¡Es la economía, estúpidos!
Cuando
las naciones son fuertes no siempre son justas, y cuando desean ser
justas, ya no son fuertes.
W.Churchill
Como
todo asunto que se sale de madre, (y este salió hace tiempo) las
noticias que nos llegan de Cataluña van cambiando minuto a minuto. Y es normal que así sea, pues los acontecimientos son de tal envergadura que se pueden catalogar de extrema
gravedad. Y es que ahora, por fin estamos todos comprobando, aunque tarde, lo
mucho que nos jugamos en Cataluña. Pero incluso en esta deriva podemos sacar algo de positivo
de todo esto: el realce del depauperado sentimiento español.
Decía
lo del cambio porque precisamente hasta ayer por la tarde, incluso
esta misma mañana, pensaba con absoluta convicción que al final de todo nos
veríamos obligados a ver los tanques del ejército español entrar
por la Avenida Diagonal de Barcelona camino del Parlament. Pues bien,
en vista de los recientes acontecimientos he cambiado de opinión.
Ahora lo que veo es una larga fila, pero no de tanques precisamente,
sino de empresas catalanas desfilando en sentido contrario por una
virtual Nacional II, camino de asentar su sedes en otros lugares de
España.
Hasta
ayer, insisto, creía a pies juntillas que para meter en cintura a
esta gente haría falta, cuanto menos, además del discurso del Rey,
jueces valientes, personal militar y mucho coraje, pero
afortunadamente la cosa va a ser mas sencilla, me temo que con un
adecuado manejo de la pasta será suficiente.
Con
nada que leamos las portadas de los dos periódicos catalanes
principales, propensos ambos al nacionalismo, nos daremos cuenta de
que están muy asustados. Están llegando a pensar que lo que iba a
ser una simple desobediencia y barullo, se les está yendo de las
manos. Y es que el éxodo masivo de empresas que está en vía de
producirse les está haciendo recapacitar. De paso, para nosotros se
nos presenta como una efectiva y extraordinaria arma de ataque. Todos
sabíamos que el punto débil del catalán mas genuino es su cartera,
pero con el ruido de la revuelta lo habíamos olvidado. Por fortuna
estamos comprobando que los tópicos, a veces, también se cumplen.
El
gobierno español, (astuto y sagaz al menos en este caso) y a la
vista de los acontecimientos, se ha dado prisa en sacar un decreto
para facilitar la salida de esas compañías y de paso meterle miedo
en el cuerpo a la poderosa burguesía catalana, colaboradora cuando no inductora de todo este desaguisado. La Caixa y el Banco de Sabadell,
han abierto el camino, aunque ayer ya lo hicieron otras.
Olvidémonos
pues de la necesidad de: sangre, sudor y lágrimas, que pedía
Churchill a los ingleses en la Segunda Guerra Mundial. Para resolver
el problema iremos tan solo a lo elemental, con tocarles debidamente
los bolsillos las ovejas volverán al redil. Algunos habrá, entre
ellos los mas exaltados de la CUP, que aun pidan guerra, pero sin el
apoyo de la privilegiada y acomodada burguesía, la cosa nos dura dos
días, y medio
Ellos,
que esperaban mártires ataviados con senyeras ensangrentadas para
implicar al mundo en su locura y desvarío. Y que ansiaban gestos
agresivos de nuestros guardias para manipular imágenes y hacer creer
a los pusilánimes medios informativos de la maldad intrínseca de
los españoles; ellos, los valientes revolucionarios, se baten en
retirada simplemente, por el maldito parné.
De
todas maneras y por el bien de todos, bienvenido sea el espíritu
fenicio de estos alborotadores de pacotilla. Gracias a ese alma
mercantil que los caracteriza, si todo sale como parece, y las ganas
y necesidad de salir huyendo de allí se expande, démonos por
vencedores. Habremos ganado la guerra sin pegar un tiro. Y es que
como toda sociedad opulenta y mimada que se precie, han preferido el
brillo de los euros a la dureza de las balas. Y yo que me alegro..
Dicho queda...
P.D. El titulo del articulo alude a una famosa frase de un asesor del presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton.
Joaquín
Yerga
06/10/2017
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