía. Sus resultados y beneficios, si les hubiera salido bien la cosa serían: Roures inflarse más de dinero y quedar cómo el Rockefeller de Cataluña. Junqueras y Puigdemont como los paladines de la independencia. Con nada veríamos sus estatuas ecuestres alzadas en medio de la Plaza de Cataluña. ¿Y el tontolabas de Pablito Iglesias que sacaría? Pues mucho me temo que esperaba llevarnos a la ruina económica y social para así él, en el caos, erigirse como el Lenin español y salvarnos a todos cual Maduro en Venezuela.
Visto lo visto y después de los últimos acontecimientos, sospecho que la cosa no ha salido como esperaban los conspiradores. Hemos vuelto a recuperar el control político de la región. Esperemos a ver qué pasa los próximos días. Mientras tanto que cada cual saque sus propias conclusiones.
Dicho queda…
                                  Joaquin Yerga

                                   29/10/2017

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